25-09-2022 00:44
Joder que año para los artistas del cómic. Ya hemos tenido varios fallecimientos de ilustres, y ahora se le suma esta enfermedad tan horrorosa para Carlos Pacheco. Solo desearle que él y su familia puedan llevar lo mejor posible esta situación asquerosa. Me quedo con estos meses escuchándole en el podcast "Papel de Chicle", espero que pueda seguir oyéndole al menos un buen tiempo.
Bueno, yo me he terminado los doce números de los Omega Men de Tom King y Barnaby Bagenda, y me ha parecido una serie cojonuda. El concepto se apoya en el del grupo original de 1981 (están casi todos los personajes de aquel momento), el sistema Vega, con seis planetas. Un lugar de corrupción y un puño de hierro gobernando todo en la figura de La Ciudadela. La parte 'humana' viene de manos de Kyle Rayner, aquel Green Lantern accidental cuando todo el cuerpo se fue a la mierda por la furia de Hal Jordan. Ahora, siendo un White Lantern, accede a negociar entre los poderes del sistema Vega, y esos Omega Men, considerados terroristas. E, inocente de él, cede su anillo al lider de la Ciudadela, porque los Lantern no tienen jurisdicción en este sistema planetario... del que depende gran parte de la galaxia.
Las cosas no le van bien. Le capturan... y le matan. Mostrando una secuencia que recuerda poderosamente a los mensajes y ejecuciones del Estado Islámico. Pero es que encima, todo el tema de la importancia de Vega (es el único punto del universo donde se puede extraer un mineral que estabiliza los núcleos planetarios, evitando catástrofes como la de Krypton), es un trasunto de la explotación indiscriminada de recursos, el colonialismo, y en definitiva, una carga política y social enorme en lo que es una space ópera aventurera.
El tono está lleno de grises, de negros profundos, de decadencia, de superar límites y cometer barbaridades por ese 'fin justo' que tantos personajes presentan. Me ha parecido una maravilla, con momentos claramente incómodos, y con una resolución final inquietante y bastante lejana del final feliz que se podría esperar hablando de un imperio malote y una revolución justa.
El dibujo de Bagenda me ha gustado, pero no me ha conquistado. Tiene detalles de talento, con otros más normaluchos, resueltos gracias a un coloreado muy conseguido. Y como postre final, una 'charla' con el lector en la última página, hablando de como funciona los 'gutters' en los cómics, esto es, el espacio entre viñetas, y las rejillas que crean.
Está a diez pavos en ese formato de tomitos que está sacando ECC, hay que forzar un poco la vista, pero merece la pena.
Bueno, yo me he terminado los doce números de los Omega Men de Tom King y Barnaby Bagenda, y me ha parecido una serie cojonuda. El concepto se apoya en el del grupo original de 1981 (están casi todos los personajes de aquel momento), el sistema Vega, con seis planetas. Un lugar de corrupción y un puño de hierro gobernando todo en la figura de La Ciudadela. La parte 'humana' viene de manos de Kyle Rayner, aquel Green Lantern accidental cuando todo el cuerpo se fue a la mierda por la furia de Hal Jordan. Ahora, siendo un White Lantern, accede a negociar entre los poderes del sistema Vega, y esos Omega Men, considerados terroristas. E, inocente de él, cede su anillo al lider de la Ciudadela, porque los Lantern no tienen jurisdicción en este sistema planetario... del que depende gran parte de la galaxia.
Las cosas no le van bien. Le capturan... y le matan. Mostrando una secuencia que recuerda poderosamente a los mensajes y ejecuciones del Estado Islámico. Pero es que encima, todo el tema de la importancia de Vega (es el único punto del universo donde se puede extraer un mineral que estabiliza los núcleos planetarios, evitando catástrofes como la de Krypton), es un trasunto de la explotación indiscriminada de recursos, el colonialismo, y en definitiva, una carga política y social enorme en lo que es una space ópera aventurera.
El tono está lleno de grises, de negros profundos, de decadencia, de superar límites y cometer barbaridades por ese 'fin justo' que tantos personajes presentan. Me ha parecido una maravilla, con momentos claramente incómodos, y con una resolución final inquietante y bastante lejana del final feliz que se podría esperar hablando de un imperio malote y una revolución justa.
El dibujo de Bagenda me ha gustado, pero no me ha conquistado. Tiene detalles de talento, con otros más normaluchos, resueltos gracias a un coloreado muy conseguido. Y como postre final, una 'charla' con el lector en la última página, hablando de como funciona los 'gutters' en los cómics, esto es, el espacio entre viñetas, y las rejillas que crean.
Está a diez pavos en ese formato de tomitos que está sacando ECC, hay que forzar un poco la vista, pero merece la pena.