(21-04-2016 11:52)Rivera escribió:Frachuzas, yo lo veo como una anécdota, pues eso de
Spoiler :
No creo que sea tan anecdótico cuando justo al final, tras depositar los restos de los señores de la ceniza, viajamos a otro Enlace diferente pero idéntico al mismo tiempo. Tres versiones en un mismo juego, y una de ellas en el mismísimo clímax de la historia. Hay algo ahí más que la mera reutilización por conveniencia. A menos que queramos creer que el propio final fue improvisado para cumplir plazos, claro.
Además, ya digo que es recurrente si miramos Bloodborne, pero es que ahí tiene una explicación: la versión de la cabaña que usamos nosotros para subir de nivel y viajar a los sitios es una recreación onírica. Un sueño que tomó como base un edificio del mundo real. Es consistente con la lógica interna del juego y no cuesta atar los cabos. El caso de Dark Souls 3 es un poco más ambiguo.
Yo insisto en que es una de las pistas que me lleva a creer que lo que nosotros experimentamos sólo es una capa de la historia, pero que hay varias transcurriendo y convergiendo continuamente en Lordran/Lothric. Si nosotros invadimos otros mundos, y personajes de otros mundos invaden el nuestro, ¿no tiene sentido pensar que cada uno de esos mundos tiene que tener su propio Santuario de Enlace? Es más, el de nuestro mundo es precisamente el que está detrás de Oceiros. Es al que tenemos acceso a pie, el que está realmente conectado a Lothric, Irithyll y demás de una forma física.
Pero llegado este punto, cabe destacar que nosotros no empezamos en la zona previa a ese mismo Enlace, sino otra, inconexa. Nuestro tutorial transcurre en un mundo, y al teletrasportarnos al Muro de Lothric, viajamos a otro que ya nunca abandonamos a menos que usemos la hoguera para regresar a Enlace. El muro, el asentamiento, el camino de los sacrificios, la catedral, Irithyll, Anor Londo, la capital profanada... todo es un viaje continuo, sin teletransportes. La única excepción es el Pico del Archidragón, que al igual que el mundo pintado de Ariamis o el castillo de Cainhurst (zonas opcionales, nótese el paralelismo) tiene un método de llegada totalmente atípico y fantasioso.
¿Por qué coincidimos con Anri o con Sirris en el Enlace, si luego para ayudarlos en combate debemos salir del mundo que estamos explorando? Anri nos lleva a su versión de Anor Londo, y Sirris a sus versiones de Irithyll y el Asentamiento de los no muertos. Del mismo modo, para invocarlos nosotros y que nos ayuden contra los jefes, no están junto a la puerta de niebla esperando: acuden desde otro mundo a través de los marcadores. Un contraargumento a esto es la posibilidad de encontrar a estos personajes en nuestro mundo y hablar con ellos sin invocaciones de por medio, como cuando Anri busca a su compañero en las Catacumbas. Pero creo que es simplemente una concesión, una pequeña fisura de la lógica interna, porque no sería posible (o mejor dicho, práctico) implementar las invocaciones para esta clase de interacciones. Una fisura que, además, tras todo este tiempo puede traer nuevas implicaciones para la trama. ¿Hasta qué punto las barreras entre mundos son sólidas o responden a diferente reglas según la situación?
Resumiendo, que esto se ha alargado más de lo que esperaba: nosotros no salimos de la tumba en el mundo del juego, sino en otro, del que apenas vemos un par de kilómetros cuadrados. La hoguera de Enlace nos lleva allí. Y allí, si exploramos lo suficiente, vemos que existe una equivalencia tanto de nuestro cementerio de origen, como del Enlace. Porque hay réplicas, ecos. A través del tiempo y de las dimensiones. Y cada personaje explora la suya propia (aunque posiblemente el Horno de la Primera Llama sea un punto de unión común para todas ellas, desde donde ves la verdad: todo está distorsionado alrededor).
Además, ya digo que es recurrente si miramos Bloodborne, pero es que ahí tiene una explicación: la versión de la cabaña que usamos nosotros para subir de nivel y viajar a los sitios es una recreación onírica. Un sueño que tomó como base un edificio del mundo real. Es consistente con la lógica interna del juego y no cuesta atar los cabos. El caso de Dark Souls 3 es un poco más ambiguo.
Yo insisto en que es una de las pistas que me lleva a creer que lo que nosotros experimentamos sólo es una capa de la historia, pero que hay varias transcurriendo y convergiendo continuamente en Lordran/Lothric. Si nosotros invadimos otros mundos, y personajes de otros mundos invaden el nuestro, ¿no tiene sentido pensar que cada uno de esos mundos tiene que tener su propio Santuario de Enlace? Es más, el de nuestro mundo es precisamente el que está detrás de Oceiros. Es al que tenemos acceso a pie, el que está realmente conectado a Lothric, Irithyll y demás de una forma física.
Pero llegado este punto, cabe destacar que nosotros no empezamos en la zona previa a ese mismo Enlace, sino otra, inconexa. Nuestro tutorial transcurre en un mundo, y al teletrasportarnos al Muro de Lothric, viajamos a otro que ya nunca abandonamos a menos que usemos la hoguera para regresar a Enlace. El muro, el asentamiento, el camino de los sacrificios, la catedral, Irithyll, Anor Londo, la capital profanada... todo es un viaje continuo, sin teletransportes. La única excepción es el Pico del Archidragón, que al igual que el mundo pintado de Ariamis o el castillo de Cainhurst (zonas opcionales, nótese el paralelismo) tiene un método de llegada totalmente atípico y fantasioso.
¿Por qué coincidimos con Anri o con Sirris en el Enlace, si luego para ayudarlos en combate debemos salir del mundo que estamos explorando? Anri nos lleva a su versión de Anor Londo, y Sirris a sus versiones de Irithyll y el Asentamiento de los no muertos. Del mismo modo, para invocarlos nosotros y que nos ayuden contra los jefes, no están junto a la puerta de niebla esperando: acuden desde otro mundo a través de los marcadores. Un contraargumento a esto es la posibilidad de encontrar a estos personajes en nuestro mundo y hablar con ellos sin invocaciones de por medio, como cuando Anri busca a su compañero en las Catacumbas. Pero creo que es simplemente una concesión, una pequeña fisura de la lógica interna, porque no sería posible (o mejor dicho, práctico) implementar las invocaciones para esta clase de interacciones. Una fisura que, además, tras todo este tiempo puede traer nuevas implicaciones para la trama. ¿Hasta qué punto las barreras entre mundos son sólidas o responden a diferente reglas según la situación?
Resumiendo, que esto se ha alargado más de lo que esperaba: nosotros no salimos de la tumba en el mundo del juego, sino en otro, del que apenas vemos un par de kilómetros cuadrados. La hoguera de Enlace nos lleva allí. Y allí, si exploramos lo suficiente, vemos que existe una equivalencia tanto de nuestro cementerio de origen, como del Enlace. Porque hay réplicas, ecos. A través del tiempo y de las dimensiones. Y cada personaje explora la suya propia (aunque posiblemente el Horno de la Primera Llama sea un punto de unión común para todas ellas, desde donde ves la verdad: todo está distorsionado alrededor).