02-05-2013 23:19
Bueno voy a subir un relatillo, una partida de rol pasada a relato corto (y cutre), es MUY viejo y estará mal escrito, asi que no seais duros.
Personajes:
Cap. 1 La llegada a Kalindor
Su situación era desesperada. Con el motor de hiperimpulsión averiado, con poco combustible y con los víveres justos para dos días, buscar un planeta donde aterrizar era prioritario. Nuestros amigos acababan de desertar del ejército, y al abandonar el asteroide () habían entablado combate sufriendo graves daños. Joanor abrió el mapa de navegación y entre todos los compañeros estudiaron las posibilidades que tenían. Solo un planeta de los alrededores parecía estar habitado (su nombre era Kalindor). A pesar de que nadie había oído hablar jamás del planeta no tenían otra opción.
En la llegada a Kalindor no se produjo ningún problema. La superficie del planeta era selvática y el planeta parecía completamente deshabitado. Lo único que evidenciaba la presencia del hombre en el planeta era una gran torre de cemento de más de 180 metros. En ese momento llegó una comunicación por radio:
---- Identifíquense; tienen diez segundos antes de ser considerados un objetivo hostil y ser tratados como tal ---- Se oyó con determinación desde la radio.
---- Somos comerciantes, con unas especias muy buenas en venta, por cierto ---- improvisó Moneo aparentemente muy nervioso.
Después de un largo minuto callada, la radio dijo secamente:
---- Pueden pasar. Embarcadero 32. Tengan cuidado.
La última parte del comentario sonó bastante extraño. Un gran estruendo siguió a la frase, ya que una de las muchas compuertas de la torre se abrió. La torre parecía mucho más grande desde cerca.
---- No esperéis una gran bienvenida ---- añadió Moneo.
Cap. 2 El Primer Nivel
Con una facilidad asombrosa (a pesar del reducido espacio del que disponía) Moneo aterrizó la nave. Al bajar las compuertas, el típico comité de bienvenida brillaba por su ausencia. No había nadie, y las luces estaban apagadas
---- Yo me adelanto a reconoce la zona, esperar a que vuelva ---- dijo Cazador Nº13, y antes de que nadie pudiera replicar, desapareció en la oscuridad.
---- Joder, siempre igual. La frase ÔÇ£trabajo en equipoÔÇØ no significa nada para este tío. ---- comentó Moneo mientras encendía un cigarro con su mano temblorosa.
---- No te quejes tanto, si no fuera por él habríamos muerto media docena de veces por lo menos, ¿o ya no te acuerdas de la misión en Ergobb? ---- dijo Joanor.
Poco después, las luces comenzaron a encenderse, y el Nº13 apareció junto al equipo, desactivando su campo de camuflaje y sobresaltando a Moneo.
---- Deja de hacer eso. Seguro que lo haces a propósito.
---- En el embarcadero no hay nadie, y hay 15 ascensores situados al fondo. Parece la única salida. ---- susurro el cazador haciendo caso omiso de los comentarios de Moneo.
---- De acuerdo. Avancemos.
El equipo se puso en movimiento hacia los ascensores. Joanor activó dos de los ascensores, y al ver que no llegaban, activo tres más. La espera se hizo demasiado larga, y entre todos llamaron a los ascensores restantes. Uno de ellos se abrió. En su interior había cinco Unok-Lenmor con sus fusiles agarrados con cierto nerviosismo.
---- ¿Por qué nos paramos en este piso? ¿Quiénes sois vosotros? ---- Pregunto uno de los milicianos.
---- Somos comerciantes, y vamos a la ciudad ---- dijo Callahan.
---- Creo que no, amigo. Antes de eso debemos acabar con todos los ÔÇ£skorpiosÔÇØ que han invadido el primer nivel. Los ascensores solo funcionan entre el primer nivel y el último piso, y la ciudad se encuentra bajo tierra. Podéis bajar y echarnos una mano, nos vendría bastante bien.
---- De acuerdo, yo voy. No quiero que se me carcoma la escopeta ---- afirmó convencido Jevo.
---- Parece que será lo más rápido.
El equipo al completo entro en el ascensor. Era bastante espacioso. Eran once, pero allí cabían por lo menos treinta.
---- ¿Qué tipo de criaturas son esos ÔÇ£skorpiosÔÇØ? ---- preguntó Moneo bastante alterado, consciente del inminente combate.
