07-04-2018 23:21
Land of the Lost. De esas tardes que quiero ver una peli pero no sé cuál, y de pronto surge esta entre las novedades de Netflix, y sé que se estrelló en taquilla y que dicen que es mala... pero sale Will Ferrer, que para mí es el rey de la comedia ridícula, así que algo bueno tendrá...
Al final me divirtió, pero claro, sabiendo a lo que me enfrentaba. Will Ferrer salva el conjunto por los pelos. Bueno, él y alguna escena graciosa que tiene alguno de los otros actores también. Pero la peli, como peli, es mala. Incluso como comedia tonta es mala. Los personajes van saltando de una escena a otra sin ton ni son: ahora les persigue un dinosaurio, ahora se caen por una catarata, ahora hay unos hombres lagarto... pero se siente más como escenas sueltas que como una historia biel hilada. Es que hay partes en las que sencillamente no se entiende por qué pasa lo que pasa, porque no lo explican o lo explican muy mal. De esos momentos en los que te cabreas pensando que el director debe de estar forrado, y cualquier becario estudiante de audiovisuales lo podría hacer mejor que él.
Y luego están los efectos especiales. A ratos cumplen. Pero en algunas escenas da verguenza lo mucho que se nota el CGI, parece una de esas comedias familiares de los 90.
Pero eso sí, los fans de Will Ferrer lo pueden disfrutar si son capaces de desconectar el cerebro.
(Ultima edición: 07-04-2018 23:22 por Ricardo.)
Al final me divirtió, pero claro, sabiendo a lo que me enfrentaba. Will Ferrer salva el conjunto por los pelos. Bueno, él y alguna escena graciosa que tiene alguno de los otros actores también. Pero la peli, como peli, es mala. Incluso como comedia tonta es mala. Los personajes van saltando de una escena a otra sin ton ni son: ahora les persigue un dinosaurio, ahora se caen por una catarata, ahora hay unos hombres lagarto... pero se siente más como escenas sueltas que como una historia biel hilada. Es que hay partes en las que sencillamente no se entiende por qué pasa lo que pasa, porque no lo explican o lo explican muy mal. De esos momentos en los que te cabreas pensando que el director debe de estar forrado, y cualquier becario estudiante de audiovisuales lo podría hacer mejor que él.
Y luego están los efectos especiales. A ratos cumplen. Pero en algunas escenas da verguenza lo mucho que se nota el CGI, parece una de esas comedias familiares de los 90.
Pero eso sí, los fans de Will Ferrer lo pueden disfrutar si son capaces de desconectar el cerebro.