¿El 'Steve Jobs cántabro' o un genial estafador?
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Un Maserati, un Bentley, oficinas en La Moraleja, presuntas fábricas en China, limusinas, aviones privados, contratos a todo trapo con el Real Madrid y el Barcelona, entrevistas con los presidentes de un par de comunidades autónomas, un plan megalómano para competir con Telefónica y Vodafone y un ramillete de empresas de tecnología punta que, pese a que su factótum recaudó millones de euros de más de un centenar de inversiones, no llegaron a fabricar ni a vender un solo teléfono móvil.

Así era, sostienen la Fiscalía y el juez instructor de la causa, Santiago Torres, era el teatrillo montado por Rufino Pereda, tildado a principios de siglo como el Steve Jobs cántabro, para estafar a decenas de personas (incluido el propio notario que autentificaba sus contratos) en un sofisticado y cinematográfico timo piramidal.

Le juzgan a partir de este lunes junto a otras siete personas y le piden seis años de cárcel por estafa, después de haberse pasado ya dos y ocho meses en prisión provisional. Él asegura que todo es falso, que ┬½el negocio era muy real┬╗, y en cuanto salió de prisión volvió a montar su negocio en la mismísima calle Serrano de Madrid, en el mismo edificio del despacho de uno de los denunciantes principales, el abogado Javier Guisasola.

Los denunciantes dicen que les estafó unos siete millones de euros, pero viendo los escritos de la Fiscalía la cantidad se rebaja considerablemente hasta los 2,7. Por otro lado, Pereda esgrime pruebas que acreditan que, en efecto, al menos una buena parte del negocio existió, y según él no se completó porque en la cárcel tuvo que paralizarlo todo, pero cada céntimo se invirtió. Y presenta, por ejemplo, un acuerdo firmado con el propio Miguel Ángel Gil, vicepresidente del Atlético de Madrid, para fabricar un móvil temático del club.

Autor de un pintoresco timo para unos, genio empresarial para otros, el nombre de Pereda comienza a emerger en la prensa cántabra con el cambio de siglo. Empieza a perfilar su sueño en 1999 y tiene apenas 23 años cuando funda, en 2003, Red Enlaza, el embrión de lo que habría de ser su operadora de móviles. Aún hoy, en su oficina de la calle Serrano, mantiene un showroom en el que no faltan aparatos tecnológicos de todo tipo, muchos de ellos innovadores.

Hay altavoces de pulsera, drones que caben en la palma de la mano, gafas 3D hechas de plástico, tabletas de todo pelaje, teclados de bolsillo y un sinnúmero de teléfonos móviles, el producto estrella de Rufino, que los destripa como si fueran cajetillas de tabaco -"es todo plástico y el circuito, no hay nada mágico en ellos"- y que ahora vive volcado de nuevo en el diseño de los teléfonos inspirados en equipos de fútbol.

Asegura que fue caso montado

Argumenta Pereda que nada de esto fue inventado, sino un caso montado a partir de ocho denuncias -ocho, entre más de 100 socios en 40 sociedades diferentes- que fueron ┬½firmadas bajo presión┬╗.

Acusado de inventarse acuerdos con Zara y Coca-Cola para lograr financiación y de fardar, para embelesar a sus víctimas, de haber creado teléfonos que generaban olores o que compartían estampado con vestidos de Inditex (móviles desechables para regalar junto con las prendas), Pereda asegura que nunca dijo haber logrado esos contratos, sino estar negociándolos.
Tampoco dijo, clama, que los aviones privados que usaba fueran suyos, cuando en realidad estaban alquilados a un empresario que se convertiría en uno de sus primeros denunciantes.
Él muestra, y asegura que lo hará durante el juicio que celebrará la Audiencia Provincial de Madrid, todos los acuerdos firmados con clubes de fútbol profesional para diseñar y fabricar sus móviles personalizados.

Y más aún: enseña lo que ya tiene, como un móvil temático del Real Madrid que cuenta con software propio (┬½se llama MadridOS┬╗, explica él) ┬½con más de 100 aplicaciones, una tarjeta gráfica que consigue mover por gravedad las imágenes de la pantalla", sin que falten todos los himnos, escudos y fotos del mundo merengue. Y otro tanto con el móvil de la selección española, presentado, como todos los de fútbol, en una inmensa caja forrada.

El showroom de Rufino, desde luego, si fuera un tinglado, está tan bien montado que no lo parece. Unas inmensas fotos de líneas de fabricación en China decoran las paredes, y él asegura que, en efecto, esas son las fábricas en las que se crean los teléfonos que abundan por la oficina -en el juicio le acusan de haber contratado por medio de una ETT a 56 empleados sin darles trabajo ninguno sólo para simular que tenía actividad-.

Pereda asegura además que no tiene miedo al proceso, porque en el peor de los casos ya ha cumplido la mayor parte de la condena con creces. Estuvo en prisión dos años y ocho meses y le piden seis, pero cada día en preventiva cuenta por dos de condena... Total, que es como si hubiera estado ya cinco años y pico: ┬½Mi estancia en prisión ha sido una experiencia muy positiva desde lo humano, he conocido gente increíble, no diferencio si eran funcionarios, policías o presos. Mi familia lo ha pasado muy mal, pero yo he estado muy bien┬╗, dice él con una tranquilidad absoluta -llegó a coincidir entre rejas con el Pederasta de Ciudad Lineal, "un tipo majo, aparentemente"-.

Y con la misma tranquilidad habla de negocios que por su magnitud dan vértigo: ┬½Cerré acuerdos con Tata, que es la empresa que tiene más fibra óptica de todo el mundo, habíamos acordado precios con Red Eléctrica Española, y luego habíamos acordado con fábricas en China para que nos produjesen un diseño nuestro. Después de abrir oficina en Beijing y en Shenzen, hice muchas amistades con gente del Gobierno y firmé 26 contratos con fábricas chinas, donde diseñábamos nuestras propias líneas. Firmábamos los contratos, pero el juez de instrucción, Santiago Torres, no me quiso aceptar ningún papel. Sólo me preguntaba que dónde estaba el dinero┬╗. Argumenta que sus abogados llevarán al menos gran parte de esos papeles al juicio, porque afirma que hay ┬½más de siete millones de documentos┬╗ que demuestran que su negocio no era una quimera. Para sus denunciantes, RufinoPereda, el 'Steve Jobs cántabro', estaría levantando de nuevo un imperio fraudulento. "Quisieron quedarse con la empresa, pero no lo van a lograr", repite él, y remarca sus "buenas conexiones": "Díaz Ferrán fue socio mío, y el Santander será responsable civil subsidiario si me condenan. Varios altos cargos de mi empresa vinieron de allí y regresaron después. Al fin y al cabo, mi abuela trabajó en la casa de la familia Botín", finaliza.

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#2
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En este país sabemos que el timo está a la orden del día, así como pasarse por el forro de los huevos la presunción de inocencia...


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