---- Son difíciles de describir. Basta decir que son feos, peligrosos y que apestan. Atacan con cualquier cosa que tengan cerca, pero vigilar sus garras, son mortales. Otra característica a tener en cuenta es su tamaño. Pueden medir desde 50 centímetros hasta 5 metros. Una vez vimos uno de 7 metros, ¿no es cierto, Lasgard?
---- Aquel cabrón se comió a dos buenos amigos míos de un solo bocado ---- comento un Unok-Lenmor que parecía especialmente viejo y curtido en las batalla.
---- Luego seguiremos hablando. Casi hemos llegado. Vosotros colocaos detrás, así cubriremos un radio mayor de disparo ---- dijo el jefe de los milicianos.
Las puertas se abrieron, y ante ellos apareció una dura batalla en una enorme cueva. El estruendo de los fusiles Defender era atronador, como los bramidos de los ÔÇ£skorpiosÔÇØ cuando algún soldado los llenaba de plomo. En la cueva había decenas de estructuras de metal, muy solidas que parecían habitáculos. Tenían unas pequeñas ventanas donde asomaban unas caras con terror en sus ojos.
Todos comenzaron a disparar, excepto en Nº13, que comenzó a correr hacia los monstruos, mientras conectaba su dispositivo de camuflaje.
---- Joder, siempre igual ---- gritó Moneo, aunque nadie le oyó.
Los ÔÇ£skorpiosÔÇØ estaban acostumbrados al plomo, y la llegada de la escopeta de Jevo los pilló por sorpresa e hizo que retrocedieran. Pero lo que de verdad hizo que perdieran la batalla fue su incapacidad para ver unas garras de acero que los desmembraba con una facilidad increíble. En cuestión de minutos, todos los ÔÇ£skorpiosÔÇØ se batían en retirada, y solo quedaban unos pocos moribundos en el suelo que fueron rematados fácilmente. Al final del combate, era posible ver al cazador incluso con el dispositivo de camuflaje activado, ya que estaba completamente cubierto de sangre. Los milicianos se reagruparon en el centro de la cueva.
---- Jamás había visto a nadie aniquilar a estos bichos con tanta facilidad ---- comentó uno de los impresionados milicianos señalando al Nº13.
---- No es para tanto. Además siempre mea fuera de la taza ---- bromeó Moneo.
---- Bien. Debemos despejar el resto del nivel. Nos quedan cuatro cuevas, y en dos de ellas hay unas compuertas que debemos cerrar. Seguidme todos.
---- De acuerdo, os acompañamos. Y ahora comenzará el verdadero combate ---- dijo Headok mientras sacaba su turboespada.
Ante la acometida de las fuerzas combinadas de los milicianos y el equipo, los ÔÇ£skorpiosÔÇØ comenzaron a huir, pero volvían poco después. Si cuando huían su expresión transmitía miedo, al volver ésta era de verdadero terror.
---- Parece que cuando se encuentran con alguien que le da más miedo que nosotros, y vuelven ---- dijo Joanor al tiempo que aplastaba una cabeza de ÔÇ£skorpioÔÇØ.
A pesar de esto, nuestros amigos controlaban fácilmente la situación. Los enemigos eran cortados por las garras del Nº13 y por los filos de las turboespadas de Joanor Y Headok, y los que conseguían levantarse, eran rematados por los aniquiladores de Moneo. Moneo era un guerrero bastante peculiar. Odiaba el combate, pero era un excelente piloto, y lo que era más sorprendente, manejaba sus armas (dos aniquiladores Fracture) como si fueran una extensión de su cuerpo. Tenía una puntería inigualable, pero solo la utilizaba cuando era totalmente indispensable. Además, su sentido del humor era bastante ofensivo y atacaba constantemente al Nº13. De todas formas, su relación era muy buena, ya que si no, Moneo hubiera muerto hace mucho tiempo.
El equipo se abrió paso hasta la tercera cueva y después de acabar con los rezagados, Eddie se acercó a los mandos de la puerta. Siendo un informático profesional, no le costó mucho reconfigurar las puertas para un cierre de emergencia. Los portones secundarios se cerraron rápidamente (los principales estaban reventados).
---- Solo nos queda una puerta. Vamos.
