┬½Es imprescindible una explicación┬╗, nos dice Nicolas Wegnez, director de marketing de Nintendo Ibérica, en la presentación de Miitomo. Es la primera vez que los medios españoles tienen acceso a la app. Hay mucha gente: está claro que la compañía ve este lanzamiento como un paso importante.

Es 17 de marzo, el día del lanzamiento en Japón de esta primera app de Nintendo para dispositivos móviles. Casi parece demasiada casualidad que haga justo un año, el 17 de marzo de 2015, del anuncio de aquella colaboración entre los papás de Super Mario y DeNA, la empresa japonesa de juegos para móviles. (Dato: también sacaron una versión free-to-play de Godus para iOS y Android.) Sabemos que van a lanzar cinco juegos hasta marzo de 2017; durante la presentación me da por pensar si el quinto saldrá también un día 17.

Las primeras explicaciones de Wegnez sobre la filosofía de Nintendo y el porqué de Miitomo me suenan: están sacadas directamente de un Iwata Asks, concretamente el de 2011 en el que el propio Iwata era el protagonista. Nos habla de aumentar la aceptación social de los videojuegos, expandiendo su mercado hasta alcanzar a nuevos tipos de jugador, para beneficiarse ellos mismos en un futuro de ese aumento de gente interesada por lo que hasta hace no tanto era una afición de grupos más reducidos; ┬½a la vista está que Nintendo se abre a los jugadores ocasionales, pero esto no implica que vayamos a ningunear a los jugones de toda la vida. Tenemos la firme convicción de que, si no conseguimos que la gente que no juega a videojuegos los pruebe, el papel del ocio electrónico en la sociedad nunca dejará de ser mirado con malos ojos┬╗.

Eso último es de Iwata.

Wegnez, que lleva más de dos décadas trabajando en Nintendo, se pone especialmente serio cuando dice que para ellos ┬½la obsesión real es llevar una sonrisa a la cara de las personas┬╗. No olvida que son una empresa que tiene que generar beneficios para seguir viva (uno de los objetivos de la colaboración con DeNA, dice, es ┬½ser rentables en el negocio de las apps┬╗, aunque no se consiga específicamente con Miitomo), pero creo que tienen una intención real de sorprender, de generar alegría, de ┬½no hacer lo mismo que la competencia┬╗, como dice él. ┬½Añadir los móviles debería permitirnos hacer cosas todavía mas diferentes a las del resto┬╗, nos dicen. Como si fueran un demonio que se alimenta del júbilo humano, lo mejor de Miitomo es, como pude comprobar después, que te saca una sonrisa tonta con cada detallito, que está pensado para alimentar la curiosidad y promover un tipo de jugueteo muy Nintendo, en el fondo. Casi como si quisieran que, entre risas y alegría, no te dieras cuenta de que está goteando dinero de tu cartera y se está reinvirtiendo en disfraces para un muñeco virtual.

He estado en muchas presentaciones de juegos de Nintendo a lo largo de los años. He ido a ver nuevas consolas, juegos de todo tipo y hasta muñecos. Hace poco estuve allí jugando a Zelda en GameCube. Sin embargo, nunca habría pensado que un día iba a ver cómo repartían iPods entre los asistentes para que probásemos una app a medio camino entre Tomodachi Life y Facebook. Y sin embargo me sorprendió lo mucho que hicieron hincapié, tanto Wegnez como Filippo Ghisolfi, el representante de Nintendo of Europe que vino a Madrid a explicar cómo se usa Miitomo, en el hecho de que pagar no es lo más importante. ┬½Una enorme mayoría de la gente no va a gastar dinero en Miitomo, y no pasa nada┬╗, nos dijo Wegnez. ┬½No creemos que sea el objetivo principal de Miitomo┬╗, aseguró Ghisolfi.

Es un pudor comprensible e incluso agradecido en una época en la que se habla tan abiertamente de ballenas; en los free-to-play tradicionales existe una rivalidad entre jugador y juego (un tira y afloja agresivo entre el deseo de no pagar y las trampas que se ponen para que uno pague) que Nintendo parece querer evitar. La realidad es que la metáfora más acertada quizá esté en el minijuego Suelta Mii, una suerte de pachinko (┬½una pequeña distracción┬╗, confiesa Ghisolfi, ┬½del tema principal, que es la comunicacion entre amigos┬╗), que nos permite conseguir nueva ropa para nuestro Mii: según el Ministerio de Sanidad japonés, el 4,8% de la población japonesa es adicta a los juegos de azar, especialmente al pachinko.

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Pero qué demonios es Miitomo, me pregunta alguien.


La versión oficial es que ┬½Miitomo es una app que te permite descubrir cosas sobre tus amigos que quizá no sabías┬╗, como nos dice Filippo Ghisolfi. No es una mala forma de describirlo. Es un jueguecito más que una app social o un servicio de mensajería instantánea; si conocéis Tomodachi Life, ya tenéis hecho un buen porcentaje del ejercicio mental necesario para comprender Miitomo.

