12-03-2023 00:59
Sábado noche donde no tengo mucho que hacer, y menos ganas de hacerlo, cuando mande esto vestido con mi albornoz me iré a dormir. Me he convertido en un octogenario. Eeeeeeeen fin, lo primero ¿Homenajes a 'ese manga' en esos episodios, Dekar? Refréscame la memoria, que otro tema de ver un viejo en cuerpo no de joven es que la memoria también falla. Y eso que vi la temporada hace ¿Tres semanas? La comenté en el otro post.
Bueno, pues vamos con tres reseñas, tres países, tres culturas.
El Garoden del difunto y nunca olvidado Jiro Taniguchi es algo que me ha sorprendido para bien. Porque es un manga de acción, cruento en ocasiones y peleas, sencillo en su argumento. Pero no hay que confundirse, esto no es un shonen lleno de flipadas. Es otra maravilla del maestro, dibujando como acostumbraba, narrando como tan bien sabía hacerlo, y manteniendo esa sensibilidad especial que era su signo de identidad, incluso en historias llenas de acción como "Enemigo".
Pues tenemos una historia sumamente sencilla en este tomo autoconclusivo: Bunsichi Tanba lleva una vida donde su objetivo claro y vital es medirse contra los mejores luchadores que pueda encontrarse, mientras él mismo sigue un patrón de vida de cuidado físico y disciplina. No es un camorrista, solo busca medirse con gente que sabe luchar. Dos combates marcaron su vida, y volverá a ellos continuamente. Uno en su mente, y el otro será el objetivo final de esta historia.
Salto de país. Si os hablo de un grupo de soldados acostumbrados a lidiar en la enorme y más o menos nueva frontera norteamericana, hábiles cabalgando, en una historia que implica alianzas y escaramuzas con Hopis, Apaches y Comanches a finales del siglo XVIII ¿Que os viene a la cabeza? ¡Pues os lo sacáis aunque sea a hostias contra la pared! Porque aquí vamos con una historia española, de soldados españoles, de un cuerpo militar que duró siglos, y que dejó huella e influencia en ese territorio: los Dragones de Cuera, los Dragones de Frontera.
Reciben su nombre de su prenda más característica, la cuera, esa prenda sin mangas con hasta siete capas de cuero, que detenía las flechas de las tribus autóctonas. Gente duras como rocas, en un territorio donde estas abundan tanto como el polvo. Y si no te curtes y te conviertes en lo uno, te conviertes en lo otro.
El álbum recopila dos arcos, aunque están unidos entre sí formando un todo, con el secuestro de una monja franco-canadiense como un hilo conductor, dentro de un relato de aventuras y desventuras con un fortísimo sabor clásico. De hecho, es que el guionista vasco Gregorio Muro Harriet bebe y homenajéa al guionista de Blueberry, el gran clásico europeo del western. Y eso tenemos aquí, un western, pero no llevado por cow-boys, cuya figura viene precisamente en gran medida de este cuerpo militar, sino por Pablo, Manuel o Juan Bautista.
Y luego está el DIBUJAZO de Iván Gil:
Hay una viñeta que me ha encantado. Estamos en un ataque comanche, y el caudillo grita a las murallas "¡Esta tierra volverá a ser nuestra, MUERTE A LOS EXTRANJEROS!" , y un español, o más bien 'español' responde "De que habla, si el abuelo de mi abuelo ya vivía aquí", replicado por un hopi a su lado, "Sí, y mis antepasados estaban antes que el abuelo de tu abuelo". A finales de año tenemos más material de los dragones, y lo voy a coger con ganas.
Y ahora sí vamos a los Estados Unidos, con un tebeo del que me he bebido 25 números en dos días, uno de los clásicos de este siglo en el género de superhéroes: INVENCIBLE.
Gracias a la serie de Amazon ya tenemos una carta de presentación excelente del personaje, pensado y proyectado durante más de diez años como un Spiderman para el siglo XXI.
Seguro que esto os suena. El cómic empieza dibujado por Cory Walker, amigo del guionista y cocreador con él del personaje y universo, Robert Kirkman, el tipo que creó Los Muertos Vivientes... o Walking Dead, para los profanos.
