01-02-2022 17:07
Vamos con más obrejas de esas de tocar la fibra, cada una por sus propios y fantásticos motivos:
Terminado el Bone de Jeff Smith. Nueve tomos (tengo que ver si están los especiales de Rose y el antepasado Bone en mis biblios) que, como ya dije más atrás, es una suerte de "El Señor de los Anillos" contado por Disney... o quizás más bien Don Bluth. Con un dibujo claramente inspirado en la animación (en la versión coloreada con sombreados adicionales casi parece que vemos fotogramas pasando en algunas páginas y viñetas), lo que empieza como una historia con un punto muy cómico, se va tornando en una aventura global y épica que se oscurece y complica, pero manteniendo el toque cartoon, aún presentando momentos dramáticos y duros. Los tres Bone protagonistas son ese conductor alegre de la historia, hasta en esos momentos más complicados, para darte un final que... no, no es la ilustración de abajo. Es mucho más genial y que resume de manera formidable esa combinación de aventura, sentimiento y comedia. "¡Estúpidas, estúpidas monstrorratas!"
Seguimos con lo sentimental, en una de las mejores historias de amor que he tenido el placer de disfrutar en años. Carta Blanca de Jordi Lafebre. El autor tiene una buena trayectoria en cómic europeo, industria francobelga, con el francés Zidrou (que no es el tío que entrena al Real Madrid... que yo sepa), aunque para mi esta es su primera obra, y espero que no la última, porque ha sido maravillosa.
Estamos ante la historia de amor entre Ana y Zeno, de varias décadas de duración, y... contada hacia atrás. Empezamos en el capítulo veinte, siendo la página con la que terminaré esta barrila una de las primeras que veremos nada más ponernos con este tesorito. A partir de ahí, contando hacia atrás, iremos viendo como se ha desarrollado ese amor distanciado pero firme, una fuerza tan poderosa capaz de hacer retroceder el mismo tiempo. Pero esto no es solo el hecho de que dos personas se encuentren al final de una larga vida, sino de como el tiempo afecta a las vidas de las personas o de una misma ciudad.
Los recursos visuales de Faebre me han devuelto al cómic más puro de mi infancia. Ya no es ese dibujo más "plástico" y móvil que muestran rostros, cuerpos y trazos. Sino maravillosos recursos ahora casi que parecen anticuados como poner volutas de humo cuando un personaje se irrita, 'chispas' ante un chasquido de dedos, cantidades ingentes de líneas cinéticas y de expresión... que solo refuerzan una historia tremendamente sólida contada de manera aún más sólida.
Lo curioso es que en ese juego de bajar del 20 al 1 leyendo el cómic de forma normal, podemos hacer lo contrario, podemos invertir el orden empezando por el final del tebeo, en ese primer capítulo, y que la cosa siga funcionando. Creo que lo haré antes de devolver el cómic a mi biblioteca. Entonces esta página sí podría ser un buen spoiler.
Seguimos con obras de gran calado, esta vez con el tramo final de La Cosa del Pantano de Alan Moore. Tras el terror, tras lo sobrenatural, tras el superheroísmo, ¿Que queda? Pues mezclarlo todo con unos autores desatados, en un último viaje de la sombra vegetal de Alec Holland, viajando de planeta en planeta, con vivencias tan extrañas y fascinantes que toca verlas uno mismo.
Ya termino con la chapa con otra grata sorpresa. Sin la calidad de las tres anteriores, pero que confirma claramente el clásico refrán "Quien tuvo retuvo", con La Tumba de Batman, de Warren Ellis y Bryan Hitch.
Porque no me parece ni el mejor guion e historia de Ellis, ni un dibujo que me deje la huella de otros trabajos pretéritos de Hitch. Pero cuando tienes a dos máquinas, hasta una obra """menor""" tiene algo que ofrecer. En este caso, una historia de un Batman más detective y menos 'super', que ya iba yo echando de menos. Durante una investigación más psicológica que basada en el suspense y el misterio, el cruzado de la capa va profundizando en la cabeza no ya de la enésima amenaza de Gotham, sino en la suya misma.
El dibujo de Hitch es tanto espectacular, como algo falto de ritmo a veces, pero he llegado a simpatizar con esas secuencias de acción sin onomatopeyas siquiera, fotogramas o diapositivas en una película muda, muy acentuado este curioso efecto en el último capítulo de la historia.
Termino destacando el INMENSO papel de Alfred (recordando al respetable que el personaje está muerto en la continuidad actual, aquí estamos ante una historia lateral), con unos diálogos impagables entre él y Bruce (porque aunque se ponga la máscara, Alfred siempre logra hablar con Bruce Wayne), y el inglesito dando algunos momentos durante la historia simplemente soberbios.
