16-02-2016 10:03
El┬ágrafeno, ese material en el que tantas esperanzas hay puestas, que es protagonista de cientos de noticias al año, pero que todavía no hemos visto aplicado en el mundo real, más allá de laboratorios e investigaciones de alto nivel.
La última gran aplicación del grafeno está en el campo de la biomedicina, creando implantes que ayudarían a combatir y tratar enfermedades como el Parkinson, la epilepsia y otros trastornos neurológicos.
Grafeno implantado directamente en neuronas
Entre la Universidad de Trieste y el Centro de investigación del grafeno de┬áCambridge han conseguido desarrollar un electrodo mucho más sensible,┬áconsiguiendo por primera vez que se interconecte el grafeno a las neuronas directamente.
De esa manera, los implantes de grafeno puede┬áregistrar la actividad cerebral de las neuronas en forma de señales eléctricas. Hasta ahora, los científicos habían estado experimentando con electrodos basados en tungsteno y silicio, pero┬ácon estos materiales habían tenido contratiempos, ya que la reacción del cuerpo a los implantes era ÔÇ£cicatrizarÔÇØ, impidiendo que la medición clara de las señales eléctricas.
Esos materiales eran más rígidos, en cambio el grafeno sin tratar parece más adecuado para estos casos, es flexible, no tóxico, funciona mejor en un entorno orgánico y no tiene efectos sobre la actividad celular.
¿Cuál es el objetivo?
Como en tantas otras áreas,┬áhay muchas esperanzas puestas en los beneficios que el grafeno podría ofrecer a la medicina. En este caso, la creación de microeletrodos de grafeno que pudiesen ser implantados ofrecería┬áayudaría a registrar y recuperar funciones en cerebros deteriorados.
Por ejemplo, podría aprovecharse esa interconexión para┬árestaurar funciones sensoriales en pacientes con parálisis, pero también para crear una forma de comunicación directa entre el┬ácerebro y prótesis inteligentes de última generación.
Eso sin olvidar┬áque se podrían controlar y disminuir los efectos de enfermedades como el Parkinson o la epilepsia. El┬áfuturo del grafeno es prometedor, pero queda un largo camino por recorrer.
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