Pues para cuando llega el mítico "Hijo, tenemos que hablar", en el número diez de la colección, ya está por ahí su dibujante definitivo, Ryan Ottley. Empieza dibujando muy similar al trazo y sencillez visual de Walker, aunque luego irá ofreciendo más complejidad en dibujo y narrativa, sin despegarse aún del estilo base en el número al que he llegado, a diferencia del cambiazo entre Tommy Moore y Charlie Addlar en Los Muertos Vivientes.
Lo que me ha gustado MUCHO es que el cómic no es una revisión compleja, psicológica y deconstructiva y reconstructiva del patrón de los superhéroes. No de la forma gafapasta, al menos, el tono es enormemente ligero, en cada número no tienes solo la aventurilla mensual, sino los temas personajes del pobre Mark Grayson, y todo tipo de colgajos y situaciones adicionales que se van desplegando y resolviendo en los siguientes números. Eso es puro estilo clásico, pero entendiéndolo a la perfección y sabiendo refrescarlo para hacerlo moderno.
Aquí lo contrastaría con la imprescindible etapa de Los Vengadores de Kurt Busiek de finales de los noventa, dibujada por George Pérez. Aquí tenemos verdadero estilo clásico en planteamientos y narrativas, es como ver los cómics de los 70 y los 80, muy bien entendidos y mejorados. Invencible sin embargo sigue cánones y fórmulas a la hora de crear la serie, pero la presentación y desarrollo los actualizan, los refrescan como digo. Y me están cayendo las grapas como si fueran pipas.
Como último dato, en los ¿Doce o trece capítulos? de la serie se ven cosas que suceden en estos dos primeros años de vida en los cómics, pero el asuntillo con Omniman se resuelve en el primer año, mientras que en la serie llega al final de la temporada, cuando ya han pasado cosas como lo de Marte y otros asuntos. Los hermanos Mauler (los tipos azules mamados) son personajes cojonudos que tienen un recorrido interesante y más amplio que lo visto en la serie. Y son uno de los puntales entre un buen número de ellos, para seguir y seguir leyendo, la forma en la que se conectan los números, el ver cosas que no es que se vayan a resolver, quizás ni a tratar, en el siguiente número, pero otras sí lo harán, mientras se plantean aún más y más... ¡ES PURA ADICCIÓN!
Bueno, pues vamos con tres reseñas, tres países, tres culturas.
El Garoden del difunto y nunca olvidado Jiro Taniguchi es algo que me ha sorprendido para bien. Porque es un manga de acción, cruento en ocasiones y peleas, sencillo en su argumento. Pero no hay que confundirse, esto no es un shonen lleno de flipadas. Es otra maravilla del maestro, dibujando como acostumbraba, narrando como tan bien sabía hacerlo, y manteniendo esa sensibilidad especial que era su signo de identidad, incluso en historias llenas de acción como "Enemigo".
Pues tenemos una historia sumamente sencilla en este tomo autoconclusivo: Bunsichi Tanba lleva una vida donde su objetivo claro y vital es medirse contra los mejores luchadores que pueda encontrarse, mientras él mismo sigue un patrón de vida de cuidado físico y disciplina. No es un camorrista, solo busca medirse con gente que sabe luchar. Dos combates marcaron su vida, y volverá a ellos continuamente. Uno en su mente, y el otro será el objetivo final de esta historia.
Salto de país. Si os hablo de un grupo de soldados acostumbrados a lidiar en la enorme y más o menos nueva frontera norteamericana, hábiles cabalgando, en una historia que implica alianzas y escaramuzas con Hopis, Apaches y Comanches a finales del siglo XVIII ¿Que os viene a la cabeza? ¡Pues os lo sacáis aunque sea a hostias contra la pared! Porque aquí vamos con una historia española, de soldados españoles, de un cuerpo militar que duró siglos, y que dejó huella e influencia en ese territorio: los Dragones de Cuera, los Dragones de Frontera.
Reciben su nombre de su prenda más característica, la cuera, esa prenda sin mangas con hasta siete capas de cuero, que detenía las flechas de las tribus autóctonas. Gente duras como rocas, en un territorio donde estas abundan tanto como el polvo. Y si no te curtes y te conviertes en lo uno, te conviertes en lo otro.
