Resumen de la semana.
Pues he estado probando un poco el
Windward.
Windward es un juego sandbox en el que llevas un barquito y exploras islas y lagunas, atracando en distintos puertos, comprando y vendiendo mercancías, mejorando el barco, realizando misiones y combatiendo piratas. Más o menos como el Sid Meier's Pirates, con algunas diferencias que hacen que no se sienta como una copia directa.
El juego contiene un mapa parecido a un juego de mesa dividido en casillas. Cada casilla es un mapa que puedes explorar, con sus islas y sus puertos. A medida que vas jugando puedes extender tu influencia a los puertos, lo cual hace que las casillas del mapa general pasen a ser del color de tu facción. Esto implica un aspecto multijugador, ya que si juegas tu solo las facciones son relativamente pasivas, a excepción de los piratas, quienes empiezan controlando ya varias casillas del mapa general y atacan a todo lo que se mueve.
Al ser un sandbox uno establece sus propios objetivos, y el mio por ahora está siendo ir avanzando por las casillas hasta conseguir el barco más tocho que encuentre. Ahora mismo solo hay cuatro barcos a la venta y ya tengo el bergantín, que es el más potente de los iniciales, pero a medida que vas derrotando enemigos que tengan barcos mejores es posible encontrar planes de barcos que acaban desbloqueando otros navíos. El problema es que hasta ahora los barcos enemigos más poderosos a los que me he enfrentado han sido otros bergantines, así que no ha habido mucha suerte. Pero supongo que la cosa cambiará a medida que avance hacia casillas de niveles superiores.
Otro sub-objetivo que tomo mientras avanzo es el de tomar por completo el control de todas las casillas que visito. No tengo planeado volver todo el mapa naranja, pero al menos sí todo por lo que paso. El mapa de casillas recuerda un poco a un asterisco, con las cuatro facciones empezando cada una en una rama, y yo soy el que más ha avanzado por la suya por el momento así que la parte central seguramente estará libre cuando llegue. Las casillas ocupadas por piratas, sin embargo, pueden ser un verdadero dolor de muelas. Para liberarlas tienes que asegurarte de liberar todos los puertos y eliminar a todos los piratas del mapa. El problema es que los piratas se regeneran en los puertos controlados por ellos, así que la prioridad es controlar los puertos primero, pero teniendo cuidado de que ningún barco pirata se escabulle y vuelve a tomar el control de un puerto que ya tenías. Para ayudarte puedes construir torres y faros en las islas. Las torres atacan con balas de cañón a los barcos enemigos y los faros dan radio de visión. Ninguna de las dos estructuras puede aguantar el asalto de un solo barco, pero sirven para distraer a los enemigos, que las toman como prioridad, y ayudan a interceptar barcos que se escabuyen antes de que lleguen a tus puertos.
En el momento en el que tomas el primer puerto de una casilla empiezan a generarse también barcos de tu facción. Estos barcos no solo sirven como centinelas sino que también te ayudan a combatir y a capturar puertos o estructuras, pero al estar controlados por la IA su comportamiento a veces es algo caprichoso, y cuesta organizar un verdadero cerco. Igualmente son sorprendentemente competentes cuando se trata de luchar contra piratas, y suelen ganar los combates siempre que no sean dramáticamente superados en número.
Iré jugando un rato más y ya iré diciendo lo que me parece, si la cosa se complica mucho o se me acaba haciendo repetitivo.
Llegando ya al último capítulo de
Tales of the Abyss.
Tales of the Abyss se diferencia de otros JRPG en el sentido de que en estos normalmente vas descubriendo los distintos continentes y ciudades del mapa a medida que avanzas en la historia, mientras que en
Abyss acabas explorando los pueblos relativamente temprano en la trama y durante el resto del juego te dedicas a ir de uno a otro una y otra vez. Las mazmorras ya son un tema distinto, pero incluso estas hay veces que tienes que volver a visitarlas en partes de la trama.
Quien avisa no es traidor: A partir de aquí voy a ponerme un poco spoiler. Intentaré no ser muy explícito pero igualmente voy a revelar algunos giros.
Ahora mismo estoy en una parte en la que he derrotado al villano principal del juego, pero tras unas escenas en las que el grupo se divide y todo parece volver a la normalidad descubres que no es oro todo lo que brilla y que parece que vuelven a haber problemas, incluyendo que el malo quizá no esté muerto al fin y al cabo. La situación se va volviendo más dramática y tensa en esta última parte cuando diversos problemas que parecían haber sido solucionados regresan por partida doble, y lo hacen junto a la nueva a menaza de una especie de ejército de marionetas que toman la apariencia de personajes que se suponía que habian muerto.
Para complicar aún más las cosas, uno de los personajes del grupo ha estado haciendo de agente doble para uno de los antagonistas durante todo el juego. Ahora mismo estoy en la parte en la que se destapa el pastel, aunque ya se veía venir un poco porque el personaje había estado actuando de forma sospechosa durante un rato largo.
Hice un sidequest que me metió por un bosque de setas venenosas, y fue la parte más difícil del juego hasta ahora. Los enemigos de ese sitio golpeaban como camiones desbocados, y recorrer el maldito lugar se me hizo eterno. Pero como lado positivo, ahora mismo estoy FUNDIENDO a los enemigos de la zona donde estoy en la historia (el volcán).