La pantalla principal de Miitomo nos presenta a nuestro personaje, que, se supone, debemos crear en base a nuestros propios rasgos físicos y de personalidad (el juego nos permite capturar nuestro jeto con la cámara frontal, y nos va sugiriendo Miis que, piensa el programa, se parecen), que luego llega a una casa. ┬½¿Estoy en un dispositivo electrónico?┬╗, se pregunta nada más entrar. A partir de ahí, la idea es entablar una relación más y más estrecha con el muñeco: nos va lanzando preguntas, que nosotros podemos responder libremente (no hay moderación activa por parte de Nintendo: puedes hacer que tu Mii diga tacos, sí) y que él luego puede comentar con otros Miis de amigos, cuando se encuentran en el mundo virtual, en la tuya o en la mía, como diría Bertín. A partir de esas preguntas y respuestas se forman hilos en los que tu grupo de amigos puede comentar, dar likes y demás arrumacos de la vida moderna: Wegnez se refiere a esto como una suerte de ┬½red social reactiva┬╗, en la que no tenemos que llevar la iniciativa para exponer nuestras aficiones o gustos sino que es la app la que nos lanza las preguntas.
Es a través de estas preguntas y respuestas como se descubren nuevas cosas sobre nuestros amigos. Quizá una persona nunca nos ha dicho que le gusta que le azoten, pero sí se lo ha confesado a su Mii, que se lo ha acabado diciendo al nuestro; quizá nuestra afición sea propinar azotes y descubramos que tenemos algo nuevo en común. (Se pueden cambiar los azotes por Nino Bravo, la comida basura o Quiero ser monja; es un sistema que acepta muchas variables.) ┬½Hay cosas que no creo que sean tan interesantes como para compartirlas en una red social; aquí, es la app la que te pregunta┬╗, nos dice Ghisolfi.

Esto es lo principal de Miitomo, y lo que debería ocupar la mayoría del tiempo al usuario. Alrededor del Mii se articula toda la aplicación: la decoración de la habitación, por ejemplo, es estática (se establece al principio en función de la personalidad de nuestro Mii), y todas las opciones de personalización están en nuestro avatar. En la tienda se puede comprar nueva ropa y accesorios para darle un estilo propio: para ello usamos las monedas de oro que ganamos haciendo cosas en la app, desde comentar respuestas de amigos hasta responderlas nosotros mismos. A falta de experimentar más a fondo la app, pude ver que las interacciones más básicas dan 10, 15, 20 monedas; en la tienda había faldas de 1.050 monedas, chaquetas de 1.750, conjuntos de 5.360. No sé exactamente cómo será el ritmo al que conseguimos monedas, pero la sensación que me dio es que la cuerda viene suficientemente tensa como para que sea fácil que Nintendo la rompa a poco que la estire un poco más: si le sumamos las 500 monedas que cuesta una tirada en el Suelta Mii, ese pachinko de la ropita, no veo imposible chocarse contra el paywall, el momento en el que no tienes nada significativo que hacer en la app sin pagar dinero real, más pronto que tarde.


Además, claro, Miitomo forma parte del programa My Nintendo, el sustituto del Club Nintendo. Aquí se consiguen punto de platino por hacer distintas cosas: hay misiones únicas, como hacer un amigo o asociar Miitomo con tu ID de Nintendo, que dan 100 puntos de platino, y otras que se pueden repetir diariamente que dan cantidades más pequeñas; 10 por comentar en tres respuestas de amigos, 10 por dar un número determinado de likes, etc. Dentro de Miitomo se pueden invertir esos puntos para comprar partidas de Suelta Mii, ropa y demás goodies virtuales. Lo comido por lo servido.

Del pudor de Nintendo también nace una aclaración, más o menos necesaria en función de la fe que uno tenga en la compañía, sobre su futuro en los videojuegos. ┬½El negocio principal de Nintendo son las consolas dedicadas de videojuegos┬╗, dice Wegnez (que selecciona con mucho cuidado las palabras que usa, y nos pide por favor que no malinterpretemos o demos la vuelta a lo que dice, como cuando habla de la posibilidad, acaso remota, de que Mario protagonice un juego para móviles: no, de momento no existe un juego así). ┬½Las apps deberían facilitar que la gente tuviera una primera experiencia y animarse a pasar al siguiente nivel┬╗; My Nintendo es el puente entre ambos mundos, explica, creando esa sensación de tener algo valioso (unos puntos que, se supone, equivalen a un dinero o una serie de bienes digitales) que nos anime a, en última instancia, comprar el hardware necesario para aprovecharnos de lo que hemos conseguido utilizando Miitomo: los puntos de platino, en este caso.

┬½La mejor experiencia de juego es la que se tiene con hardware y software dedicado┬╗, dice en cierto momento. De momento, la experiencia Miitomo (bastante mejor de lo que esperaba, aunque con flecos previsibles y con los que me es difícil estar de acuerdo; bonita, divertida, graciosa, también retorcida y poco de fiar de una forma esencial y extensible a la mayoría de productos, y aquí uso la palabra de una forma totalmente consciente, free-to-play) demuestra que sí, que Nintendo, a falta de ver los otros cuatro juegos que nazcan del matrimonio con DeNA, resplandece más cuando juega en casa: en los videojuegos y consolas de toda la vida.


Espero, mientras fantaseo con comprarle nuevas ropitas a mi hermano Mii, que no se olviden de nosotros, de los de toda la vida.

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