---- Esperad un momento ---- dijo Jevo ---- Puedo cerrarla desde aquí. Dadme unos segundos.
Antes de que nadie replicara, se oyó un fuerte crujido lejano.
---- Ya está. Necesitáis una renovación del sistema de seguridad. Por un módico precio os haría una puesta a punto inmejorable.
---- Vale. Vale. Habla con los jefes de eso. Ahora vamos a matar a los bichos que queden.
El avance fue fácil, ya que todos los ÔÇ£skorpiosÔÇØ restantes se habían retirado a la última de las cuevas, la quinta, para presentar batalla allí. Un gran ÔÇ£skorpioÔÇØ de 6 metros dirigía a los demás. El fuego se concentró sobre él, pero parecía demasiado fácil. El monstruo dio un gran salto hacia los milicianos, pero fue abatido por Moneo de un disparo certero en la cabeza. El problema ahora era el peso muerto que representaba la gran mole, que aplastó a cinco milicianos que corrían para salvar la vida. Los demás ÔÇ£skorpiosÔÇØ fueron aniquilados, pero no sin dificultades. No podían huir, y por eso lucharon hasta el fin. En total, las bajas fueron de 21 mercenarios y de más de 40 ÔÇ£skorpiosÔÇØ.
Las puertas de los habitáculos se abrieron y de ellos salieron familias enteras de Unok-Lenmor Algunas felicitaron al equipo y al resto de los milicianos, pero otras se acercaron a algún soldado abatido y rompieron a llorar. La muerte de 21 mercenarios era un precio demasiado por unos días de paz. Todos estaban seguros de que los ÔÇ£skorpiosÔÇØ volverían.
El capitán conectó con la basé y dijo: ÔÇ£invierno negroÔÇØ.
---- Hemos asegurado el nivel y estamos fuera del aislamiento. Por lo que parece, no han atacado la superficie. Solo me queda deciros gracias, ---- dijo el capitán mirando al equipo ---- habéis conseguido propinarle un duro golpe a esas aberraciones. No creo que vuelvan en una temporada. Os recomiendo que vayáis a hablar con el jefe en el tercer nivel. Dadle esto al recepcionista.
Si alguien responde algo subire el proximo capi.
Kalindor, el planeta maldito
Personajes:
Cap. 1 La llegada a Kalindor
Su situación era desesperada. Con el motor de hiperimpulsión averiado, con poco combustible y con los víveres justos para dos días, buscar un planeta donde aterrizar era prioritario. Nuestros amigos acababan de desertar del ejército, y al abandonar el asteroide () habían entablado combate sufriendo graves daños. Joanor abrió el mapa de navegación y entre todos los compañeros estudiaron las posibilidades que tenían. Solo un planeta de los alrededores parecía estar habitado (su nombre era Kalindor). A pesar de que nadie había oído hablar jamás del planeta no tenían otra opción.
En la llegada a Kalindor no se produjo ningún problema. La superficie del planeta era selvática y el planeta parecía completamente deshabitado. Lo único que evidenciaba la presencia del hombre en el planeta era una gran torre de cemento de más de 180 metros. En ese momento llegó una comunicación por radio:
---- Identifíquense; tienen diez segundos antes de ser considerados un objetivo hostil y ser tratados como tal ---- Se oyó con determinación desde la radio.
---- Somos comerciantes, con unas especias muy buenas en venta, por cierto ---- improvisó Moneo aparentemente muy nervioso.
Después de un largo minuto callada, la radio dijo secamente:
---- Pueden pasar. Embarcadero 32. Tengan cuidado.
La última parte del comentario sonó bastante extraño. Un gran estruendo siguió a la frase, ya que una de las muchas compuertas de la torre se abrió. La torre parecía mucho más grande desde cerca.
---- No esperéis una gran bienvenida ---- añadió Moneo.
Cap. 2 El Primer Nivel
Con una facilidad asombrosa (a pesar del reducido espacio del que disponía) Moneo aterrizó la nave. Al bajar las compuertas, el típico comité de bienvenida brillaba por su ausencia. No había nadie, y las luces estaban apagadas
---- Yo me adelanto a reconoce la zona, esperar a que vuelva ---- dijo Cazador Nº13, y antes de que nadie pudiera replicar, desapareció en la oscuridad.
