El año pasado fue uno amable para AMD gracias al lanzamiento de los procesadores Ryzen y EPYC, que fueron todo un éxito gracias a su equilibrio entre rendimiento y precio. Uno de los aspectos más apasionantes de la arquitectura Zen es que se desarrolló con un presupuesto mísero para lo que suelen invertir otras figuras grandes de la industria y, sobre todo, teniendo en cuenta que AMD opera en los mercados de los procesadores y las tarjetas gráficas. Ahora que AMD vuelve a ser rentable, la compañía tiene dinero para gastar en desarrollo y marketing. Por eso, en solo un año, el presupuesto para I+D ha aumentado un 25% comparando las partidas del segundo cuatrimestre y también de la primera mitad del año.

En 2017 ya se percibió un aumento en este campo, con un aumento del 10 o 20% con respecto al 2016. Por desgracia, AMD ha cambiado la forma en que comunica sus datos financieros, por lo que la comparación entre 2018 y 2016 son poco fiables. A pesar de esto, la compañía roja impresiona por el presupuesto que está dedicando a I+D, porque esta es la mejor forma de afrontar el futuro. Sus planes están claros: seguir en la cresta de la ola mucho después del lanzamiento de Zen. Ya lo comentamos cuando mencionamos los futuros Ryzen de 12 y 16 núcleos: a lo largo de 2019, la compañía lanzará dos procesadores Zen 2, y la arquitectura Zen 3 irá llegando para 2020. Algo similar plantea para su división de gráficas. Durante la última Computex, anunciaron sus planes de lanzar una tarjeta por año para "hacer del PC algo más divertido".

Fuente