03-10-2021 21:06
Bueno, pues tres tebeos majos para reseñar:
Con El Velo me he quedado gratamente sorprendido. Guion de El Torres y un dibujo increíble de Gabriel Hernández. La historia va de una detective peculiar que resuelve casos gracias a su capacidad para ver a los muertos que han sido asesinados. Esto sería una fusilada de las series esas de mierda tipo 'entre fantasmas' o la otra aquella que ni me acuerdo del título. Pero como digo, el dibujo de Hernández y la sólida construcción de Torres hacen de la historia algo muy diferente y desasosegante.
Porque algo que es bastante difícil en mi opinión en el cómic es conseguir transmitir terror. Una novela tiene el efecto de que el lector se apoya en su imaginación a través del texto, y cine y videojuegos utilizan de forma muy directa imagen y sonido (en los videojuegos además la interactividad). El cómic con su inmenso potencial creo que podría quedar entre ambas aguas. Pero me encanta que me echen abajo mis ideas preconcebidas con todos mis años. Porque El Velo me ha sorprendido mucho.
El punto de partida sobre las capacidades sobrenaturales de la protagonista nos lleva a lo realmente importante, el volver a su pueblo natal por unos asuntos de familia, y tener que afrontar algo oscuro, algo repungante y podrido que allí crece. La historia no viene a reinventar la rueda pero funciona perfectamente, con algunas sorpresas. Pero insisto, el dibujo de Hernández lo es todo -obviamente las indicaciones y diseño de Torres habrán sido vitales también- para conseguir pasar momentos incluso desagradables con un cómic. Y no estoy nada habituado a ello. Recuerdo Uzumaki de Junji Ito, pero las sensaciones eran más físicas, era asco y repulsión, frente a algo más psicológico y perturbador en esta obra.
Pues también algo artístico, pero de otra forma, Las Meninas, de Javier Olivares y Santiago García, el duo de La Cólera, que ya la comenté más atrás. Este es su trabajo anterior, llenito de premios y reconocimientos, y también trufado de experimentación visual y formal, así como de una vena artística profunda.
Una soberbia deconstrucción de la vida de Diego Velázquez, teniendo como punto central su gran creación, una de las obras cumbre de la historia del arte de nuestra especie. Como digo, hay una cantidad enorme de recursos estilísticos y narrativos, saltos en el tiempo, cambios al punto de vista de personajes que están conectados con la vida y la obra de Don Diego... Pero no me han entrado tan bien como en la cólera. En ambos cómics los dos autores hacen sendas proezas artísticas, y son buenos motivos de porqué le veo muy pocos límites al cómic. No comulgo del todo ante obras con tanta fuerza narrativa -al menos, en esta primera lectura-, pero es que ambas me parecen geniales.
Y algo también genial y artístico, aunque menos, sería la obra de Luis Eduardo Oliveira en el quinto ciclo de su saga de ciencia-ficción Aldebarán.
De nuevo volvemos con Kim Keller, la protagonista infatigable de los tres primeros. De nuevo la historia se apuntala en el misterio, la exploración de un mundo exótico, los conflictos entre las personas ante los avances y los problemas que van surgiendo, y el descubrimiento de cosas más exóticas. En el tercero, Antares, se me hizo muy descarada la fórmula, pero todo siguió excelente. Aquí diría que el autor empieza a acusar desgaste, de los años que lleva con esta saga y quizás su propia edad, que Leo se acerca a los ochenta años. De hecho, siempre se coloreaba el mismo y aquí recurre a una colorista externa. Y las partes más exóticas y sus imaginativos diseños y extrañas situaciones ya no funcionan tan bien. Pero todo me sigue rayando a una gran calidad. Pero, o bien diseña estructuras más diferenciadas como en el ciclo anterior, "Supervivientes", o empieza a pensar en echar el cierre, que por lo que me comentan es lo que ha declarado. Espero que ese último ciclo de esa grandiosa saga ci-fi europea tenga una conclusión a la altura de tantos años y el gran trabajo y calidad que tiene detrás.