---- Joder, siempre igual. La frase ÔÇ£trabajo en equipoÔÇØ no significa nada para este tío. ---- comentó Moneo mientras encendía un cigarro con su mano temblorosa.
---- No te quejes tanto, si no fuera por él habríamos muerto media docena de veces por lo menos, ¿o ya no te acuerdas de la misión en Ergobb? ---- dijo Joanor.
Poco después, las luces comenzaron a encenderse, y el Nº13 apareció junto al equipo, desactivando su campo de camuflaje y sobresaltando a Moneo.
---- Deja de hacer eso. Seguro que lo haces a propósito.
---- En el embarcadero no hay nadie, y hay 15 ascensores situados al fondo. Parece la única salida. ---- susurro el cazador haciendo caso omiso de los comentarios de Moneo.
---- De acuerdo. Avancemos.
El equipo se puso en movimiento hacia los ascensores. Joanor activó dos de los ascensores, y al ver que no llegaban, activo tres más. La espera se hizo demasiado larga, y entre todos llamaron a los ascensores restantes. Uno de ellos se abrió. En su interior había cinco Unok-Lenmor con sus fusiles agarrados con cierto nerviosismo.
---- ¿Por qué nos paramos en este piso? ¿Quiénes sois vosotros? ---- Pregunto uno de los milicianos.
---- Somos comerciantes, y vamos a la ciudad ---- dijo Callahan.
---- Creo que no, amigo. Antes de eso debemos acabar con todos los ÔÇ£skorpiosÔÇØ que han invadido el primer nivel. Los ascensores solo funcionan entre el primer nivel y el último piso, y la ciudad se encuentra bajo tierra. Podéis bajar y echarnos una mano, nos vendría bastante bien.
---- De acuerdo, yo voy. No quiero que se me carcoma la escopeta ---- afirmó convencido Jevo.
---- Parece que será lo más rápido.
El equipo al completo entro en el ascensor. Era bastante espacioso. Eran once, pero allí cabían por lo menos treinta.
---- ¿Qué tipo de criaturas son esos ÔÇ£skorpiosÔÇØ? ---- preguntó Moneo bastante alterado, consciente del inminente combate.
---- Son difíciles de describir. Basta decir que son feos, peligrosos y que apestan. Atacan con cualquier cosa que tengan cerca, pero vigilar sus garras, son mortales. Otra característica a tener en cuenta es su tamaño. Pueden medir desde 50 centímetros hasta 5 metros. Una vez vimos uno de 7 metros, ¿no es cierto, Lasgard?
---- Aquel cabrón se comió a dos buenos amigos míos de un solo bocado ---- comento un Unok-Lenmor que parecía especialmente viejo y curtido en las batalla.
---- Luego seguiremos hablando. Casi hemos llegado. Vosotros colocaos detrás, así cubriremos un radio mayor de disparo ---- dijo el jefe de los milicianos.
Las puertas se abrieron, y ante ellos apareció una dura batalla en una enorme cueva. El estruendo de los fusiles Defender era atronador, como los bramidos de los ÔÇ£skorpiosÔÇØ cuando algún soldado los llenaba de plomo. En la cueva había decenas de estructuras de metal, muy solidas que parecían habitáculos. Tenían unas pequeñas ventanas donde asomaban unas caras con terror en sus ojos.
Todos comenzaron a disparar, excepto en Nº13, que comenzó a correr hacia los monstruos, mientras conectaba su dispositivo de camuflaje.
---- Joder, siempre igual ---- gritó Moneo, aunque nadie le oyó.
Los ÔÇ£skorpiosÔÇØ estaban acostumbrados al plomo, y la llegada de la escopeta de Jevo los pilló por sorpresa e hizo que retrocedieran. Pero lo que de verdad hizo que perdieran la batalla fue su incapacidad para ver unas garras de acero que los desmembraba con una facilidad increíble. En cuestión de minutos, todos los ÔÇ£skorpiosÔÇØ se batían en retirada, y solo quedaban unos pocos moribundos en el suelo que fueron rematados fácilmente. Al final del combate, era posible ver al cazador incluso con el dispositivo de camuflaje activado, ya que estaba completamente cubierto de sangre. Los milicianos se reagruparon en el centro de la cueva.
---- Jamás había visto a nadie aniquilar a estos bichos con tanta facilidad ---- comentó uno de los impresionados milicianos señalando al Nº13.