El álbum recopila dos arcos, aunque están unidos entre sí formando un todo, con el secuestro de una monja franco-canadiense como un hilo conductor, dentro de un relato de aventuras y desventuras con un fortísimo sabor clásico. De hecho, es que el guionista vasco Gregorio Muro Harriet bebe y homenajéa al guionista de Blueberry, el gran clásico europeo del western. Y eso tenemos aquí, un western, pero no llevado por cow-boys, cuya figura viene precisamente en gran medida de este cuerpo militar, sino por Pablo, Manuel o Juan Bautista.
Y luego está el DIBUJAZO de Iván Gil:
Hay una viñeta que me ha encantado. Estamos en un ataque comanche, y el caudillo grita a las murallas "¡Esta tierra volverá a ser nuestra, MUERTE A LOS EXTRANJEROS!" , y un español, o más bien 'español' responde "De que habla, si el abuelo de mi abuelo ya vivía aquí", replicado por un hopi a su lado, "Sí, y mis antepasados estaban antes que el abuelo de tu abuelo". A finales de año tenemos más material de los dragones, y lo voy a coger con ganas.
Y ahora sí vamos a los Estados Unidos, con un tebeo del que me he bebido 25 números en dos días, uno de los clásicos de este siglo en el género de superhéroes: INVENCIBLE.
Gracias a la serie de Amazon ya tenemos una carta de presentación excelente del personaje, pensado y proyectado durante más de diez años como un Spiderman para el siglo XXI.
Seguro que esto os suena. El cómic empieza dibujado por Cory Walker, amigo del guionista y cocreador con él del personaje y universo, Robert Kirkman, el tipo que creó Los Muertos Vivientes... o Walking Dead, para los profanos.
Pues para cuando llega el mítico "Hijo, tenemos que hablar", en el número diez de la colección, ya está por ahí su dibujante definitivo, Ryan Ottley. Empieza dibujando muy similar al trazo y sencillez visual de Walker, aunque luego irá ofreciendo más complejidad en dibujo y narrativa, sin despegarse aún del estilo base en el número al que he llegado, a diferencia del cambiazo entre Tommy Moore y Charlie Addlar en Los Muertos Vivientes.
Lo que me ha gustado MUCHO es que el cómic no es una revisión compleja, psicológica y deconstructiva y reconstructiva del patrón de los superhéroes. No de la forma gafapasta, al menos, el tono es enormemente ligero, en cada número no tienes solo la aventurilla mensual, sino los temas personajes del pobre Mark Grayson, y todo tipo de colgajos y situaciones adicionales que se van desplegando y resolviendo en los siguientes números. Eso es puro estilo clásico, pero entendiéndolo a la perfección y sabiendo refrescarlo para hacerlo moderno.
Aquí lo contrastaría con la imprescindible etapa de Los Vengadores de Kurt Busiek de finales de los noventa, dibujada por George Pérez. Aquí tenemos verdadero estilo clásico en planteamientos y narrativas, es como ver los cómics de los 70 y los 80, muy bien entendidos y mejorados. Invencible sin embargo sigue cánones y fórmulas a la hora de crear la serie, pero la presentación y desarrollo los actualizan, los refrescan como digo. Y me están cayendo las grapas como si fueran pipas.
Como último dato, en los ¿Doce o trece capítulos? de la serie se ven cosas que suceden en estos dos primeros años de vida en los cómics, pero el asuntillo con Omniman se resuelve en el primer año, mientras que en la serie llega al final de la temporada, cuando ya han pasado cosas como lo de Marte y otros asuntos. Los hermanos Mauler (los tipos azules mamados) son personajes cojonudos que tienen un recorrido interesante y más amplio que lo visto en la serie. Y son uno de los puntales entre un buen número de ellos, para seguir y seguir leyendo, la forma en la que se conectan los números, el ver cosas que no es que se vayan a resolver, quizás ni a tratar, en el siguiente número, pero otras sí lo harán, mientras se plantean aún más y más... ¡ES PURA ADICCIÓN!