Así influyen las farmacéuticas sobre los médicos
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Recientemente, un  elaborado y extenso reportaje de CIVIO ponía el foco sobre las controvertidas relaciones entre farmacéuticas y médicos. Concretamente, informaban que "las farmacéuticas habían gastado 182,5 millones en 2017 en pagos a médicos (españoles) por sus servicios o para asumir los costes de entradas a congresos y viajes". Además, también habían pagado 130 millones a sociedades médicas españolas por congresos (principalmente), donaciones y servicios. En la punta del iceberg, destacaban los 18 médicos que habían recibido más de 50.000 € de una sola farmacéutica.

Justamente, antes del 2018, los  médicos menos trasparentes a la hora de declarar los pagos recibidos eran aquellos que más dinero conseguían. Con el comienzo del año 2018, la situación cambió y se podían publicar los datos de aquellos médicos que recibían dinero de farmacéuticas, independientemente de su consentimiento. Pese a ello, 13 laboratorios incumplieron su propio código ético, ocultando los datos de los médicos.

Las cifras anteriores ponen de manifiesto el evidente interés de la industria farmacéutica por cubrir los gastos de médicos y sociedades médicas en actividades tales como congresos. De hecho, en España, estas empresas  gastaron más en médicos que alemanas e inglesas juntas.

Para entender este fenómeno, es necesario recordar que los planes de formación continuada ofrecidos por la sanidad pública para que los médicos actualicen sus conocimientos son bastante limitados. Las farmacéuticas aprovechan esta dejadez de funciones de las administraciones públicas sanitarias para cubrir gastos a médicos que, de otra forma, no tendrían otra forma de costear salvo pagándoselo de su propio bolsillo. Es el caso de inscripciones y asistencias a congresos u otros eventos formativos y científicos. Sin embargo, esta millonaria inversión de farmacéuticas en los médicos no es, ni mucho menos, altruista ni está carente de consecuencias sobre los pacientes.

La percepción que los médicos tienen sobre cómo influye recibir dinero de farmacéuticas en el ejercicio de su profesión es ciertamente peculiar y sesgada. Paradójicamente, aunque la mayoría de médicos rechaza la idea de que ésto tenga algún efecto sobre su juicio, sí que reconocen que afecta a sus colegas médicos. Por otro lado, no son pocos los médicos que tratan de ocultar estos conflictos de intereses en lugar de declararlos en artículos científicos y otras publicaciones. Si realmente no influyen en sus actividades como médicos, ¿por qué ocultarlo?

La aplastante realidad es que las farmacéuticas invierten tanto dinero en los médicos porque saben perfectamente que van a tener un retorno económico de múltiples maneras al influir sobre la actividad médica. No es sólo que se trate de una estrategia básica de marketing sino que también existen diferentes estudios que reflejan cómo estas acciones tienen efectos concretos sobre el ejercicio de los facultativos. Estos efectos van desde lo más evidentes, como son el aumento de la prescripción de fármacos concretos, hasta los más ocultos y complicados de demostrar como son el establecimiento de criterios más laxos para pautar tratamientos o "facilitar" el proceso de autorización de fármacos para que entren al mercado.

En esta cadena de relaciones sanitarias entre médicos y farmacéuticas está claro que ambos salen ganando, pero ¿qué ocurre con el último eslabón de esta cadena, los pacientes? Los resultados de múltiples estudios científicos sobre este fenómeno arrojan datos que hablan por sí mismos: ellos son los grandes perdedores. Los conflictos de intereses de los médicos (ya sean declarados o no) tienen un impacto negativo sobre la evidencia clínica, la opinión pública y la toma de decisiones clínicas.

Por mencionar sólo unas pocas publicaciones al respecto:

- Un estudio en Estados Unidos comprobó que bastaba simplemente con invitar a médicos a comidas gratis de menos de 20 $ por parte de la industria para que se produjera un incremento en la prescripción del fármaco de marca que se estaba promocionando.

-A través de un  análisis de la base de datos de Medicare (programa de cobertura de seguridad social en Estados Unidos), se observó que los pagos de la industria a los médicos se asociaban con prescripciones más frecuentes  de estatinas (fármacos para bajar el colesterol en sangre) de marca.

- Otro estudio reflejaba que la inversión en marketing de opioides por parte de la industria sobre los médicos se asociaba al año siguiente con una prescripción mayor de estos fármacos.