---- No es para tanto. Además siempre mea fuera de la taza ---- bromeó Moneo.
---- Bien. Debemos despejar el resto del nivel. Nos quedan cuatro cuevas, y en dos de ellas hay unas compuertas que debemos cerrar. Seguidme todos.
---- De acuerdo, os acompañamos. Y ahora comenzará el verdadero combate ---- dijo Headok mientras sacaba su turboespada.
Ante la acometida de las fuerzas combinadas de los milicianos y el equipo, los ÔÇ£skorpiosÔÇØ comenzaron a huir, pero volvían poco después. Si cuando huían su expresión transmitía miedo, al volver ésta era de verdadero terror.
---- Parece que cuando se encuentran con alguien que le da más miedo que nosotros, y vuelven ---- dijo Joanor al tiempo que aplastaba una cabeza de ÔÇ£skorpioÔÇØ.
A pesar de esto, nuestros amigos controlaban fácilmente la situación. Los enemigos eran cortados por las garras del Nº13 y por los filos de las turboespadas de Joanor Y Headok, y los que conseguían levantarse, eran rematados por los aniquiladores de Moneo. Moneo era un guerrero bastante peculiar. Odiaba el combate, pero era un excelente piloto, y lo que era más sorprendente, manejaba sus armas (dos aniquiladores Fracture) como si fueran una extensión de su cuerpo. Tenía una puntería inigualable, pero solo la utilizaba cuando era totalmente indispensable. Además, su sentido del humor era bastante ofensivo y atacaba constantemente al Nº13. De todas formas, su relación era muy buena, ya que si no, Moneo hubiera muerto hace mucho tiempo.
El equipo se abrió paso hasta la tercera cueva y después de acabar con los rezagados, Eddie se acercó a los mandos de la puerta. Siendo un informático profesional, no le costó mucho reconfigurar las puertas para un cierre de emergencia. Los portones secundarios se cerraron rápidamente (los principales estaban reventados).
---- Solo nos queda una puerta. Vamos.
---- Esperad un momento ---- dijo Jevo ---- Puedo cerrarla desde aquí. Dadme unos segundos.
Antes de que nadie replicara, se oyó un fuerte crujido lejano.
---- Ya está. Necesitáis una renovación del sistema de seguridad. Por un módico precio os haría una puesta a punto inmejorable.
---- Vale. Vale. Habla con los jefes de eso. Ahora vamos a matar a los bichos que queden.
El avance fue fácil, ya que todos los ÔÇ£skorpiosÔÇØ restantes se habían retirado a la última de las cuevas, la quinta, para presentar batalla allí. Un gran ÔÇ£skorpioÔÇØ de 6 metros dirigía a los demás. El fuego se concentró sobre él, pero parecía demasiado fácil. El monstruo dio un gran salto hacia los milicianos, pero fue abatido por Moneo de un disparo certero en la cabeza. El problema ahora era el peso muerto que representaba la gran mole, que aplastó a cinco milicianos que corrían para salvar la vida. Los demás ÔÇ£skorpiosÔÇØ fueron aniquilados, pero no sin dificultades. No podían huir, y por eso lucharon hasta el fin. En total, las bajas fueron de 21 mercenarios y de más de 40 ÔÇ£skorpiosÔÇØ.
Las puertas de los habitáculos se abrieron y de ellos salieron familias enteras de Unok-Lenmor Algunas felicitaron al equipo y al resto de los milicianos, pero otras se acercaron a algún soldado abatido y rompieron a llorar. La muerte de 21 mercenarios era un precio demasiado por unos días de paz. Todos estaban seguros de que los ÔÇ£skorpiosÔÇØ volverían.
El capitán conectó con la basé y dijo: ÔÇ£invierno negroÔÇØ.
---- Hemos asegurado el nivel y estamos fuera del aislamiento. Por lo que parece, no han atacado la superficie. Solo me queda deciros gracias, ---- dijo el capitán mirando al equipo ---- habéis conseguido propinarle un duro golpe a esas aberraciones. No creo que vuelvan en una temporada. Os recomiendo que vayáis a hablar con el jefe en el tercer nivel. Dadle esto al recepcionista.
Si alguien responde algo subire el proximo capi.
En el corazon llevo la miel, los platanos, y los muñecos de Lego que montan en serpientes.