26-07-2019 21:41
Como dije, los últimos libros han sido cortos, de unas 200 páginas cada uno si es que llegaban a eso. Y este último que acabo de leer hoy también lo era.
Isla Rubí: Las Reliquias de la Hermandad
Si, es la segunda parte del penúltimo libro que leí. La ruleta fue clemente y decidió que me saliese antes de que tuviese oportunidad de olvidarme de todos los personajes.
Es imposible hablar de éste sin soltar spoilers sobre el primero, así que ni siquiera voy a intentar evitarlo. Dudo que nadie aquí vaya a leerlos de todas formas, y de hacerlo tendrá que empezar por el primer libro igualmente.
Jaqueline es ahora la reina de los piratas de Isla Rubí, habiéndose ganado el respeto de toda la Hermandad. Su nueva posición la obliga a quedarse en tierra soñando con volverse a embarcar en los mares de libertad que tanto ama. La llegada a la isla de una flota Luona (los orientales de la ambientación) en busca de un secreto que aparentemente aún se esconde en las ruinas, y el descubrimiento de agentes de la inquisición en su propia isla hace que pronto todo esto cambie. La inquisición está moviendo ficha. Están buscando unas reliquias de poder comparable al del Rubí, y si se hacen con ellas ya nada podrá evitar que extiendan su tiranía por todos los mares. Jaqueline pronto se embarca en busca de las reliquias, acompañada de sus compañeros de la hermandad, para evitar que la Inquisición se salga con la suya.
Vale. Empezar diciendo que en mi opinión el libro está más o menos al mismo nivel que la primera parte en casi todo. Tiene los mismos puntos fuertes y las mismas trabas. Creo, sin embargo, que este segundo libro es mejor que el primero, simplemente por el hecho de que contiene más acción, más escenas bucanerescas, y mantiene el ritmo que la segunda mitad del primer libro no tenía.
Habiendo dicho esto, los fallos del libro son quizá más obvios que en el primero. Para empezar, la autora hace un uso algo extraño de los antagonistas. Existen tres antagonistas principales en este libro (en realidad cuatro, pero dos de ellos trabajan juntos). Paso por paso.
El primer antagonista es el hermano de Leonardo, el antagonista de la primera parte del primer libro. Angelo es presentado como esta persona sin escrúpulos a quienes sus hombres temen tanto que prefieren pegarse un tiro en la cabeza antes de regresar ante él con las manos vacías. El objetivo de Angelo no es vengar a su hermano, por quien no tiene aprecio alguno, sino usar una de las reliquias para traer a su padre de vuelta. Cesare, que así se llama el padre, tiene todo un trasfondo con la hermandad pirata que culmina en una guerra en la cual el tipo acaba jodiendo la vida a varios de los personajes antes de morir envenenado a manos de su hermana (que forma parte de la hermandad). Te ponen a Cesare como si fuese este señor oscuro que no puede resucitar bajo ningún concepto. Y no lo hace. De hecho, Angelo es quitado del medio hacia la mitad del libro, y la amenaza de Cesare desaparece con él.
Lo más confuso sobre Angelo es que, en realidad, era el amigo íntimo de Iñigo, el segundo de a bordo de la protagonista. Obviamente, Iñigo no tenía ni idea de lo mala persona que era y, de hecho, pensaba que estaba muerto. Pero su regreso supone una bofetada tremenda para el hispano, que debe hacer frente a la traición, el desconcierto y el dolor... O así sería si no fuese porque Iñigo recibe un tiro al principio de la trama que lo deja convaleciente durante TODO el libro, hasta el punto que me da la sensación de que la autora se olvidó de él, o algo. Debido a esto, el drama entre Iñigo y Angelo se queda en nada. Nunca tiene oportunidad de llevarlo a ninguna parte.
El segundo antagonista es un inquisidor llamado Schell... quien sufre más o menos de lo mismo que el antagonista final del primer libro. De hecho, todos los inquisidores sufren de esto: Da la sensación de que todos son el mismo personaje, compartiendo motivación y personalidad. No se da mucho trasfondo sobre él, y parece que está ahí porque alguien tiene que ser el malo durante esa parte de la historia. Igualmente, es el malo de menor importancia.
Finalmente, en la trama final hay dos antagonistas principales: Shang y Giovanna. Shang está bien porque es un personaje que había aparecido pronto en el libro y que, si bien no está ahí durante la mayor parte de él, logra ejercer un antagonismo bastante grande al básicamente provocar una masacre hacia el final de la historia mediante una de las reliquias.