(Ultima edición: 01-02-2022 17:12 por Rosstheboss.)
Terminado el Bone de Jeff Smith. Nueve tomos (tengo que ver si están los especiales de Rose y el antepasado Bone en mis biblios) que, como ya dije más atrás, es una suerte de "El Señor de los Anillos" contado por Disney... o quizás más bien Don Bluth. Con un dibujo claramente inspirado en la animación (en la versión coloreada con sombreados adicionales casi parece que vemos fotogramas pasando en algunas páginas y viñetas), lo que empieza como una historia con un punto muy cómico, se va tornando en una aventura global y épica que se oscurece y complica, pero manteniendo el toque cartoon, aún presentando momentos dramáticos y duros. Los tres Bone protagonistas son ese conductor alegre de la historia, hasta en esos momentos más complicados, para darte un final que... no, no es la ilustración de abajo. Es mucho más genial y que resume de manera formidable esa combinación de aventura, sentimiento y comedia. "¡Estúpidas, estúpidas monstrorratas!"
Seguimos con lo sentimental, en una de las mejores historias de amor que he tenido el placer de disfrutar en años. Carta Blanca de Jordi Lafebre. El autor tiene una buena trayectoria en cómic europeo, industria francobelga, con el francés Zidrou (que no es el tío que entrena al Real Madrid... que yo sepa), aunque para mi esta es su primera obra, y espero que no la última, porque ha sido maravillosa.
Estamos ante la historia de amor entre Ana y Zeno, de varias décadas de duración, y... contada hacia atrás. Empezamos en el capítulo veinte, siendo la página con la que terminaré esta barrila una de las primeras que veremos nada más ponernos con este tesorito. A partir de ahí, contando hacia atrás, iremos viendo como se ha desarrollado ese amor distanciado pero firme, una fuerza tan poderosa capaz de hacer retroceder el mismo tiempo. Pero esto no es solo el hecho de que dos personas se encuentren al final de una larga vida, sino de como el tiempo afecta a las vidas de las personas o de una misma ciudad.
Los recursos visuales de Faebre me han devuelto al cómic más puro de mi infancia. Ya no es ese dibujo más "plástico" y móvil que muestran rostros, cuerpos y trazos. Sino maravillosos recursos ahora casi que parecen anticuados como poner volutas de humo cuando un personaje se irrita, 'chispas' ante un chasquido de dedos, cantidades ingentes de líneas cinéticas y de expresión... que solo refuerzan una historia tremendamente sólida contada de manera aún más sólida.
Lo curioso es que en ese juego de bajar del 20 al 1 leyendo el cómic de forma normal, podemos hacer lo contrario, podemos invertir el orden empezando por el final del tebeo, en ese primer capítulo, y que la cosa siga funcionando. Creo que lo haré antes de devolver el cómic a mi biblioteca. Entonces esta página sí podría ser un buen spoiler.
Seguimos con obras de gran calado, esta vez con el tramo final de La Cosa del Pantano de Alan Moore. Tras el terror, tras lo sobrenatural, tras el superheroísmo, ¿Que queda? Pues mezclarlo todo con unos autores desatados, en un último viaje de la sombra vegetal de Alec Holland, viajando de planeta en planeta, con vivencias tan extrañas y fascinantes que toca verlas uno mismo.
Ya termino con la chapa con otra grata sorpresa. Sin la calidad de las tres anteriores, pero que confirma claramente el clásico refrán "Quien tuvo retuvo", con La Tumba de Batman, de Warren Ellis y Bryan Hitch.
Porque no me parece ni el mejor guion e historia de Ellis, ni un dibujo que me deje la huella de otros trabajos pretéritos de Hitch. Pero cuando tienes a dos máquinas, hasta una obra """menor""" tiene algo que ofrecer. En este caso, una historia de un Batman más detective y menos 'super', que ya iba yo echando de menos. Durante una investigación más psicológica que basada en el suspense y el misterio, el cruzado de la capa va profundizando en la cabeza no ya de la enésima amenaza de Gotham, sino en la suya misma.
El dibujo de Hitch es tanto espectacular, como algo falto de ritmo a veces, pero he llegado a simpatizar con esas secuencias de acción sin onomatopeyas siquiera, fotogramas o diapositivas en una película muda, muy acentuado este curioso efecto en el último capítulo de la historia.
Termino destacando el INMENSO papel de Alfred (recordando al respetable que el personaje está muerto en la continuidad actual, aquí estamos ante una historia lateral), con unos diálogos impagables entre él y Bruce (porque aunque se ponga la máscara, Alfred siempre logra hablar con Bruce Wayne), y el inglesito dando algunos momentos durante la historia simplemente soberbios.