-Las farmacéuticas han recurrido a prácticas fraudulentas de marketing para promocionar entre los médicos fármacos para indicaciones no aprobadas por las agencias sanitarias. Es decir, para enfermedades de las que no había realmente pruebas de eficacia con dichos fármacos. Sólo en Estados Unidos, la industria ha tenido que pagar miles de millones en multas debido a esto y la lista suma y sigue.

- Otra investigación descubrió que la mayoría de los médicos que supervisan el proceso de aprobación de medicamentos a través de la FDA (Administración de alimentos y medicamentos) reciben pagos de las empresas farmacéuticas que monitorizan, justo tras su autorización.

- Un metanálisis encontró que, tras hallarse pruebas de un riesgo incrementado de infarto de miocardio por el fármaco rosiglitazona, que los investigadores con conflicto de interés continuaron defendiendo dicho medicamento (a menudo no mostrando sus relaciones con la industria). Esto podría haber retrasado la retirada del mercado de dicho fármaco en varios países.

Por suerte, en nuestro país, con el establecimiento de la prescripción por principio activo desde el año 2011, las influencias de las farmacéuticas sobre la prescripción de los médicos se limitaron considerablemente. No es ninguna sorpresa que dicha medida supusiera un ahorro millonario para las arcas de la Sanidad Pública por no comprar innecesariamente caros medicamentos de marca.

Aun así, en la actualidad, la industria sigue promocionando fármacos más nuevos y caros (donde no existen genéricos) frente a otros fármacos más antiguos, baratos y mejor conocidos. Esto es especialmente evidente en los nuevos tratamientos contra el cáncer, especialmente caros y de efectos menos conocidos que los ya presentes en el mercado. No es de extrañar, por tanto, que los médicos que más dinero han recibido de la industria en el año 2017 sean especialistas relacionados con el cáncer.

Dada la aplastante evidencia científica que existe sobre la influencia que tiene la industria farmacéutica sobre los médicos, ¿no sería lógico prohibir dichas relaciones en lugar de simplemente reconocer dichos conflictos de intereses como si tal medida solucionara así el asunto?

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#2
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(19-10-2018 17:46)zothenr escribió:Por mencionar sólo unas pocas publicaciones al respecto:

- Un estudio en Estados Unidos comprobó que bastaba simplemente con invitar a médicos a comidas gratis de menos de 20 $ por parte de la industria para que se produjera un incremento en la prescripción del fármaco de marca que se estaba promocionando.

Antes hasta regabalan viajes, mesas de billar, etc. pero claro, costaba un simple omeprazol tres mil pesetas y no una décima parte como ahora.

-A través de un  análisis de la base de datos de Medicare (programa de cobertura de seguridad social en Estados Unidos), se observó que los pagos de la industria a los médicos se asociaban con prescripciones más frecuentes  de estatinas (fármacos para bajar el colesterol en sangre) de marca.

La marca es mejor que el genérico. Tanto por la acción como la biodisponibilidad, por no hablar de los excipientes y la calidad en la forma farmacéutica. De todas formas el artículo empieza hablando de España y luego da todos los datos de USA y de oidas, cuando aquí ya se receta por principio activo y comunidades como Andalucía el medicamento de subasta.

- Otro estudio reflejaba que la inversión en marketing de opioides por parte de la industria sobre los médicos se asociaba al año siguiente con una prescripción mayor de estos fármacos.

Son los propios pacientes los que lo piden. A más esperanza de vida, más achaques y más consumo de opiaceos.

-Las farmacéuticas han recurrido a prácticas fraudulentas de marketing para promocionar entre los médicos fármacos para indicaciones no aprobadas por las agencias sanitarias. Es decir, para enfermedades de las que no había realmente pruebas de eficacia con dichos fármacos. Sólo en Estados Unidos, la industria ha tenido que pagar miles de millones en multas debido a esto y la lista suma y sigue.

Ya quedan muy pocos fármacos por descubrir o patentar, por desgracia para algunas enfermedades. Es normal que se intente investigar si un principio activo presenta una actividad nueva respecto a otras enfermedades. Lo de las indicaciones no aprobadas, Off label, es necesario usarlo por desgracia en niños o enfermedades sin tratamiento descubierto.

- Otra investigación descubrió que la mayoría de los médicos que supervisan el proceso de aprobación de medicamentos a través de la FDA (Administración de alimentos y medicamentos) reciben pagos de las empresas farmacéuticas que monitorizan, justo tras su autorización.

