El Nikkei-225 es el indicador bursátil de Japón compuesto por 225 valores que cotizan en la Bolsa de Tokio pertenecientes a 225 compañías, entre ellas Nintendo y otras muchas cuyo mercado son los videojuegos, como Capcom, Sony o Square-Enix.

Recientemente hemos conocido un estudio realizado por el medio GamesIndustry┬áque coloca a Nintendo como líder┬á┬áen cuanto a editoras de juegos en Japón se refiere, por encima de una muy bien colocada Capcom o de Sony, que creció en el mercado de los videojuegos a principios de año pero que se ha estancado por la falta de grandes lanzamientos, lo que unido a su entrada en otros mercados como la Realidad Virtual ha creado cierto escepticismo entre los accionistas de la compañía tokiota.

Nintendo en cambio se ha mantenido constante por encima del índice marcado por Nikkei-225 y ha sufrido varios picos positivos, siendo el más pronunciado el acaecido con la salida de Splatoon, lo que demostró que la empresa sigue teniendo la capacidad de crear nuevas IPs revolucionarias y que funcionen bien en un mercado, el de las videoconsolas domésticas, que poco a poco va cediendo terreno ante los dispositivos móviles.



Aquí entra DeNA y su acuerdo con Nintendo. Cuando se anunció su colaboración las acciones de ambas subieron, pero sin embargo sufrieron una caída en noviembre cuando se supo que el primer fruto de tal unión se retrasaba hasta 2016. Ahora el futuro de Nintendo y DeNA parecen estar ligados, como así lo demuestras las fluctuaciones en bolsa, sumamente similares cada vez que hay un anuncio conjunto.

La entrada en el mercado móvil parece un paso obligado para las editoras y desarrolladoras japonesas. Tanto Square-Enix como Bandai Namco están consiguiendo números positivos aunque sin demasiados alardes, al contrario que Capcom, que con un menor ínide de capitalización de mercado ha conseguido hacer avances significativos supeditados al entusiasmo general por la nueva entrega de la saga Monster Hunter en móviles, Monster Hunter Explore.

Sega Sammy por su parte no levanta cabeza. Su división de videojuegos empezó bien el año pero no ha parado de decrecer hasta posiciones alarmantes, igual que ha pasado con sus máquinas Pachinko y Pachislot, que se han dado de bruces contra un mercado saturado y en clara regresión a favor de otras formas de entretenimiento más modernas.







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