Con El Velo me he quedado gratamente sorprendido. Guion de El Torres y un dibujo increíble de Gabriel Hernández. La historia va de una detective peculiar que resuelve casos gracias a su capacidad para ver a los muertos que han sido asesinados. Esto sería una fusilada de las series esas de mierda tipo 'entre fantasmas' o la otra aquella que ni me acuerdo del título. Pero como digo, el dibujo de Hernández y la sólida construcción de Torres hacen de la historia algo muy diferente y desasosegante.
Porque algo que es bastante difícil en mi opinión en el cómic es conseguir transmitir terror. Una novela tiene el efecto de que el lector se apoya en su imaginación a través del texto, y cine y videojuegos utilizan de forma muy directa imagen y sonido (en los videojuegos además la interactividad). El cómic con su inmenso potencial creo que podría quedar entre ambas aguas. Pero me encanta que me echen abajo mis ideas preconcebidas con todos mis años. Porque El Velo me ha sorprendido mucho.
El punto de partida sobre las capacidades sobrenaturales de la protagonista nos lleva a lo realmente importante, el volver a su pueblo natal por unos asuntos de familia, y tener que afrontar algo oscuro, algo repungante y podrido que allí crece. La historia no viene a reinventar la rueda pero funciona perfectamente, con algunas sorpresas. Pero insisto, el dibujo de Hernández lo es todo -obviamente las indicaciones y diseño de Torres habrán sido vitales también- para conseguir pasar momentos incluso desagradables con un cómic. Y no estoy nada habituado a ello. Recuerdo Uzumaki de Junji Ito, pero las sensaciones eran más físicas, era asco y repulsión, frente a algo más psicológico y perturbador en esta obra.
Pues también algo artístico, pero de otra forma, Las Meninas, de Javier Olivares y Santiago García, el duo de La Cólera, que ya la comenté más atrás. Este es su trabajo anterior, llenito de premios y reconocimientos, y también trufado de experimentación visual y formal, así como de una vena artística profunda.
Una soberbia deconstrucción de la vida de Diego Velázquez, teniendo como punto central su gran creación, una de las obras cumbre de la historia del arte de nuestra especie. Como digo, hay una cantidad enorme de recursos estilísticos y narrativos, saltos en el tiempo, cambios al punto de vista de personajes que están conectados con la vida y la obra de Don Diego... Pero no me han entrado tan bien como en la cólera. En ambos cómics los dos autores hacen sendas proezas artísticas, y son buenos motivos de porqué le veo muy pocos límites al cómic. No comulgo del todo ante obras con tanta fuerza narrativa -al menos, en esta primera lectura-, pero es que ambas me parecen geniales.
Y algo también genial y artístico, aunque menos, sería la obra de Luis Eduardo Oliveira en el quinto ciclo de su saga de ciencia-ficción Aldebarán.
De nuevo volvemos con Kim Keller, la protagonista infatigable de los tres primeros. De nuevo la historia se apuntala en el misterio, la exploración de un mundo exótico, los conflictos entre las personas ante los avances y los problemas que van surgiendo, y el descubrimiento de cosas más exóticas. En el tercero, Antares, se me hizo muy descarada la fórmula, pero todo siguió excelente. Aquí diría que el autor empieza a acusar desgaste, de los años que lleva con esta saga y quizás su propia edad, que Leo se acerca a los ochenta años. De hecho, siempre se coloreaba el mismo y aquí recurre a una colorista externa. Y las partes más exóticas y sus imaginativos diseños y extrañas situaciones ya no funcionan tan bien. Pero todo me sigue rayando a una gran calidad. Pero, o bien diseña estructuras más diferenciadas como en el ciclo anterior, "Supervivientes", o empieza a pensar en echar el cierre, que por lo que me comentan es lo que ha declarado. Espero que ese último ciclo de esa grandiosa saga ci-fi europea tenga una conclusión a la altura de tantos años y el gran trabajo y calidad que tiene detrás.