Giovanna, sin embargo, es otro personaje cuyo uso me confunde. Más incluso que Angelo. Esta tipa había aparecido en el primer libro bajo el nombre de Vanna, pero de forma completamente secundaria. Tras un intento de asesinato fallido, Vanna fue metida en chirona en Isla Rubí, pero liberada por Iñigo cuando éste se entera de que era la novia de su antiguo amigo, y que en realidad había estado intentando introducirse en las filas enemigas para cobrarse su venganza. Obviamente todo esto es falso: Vanna es uno de los altos cargos de la Inquisición, y el amigo de Iñigo no solo sigue vivo sino que no es su amigo en absoluto. Cabe notarse que todo esto lo relata Iñigo durante una escena: Vanna no tiene líneas de diálogo en el primer libro salvo quizá un par de palabras durante el intento de asesinato (no lo recuerdo, iba acompañada y quizá lo dijeron los otros). Vanna vuelve a aparecer al final de este segundo libro siendo la agente de la inquisición que está detrás de Shang. No tiene ningún papel más allá que de servir como "jefa final" del libro.
El uso de este personaje me confunde. En el primer libro está claro que hay algo extraño en la situación, pero no vuelve a aparecer hasta el final de este segundo y, cuando lo hace, no se siente como que merezca ser la última amenaza. De nuevo, se siente como un inquisidor más y punto. Tiene el extra del tema de que engañó a Iñigo para que la liberase, pero, de nuevo, Iñigo no está ahí porque está convaleciente en la cama, así que este drama vuelve a quedarse en nada. Si Vanna hubiese tenido más papel en el primer libro y su engaño se hubiese extendido algo más allá de engañar a Iñigo detrás de la escena, el personaje hubiese podido ser más efectivo.
Hablo demasiado de los protagonistas y poco de lo demás. Pero en realidad poco puedo decir que no dijese ya sobre el primer libro. Los personajes secundarios son quizá mejor usados aquí (aunque la tripulación de Jacky está incluso más maltratada que en la primera parte: son los de la hermandad los que reciben algo más de cariño aquí). El trasfondo y la historia que se explica es más interesante que en el primero también. Quizá para contrarrestar esto un poco, diré que el romance entre Jaqueline y Alastair se me hizo algo cansino en ocasiones, con ésta desnudándolo con la mirada en cada párrafo que tiene oportunidad. Claro que yo soy alguien que tiende a detestar el romance, así que tampoco me hagáis mucho caso...
Finalizar diciendo que, para ser una saga de piratas, no hay ningún combate naval importante. Bueno, hay uno justo al final, pero sucede más bien como fondo de escenario que como foco de la acción.
En fin. Mi veredicto final es que es más o menos como el primero, pero algo mejor. Aventura ligera, fácil de leer, te lo comes enseguida aunque sea también algo más largo. Entretenido para pasar el tiempo, si bien algo amateur en su ejecución, cosa que realmente no me importa tanto mientras entretenga.
Isla Rubí: Las Reliquias de la Hermandad
Si, es la segunda parte del penúltimo libro que leí. La ruleta fue clemente y decidió que me saliese antes de que tuviese oportunidad de olvidarme de todos los personajes.
Es imposible hablar de éste sin soltar spoilers sobre el primero, así que ni siquiera voy a intentar evitarlo. Dudo que nadie aquí vaya a leerlos de todas formas, y de hacerlo tendrá que empezar por el primer libro igualmente.
Jaqueline es ahora la reina de los piratas de Isla Rubí, habiéndose ganado el respeto de toda la Hermandad. Su nueva posición la obliga a quedarse en tierra soñando con volverse a embarcar en los mares de libertad que tanto ama. La llegada a la isla de una flota Luona (los orientales de la ambientación) en busca de un secreto que aparentemente aún se esconde en las ruinas, y el descubrimiento de agentes de la inquisición en su propia isla hace que pronto todo esto cambie. La inquisición está moviendo ficha. Están buscando unas reliquias de poder comparable al del Rubí, y si se hacen con ellas ya nada podrá evitar que extiendan su tiranía por todos los mares. Jaqueline pronto se embarca en busca de las reliquias, acompañada de sus compañeros de la hermandad, para evitar que la Inquisición se salga con la suya.
Vale. Empezar diciendo que en mi opinión el libro está más o menos al mismo nivel que la primera parte en casi todo. Tiene los mismos puntos fuertes y las mismas trabas. Creo, sin embargo, que este segundo libro es mejor que el primero, simplemente por el hecho de que contiene más acción, más escenas bucanerescas, y mantiene el ritmo que la segunda mitad del primer libro no tenía.
Habiendo dicho esto, los fallos del libro son quizá más obvios que en el primero. Para empezar, la autora hace un uso algo extraño de los antagonistas. Existen tres antagonistas principales en este libro (en realidad cuatro, pero dos de ellos trabajan juntos). Paso por paso.