Seguimos con datos de USA. La FDA es de las más duras. Pero es muy fácil decir "la mayoría de médicos ..." y no poner un enlace al estudio.

- Un metanálisis encontró que, tras hallarse pruebas de un riesgo incrementado de infarto de miocardio por el fármaco rosiglitazona, que los investigadores con conflicto de interés continuaron defendiendo dicho medicamento (a menudo no mostrando sus relaciones con la industria). Esto podría haber retrasado la retirada del mercado de dicho fármaco en varios países.

En Europa la tuvimos durante 10 años ampliando las contraindicaciones, ya que es en la fase comercial en la que de verdad se hace la farmacovigilancia. Y simplemente se halló que aumentaba el riesgo de insufuciencia cardiaca pero no infarto de miocardio. Y como en el tratamiento de la diabetes lo que quieres es evitar episodios cardiacos se retiró por el aumento de riesgo. 

Por suerte, en nuestro país, con el establecimiento de la prescripción por principio activo desde el año 2011, las influencias de las farmacéuticas sobre la prescripción de los médicos se limitaron considerablemente. No es ninguna sorpresa que dicha medida supusiera un ahorro millonario para las arcas de la Sanidad Pública por no comprar innecesariamente caros medicamentos de marca.

Los medicamentos de marca cuestan igual que los genéricos. Salvo casos contados que no han querido entrar en el límite de precio. Ahorro 0 el dispensar un nolotil, augmentine u orfidal que metamizol EFG, amoxicilina/clavulánico EFG, lorazepam EFG ...

Aun así, en la actualidad, la industria sigue promocionando fármacos más nuevos y caros (donde no existen genéricos) frente a otros fármacos más antiguos, baratos y mejor conocidos. Esto es especialmente evidente en los nuevos tratamientos contra el cáncer, especialmente caros y de efectos menos conocidos que los ya presentes en el mercado. No es de extrañar, por tanto, que los médicos que más dinero han recibido de la industria en el año 2017 sean especialistas relacionados con el cáncer.

Mas nuevos es obvio. La patente vence y si no has recuperado la inversión te toca cerrar. Y cuando vives de comercializar medicamentos para tratar enfermedades, cuanto más valor tenga la posible patente mejor. Igual que si es más potente y seguro que lo "ya conocido", o son combinaciones de diferentes principios activos que hasta ahora se comercializan por separado y teniendo los pacientes que tomarse tres comprimidos al día en lugar de uno. El cáncer es la gran enfermedad a vencer en el siglo XXI.

Dada la aplastante evidencia científica que existe sobre la influencia que tiene la industria farmacéutica sobre los médicos, ¿no sería lógico prohibir dichas relaciones en lugar de simplemente reconocer dichos conflictos de intereses como si tal medida solucionara así el asunto?

Tendremos médicos que no asisten a congresos o que no se publicarían artículos al ritmo actual, y menos artículos sensacionalistas.

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Lo seguiremos intentando, aunque sepamos que es en vano.
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@Mafrune, @[DNC] , haced lo vuestro. Rafa ha hecho una excelente intervención, por cierto.
(Ultima edición: 19-10-2018 23:16 por Rosstheboss.)
#4
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Gracias por las aclaraciones, Rafa. Estaría bien que comentaras a qué te dedicas o qué has estudiado. Porque yo, por lo menos, no tengo ni idea. Si lo has comentado antes en el foro, no estaba prestando atención.
[Imagen: saboteur2_animated_med_by_ricardo73-dch7lj3.gif]
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Básicamente lo que dice Rafa (con el detalle de que lo de marca vs genérico no es tan absoluto como dice, que hay que hacer unos estudios de bioequivalencia para que la biodisponibilidad y el efecto farmacológico entren en unos límites aceptables, y que hay genéricos que por ejemplo son sin lactosa en sus excipientes para tratar a los intolerantes, o incluso a los veganos sin que tengan motivo de queja. Sí, fármacos veganos es una cosa que pasa. La marca es simplemente el que hace la patente del principio activo y el genérico es el que usa ese principio activo cuando la patente caduca, pero tiene que usar distintos excipientes para la misma vía de administración para ser aprobado). También añadiría a lo de que los precios son los mismos el hecho de que en España tenemos subastas a la baja para ver quien se lleva las subvenciones y demás historias.

