Parece que la distribuidora francesa Bigben Interactive está en eso que los biólogos marinos llaman «feeding frenzy»: cuando los tiburones y las pirañas entran en un loco frenesí alimenticio al disponer de mucha presa accesible. La expansión en este 2018 ha sido espectacular: en mayo se anunció la adquisición de Cyanide por parte de Bigben (una desarrolladora que además venía de trabajar muy frecuentemente con su rival directa en Francia, Focus Home), la semana pasada nos enterábamos de que Bigben acababa de comprar también Eko Software (conocida por How to Survive) y hoy nos sorprenden con otra operación como es la adquisición de Kylotonn, una desarrolladora también francesa especializada en juegos de conducción que hace unos días lanzó V-Rally 4, precisamente distribuido por Bigben.

La relación entre la parisina Kylotonn (con ochenta empleados en la capital y otros 20 en su oficina de Lyon) y la cada vez más «big» Bigben, con sede en Lesquin, al norte de Francia, cerca de Lille, está quizá más establecida que en los otros dos casos: el estudio se ha especializado en juegos de volante como el propio V-Rally 4, la serie WRC a partir de 2015, juegos de motos como TT Isle of Man o arcades de conducción como FlatOut 4, sin ningún gran éxito en particular pero con su pequeño público fiel, y todos han sido distribuidos por Bigben como parte de un acuerdo entre socios.

Ahora el socio grande se ha comido al socio pequeño, seguramente con la contraprestación de una mayor estabilidad y seguridad financiera. Bigben ya poseñia el 45% de Kylotonn, y la operación ha terminado de redondear el asunto: la distribuidora ya posee el 100% de la compañía pero mantendrá al fundador, dueño y presidente, Roman Vincent, como supervisor con total independencia creativa.

Con este movimiento Bigben acumula ya seis estudios de su propiedad y empieza a convertirse en una de las grandes compañías de videojuegos europea, aunque su nicho de especialización sean los doble A y los juegos de conducción de segunda fila. La distribuidora de Alain Falc cuenta ya con más de 250 empleados distribuidos entre sus seis estudios (cinco en Francia y uno en Canadá). 

La parte un poco más oscura de todo este asunto es que Bigben está participada en un 21,6% por el el fondo de inversión Nord-Sumatra Investissements, que está controlado por el grupo Bolloré, famoso entre otras cosas por poseer también también el 20,63% del capital y el 29,67% del derecho a voto en... Vivendi.

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