El primer antagonista es el hermano de Leonardo, el antagonista de la primera parte del primer libro. Angelo es presentado como esta persona sin escrúpulos a quienes sus hombres temen tanto que prefieren pegarse un tiro en la cabeza antes de regresar ante él con las manos vacías. El objetivo de Angelo no es vengar a su hermano, por quien no tiene aprecio alguno, sino usar una de las reliquias para traer a su padre de vuelta. Cesare, que así se llama el padre, tiene todo un trasfondo con la hermandad pirata que culmina en una guerra en la cual el tipo acaba jodiendo la vida a varios de los personajes antes de morir envenenado a manos de su hermana (que forma parte de la hermandad). Te ponen a Cesare como si fuese este señor oscuro que no puede resucitar bajo ningún concepto. Y no lo hace. De hecho, Angelo es quitado del medio hacia la mitad del libro, y la amenaza de Cesare desaparece con él.
Lo más confuso sobre Angelo es que, en realidad, era el amigo íntimo de Iñigo, el segundo de a bordo de la protagonista. Obviamente, Iñigo no tenía ni idea de lo mala persona que era y, de hecho, pensaba que estaba muerto. Pero su regreso supone una bofetada tremenda para el hispano, que debe hacer frente a la traición, el desconcierto y el dolor... O así sería si no fuese porque Iñigo recibe un tiro al principio de la trama que lo deja convaleciente durante TODO el libro, hasta el punto que me da la sensación de que la autora se olvidó de él, o algo. Debido a esto, el drama entre Iñigo y Angelo se queda en nada. Nunca tiene oportunidad de llevarlo a ninguna parte.
El segundo antagonista es un inquisidor llamado Schell... quien sufre más o menos de lo mismo que el antagonista final del primer libro. De hecho, todos los inquisidores sufren de esto: Da la sensación de que todos son el mismo personaje, compartiendo motivación y personalidad. No se da mucho trasfondo sobre él, y parece que está ahí porque alguien tiene que ser el malo durante esa parte de la historia. Igualmente, es el malo de menor importancia.
Finalmente, en la trama final hay dos antagonistas principales: Shang y Giovanna. Shang está bien porque es un personaje que había aparecido pronto en el libro y que, si bien no está ahí durante la mayor parte de él, logra ejercer un antagonismo bastante grande al básicamente provocar una masacre hacia el final de la historia mediante una de las reliquias.
Giovanna, sin embargo, es otro personaje cuyo uso me confunde. Más incluso que Angelo. Esta tipa había aparecido en el primer libro bajo el nombre de Vanna, pero de forma completamente secundaria. Tras un intento de asesinato fallido, Vanna fue metida en chirona en Isla Rubí, pero liberada por Iñigo cuando éste se entera de que era la novia de su antiguo amigo, y que en realidad había estado intentando introducirse en las filas enemigas para cobrarse su venganza. Obviamente todo esto es falso: Vanna es uno de los altos cargos de la Inquisición, y el amigo de Iñigo no solo sigue vivo sino que no es su amigo en absoluto. Cabe notarse que todo esto lo relata Iñigo durante una escena: Vanna no tiene líneas de diálogo en el primer libro salvo quizá un par de palabras durante el intento de asesinato (no lo recuerdo, iba acompañada y quizá lo dijeron los otros). Vanna vuelve a aparecer al final de este segundo libro siendo la agente de la inquisición que está detrás de Shang. No tiene ningún papel más allá que de servir como "jefa final" del libro.
El uso de este personaje me confunde. En el primer libro está claro que hay algo extraño en la situación, pero no vuelve a aparecer hasta el final de este segundo y, cuando lo hace, no se siente como que merezca ser la última amenaza. De nuevo, se siente como un inquisidor más y punto. Tiene el extra del tema de que engañó a Iñigo para que la liberase, pero, de nuevo, Iñigo no está ahí porque está convaleciente en la cama, así que este drama vuelve a quedarse en nada. Si Vanna hubiese tenido más papel en el primer libro y su engaño se hubiese extendido algo más allá de engañar a Iñigo detrás de la escena, el personaje hubiese podido ser más efectivo.
Hablo demasiado de los protagonistas y poco de lo demás. Pero en realidad poco puedo decir que no dijese ya sobre el primer libro. Los personajes secundarios son quizá mejor usados aquí (aunque la tripulación de Jacky está incluso más maltratada que en la primera parte: son los de la hermandad los que reciben algo más de cariño aquí). El trasfondo y la historia que se explica es más interesante que en el primero también. Quizá para contrarrestar esto un poco, diré que el romance entre Jaqueline y Alastair se me hizo algo cansino en ocasiones, con ésta desnudándolo con la mirada en cada párrafo que tiene oportunidad. Claro que yo soy alguien que tiende a detestar el romance, así que tampoco me hagáis mucho caso...
Finalizar diciendo que, para ser una saga de piratas, no hay ningún combate naval importante. Bueno, hay uno justo al final, pero sucede más bien como fondo de escenario que como foco de la acción.
En fin. Mi veredicto final es que es más o menos como el primero, pero algo mejor. Aventura ligera, fácil de leer, te lo comes enseguida aunque sea también algo más largo. Entretenido para pasar el tiempo, si bien algo amateur en su ejecución, cosa que realmente no me importa tanto mientras entretenga.
Las canciones que las Híades han de entonar,
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
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