A eso añadir que me siempre me ha parecido alucinante esa reticencia a que una industria farmacéutica gane dinero. Necesitamos fármacos en la misma medida que necesitamos muchas otras cosas y solo es con ellos con los que se tuerce el morro al intentar promocionar un producto que has tardado 10 años en sacar con una inversión millonaria. Y es que hay que recordar que los medicamentos por receta (los caros) tienen PROHIBIDA su publicidad fuera de revistas especializadas.

Y es que en el artículo parece que molesta que saquen nuevos fármacos para el cáncer xD Claro, porque a día de hoy todo el mundo sabe que los que hay ya funcionan a la perfección en todos los seres humanos. No hay que realizar seguimiento adicional en uso porque los estudios clínicos en humanos son super precisos y no tienen sesgos estadísticos inintencionados. sisi

Y sí. Está muy feo ese secretismo con los congresos y demás, pero yo tendría claro que a todos nos interesa que una farmacéutica se lucre y siga sacando más medicamentos. Que ahora se pega el grito en el cielo pero en diez años estás postrado en la cama con un tumor y seguro que tienes más posibilidades de salir vivo que las que tendrías ahora.

Que no pagan a los médicos a pelo (normalmente). Que simplemente contribuyen a la formación continua que tienen todas las ramas sanitarias. Si hay regalos de por medio, en España eso ya es ilegal desde hace por lo menos tres años que yo cursé Farmacoeconomia y ya nos contaron estas cosas. Aquí está todo hiper vigilado, pero es que para aprobar un medicamento primero tiene que estar demostrado que hay un interés terapéutico, si no, se tira la solicitud.

Si tu médico te receta X y ha estado en un congreso de X, es que las alternativas serán por el estilo y te recetará ese porque es el que conoce. Lo normal en la terapia es que un médico de cabecera suele ser bastante dado a recetar lo mismo a menudo, no suelen experimentar.


En definitiva. Sí, hay cosas chungas con las farmacéuticas pero no es ésto. Habría que mirar posibles estudios paralelos y en qué condiciones porque de esto sí he oído cosas que no huelen nada bien.
Pero promocionar lo poco que pueden unas cosas que cuestan millones desarrollar y nos interesa que estén... Es que por ejemplo, nos estamos quedando sin antibióticos por el mal uso de los pacientes, y desarrollar nuevas vías para ellos es un dolor (o se desarrollan para nuevas dianas o se buscan métodos para paliar las resistencias, como el clavulanico). Nos interesa que las farmacéuticas saquen cosas y ganen pasta para que sigan sacando cosas.

Porque volvemos al tema cíclico. El desarrollo a nivel público es inviable y cada vez más por el aumento de esperanza de vida sin aumentar la esperanza de calidad de vida. Es un sector en el que lo ideal sería disponer de cierto sector público, pero si no tenemos para mantener bien una hucha de pensiones, esto es ya utópico. Y mientras el peso del progreso farmacológico lo lleve el sector privado, pues hay que tragar con que intenten sacarse dinero con ello.
[Imagen: DNC-04.png]
#6
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Soy farmacéutico en oficina de farmacia, Ricardo. Normalmente no entro en los debates de las farmacéuticas (por falta de tiempo o ganas), pero a veces sí respondo si es en el grupo de amigos o veo muchas cositas a comentar.

DNC

Calidad del recubrimiento, bisel en los que se prescribren por mitades, lactosa en el 99% como excipiente, etc. Doy por hecho -me refiero a con respeto- que sabes lo que le ocurre a los hipertensos durante algunos días o semanas que tienen controlada la tensión y les cambian a genérico.  O que el orfidal se disuelve bajo la lengua mientras el genérico te hace una pasta amarga que pa qué. Que luego hay buenos laboratorios (no voy a dar nombres) que sabes que hacen buenos productos, pero luego tenemos los que vienen de la India o China (en Andalucía la mayoría de los medicamentos de subasta), cada vez más por desgracia, y se libran muy pocos de intentar minimizar los costes al máximo( https://www.aemps.gob.es/informa/notasIn...sartan.htm )

Eso de lo que disentimos con los genéricos, en los siguientes ninguna pega. Vivimos en 2018.
(Ultima edición: 20-10-2018 20:40 por Rafa.)
Lo seguiremos intentando, aunque sepamos que es en vano.


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