Una cosa graciosa es que al principio del bosque de las setas el juego te permite usar a Asch, el personaje que viene a ser algo así como el rival malote del protagonista, como ocasión especial, y es como si fuese un regalo especial por hacerlo... Excepto que el tipo está clarísimamente desequipado para hacer frente a los enemigos del lugar, tiene un armamento de mierda y, de todas formas, mi equipo de cuatro personajes no incluye al prota, así que Asch, que es un clon, tampoco vio mucho juego. No solo eso, sino que al llevar a Asch Luke se queda en la entrada del bosque esperando, y necesitas a Luke para usar la bola de fuego en la mazmorra que te permite quemar ciertas esporas en el bosque para encontrar cofres ocultos. Así que se mire por donde se mire, lo mejor que puedes hacer al entrar al bosque es ir a la entrada, hablar con Luke y darle a Asch la patada.
Tampoco es que llorase mucho por ello porque, si soy sincero, no me gusta nada Asch. Entiendo que el personaje está algo irritado por la situación, pero cuando prácticamente todo lo que sale por su boca son insultos acaba resultando algo cansino.
Jugando más a
FFXIV, casi a las puertas de
Endwalker ya. Solo queda un mes para el lanzamiento más importante del año.
Varias cosas. La semana pasada empezó otro evento de los moguri. En estos eventos te dan unas tablillas especiales por hacer ciertas mazmorras, y luego las puedes intercambiar en un vendedor que está en las ciudades principales por objetos de temporada. El evento dura hasta la salida de
Endwalker, así que tengo tiempo de sobras para conseguir las dos monturas y la chaqueta exclusiva que me interesan (de hecho ya tengo la primera montura).
El tema es que se te dan más o menos tablillas dependiendo de las mazmorras que hagas, y las dos que más tablillas dan son, como siempre que han metido este evento, el Castrum Meridianum y el Praetorium; las dos mazmorras finales de
A Realm Reborn, el juego base. Esto es debido a que tal y como están estructuradas, nadie quiere hacerlas a no ser que hayan enormes incentivos para ello. ¿Por qué? Pues porque cuando hicieron el juego base cometieron el grave error de meter parte de las escenas del final del juego (incluyendo los monólogos de los malos finales) en medio de la mazmorra. Praetorium en concreto contiene 22 minutos de escena de video. Y si, al principio podías pasarlas, pero debido a que esto acababa metiendo presión y dejando atrás a los primerizos, Square decidió que la mejor solución sería hacer que NADIE pueda pasar las escenas de vídeo de estas dos mazmorras, y en su lugar las recompensas por completarlas se multiplicaron de forma exagerada para hacerlas más atractivas.
Afortunadamente, ninguna de las mazmorras finales de las expansiones comete el mismo error. Pero igualmente, estoy haciendo un run del Praetorium al día. Es una mazmorra donde básicamente fundes a los enemigos, así que puedo llevar incluso a un tanque cuando, en realidad, ni siquiera tengo idea de como funciona el tanque. ¿Y que pasa con las escenas de vídeo? Bueno... Tengo como norma leer un mínimo de 10 páginas de un libro al día, así que aprovecho para hacerlo, a no ser que el grupo de la mazmorra esté de cháchara.
Por otra parte, llegué al nivel 50 en Eureka, lo que significa que desbloqueé la última zona de ese modo de juego: Hydatos. ¿Como es? Pues ni idea, porque no he entrado aún. Según el nombre parece que su elemento será el agua, pero bueno, ya iré diciendo.
Y también he jugado algo más al
Elder Scrolls Online.
Por alguna razón, las misiones que estoy haciendo últimamente me llevan siempre a toparme con Sheogorath, el príncipe Daedra de la locura, el caos y el queso. Buenos recuerdos de
The Shivering Isles, sin duda, pero la verdad es que pasar mucho tiempo al lado de este tipo acaba con cualquiera.
En cualquier caso, hasta ahora he sido algo indiscriminado al ir haciendo misiones por ahí, pero he decidido centrarme en ciertas líneas y tirar a lo vertical en vez de extenderme demasiado en horizontal, porque así me siento más metido en la historia. Fui completando las misiones que ya tenía sin recoger ninguna nueva, y la última fue parte de la línea argumental del gremio de ladrones, la cual me hacía meterme por una zona restringida. En estas zonas hay dos cosas a tener en cuenta: Los guardias y los civiles. Los guardias te atacan en el acto si te ven, pero no son muy listos y te dejan en paz si te escondes en una cesta o barril. Los civiles son el verdadero problema, porque no hacen nada, pero la recompensa por tu cabeza aumenta si te ven, y están por todas partes, a menudo de forma que es imposible pasar sin ser detectado. Como soy el peor ladrón de la historia, acabé con una recompensa de la leche sobre mi cabeza y ahora tiene que pasar algo de tiempo antes de poder volver a entrar en una ciudad (creo que la notoriedad disminuye mientras estás desconectado, así que espero que la próxima vez que entre me dejen en paz, porque la siguiente cosa que tengo que hacer es empezar la línea de misiones del gremio de asesinos, y eso tampoco pinta muy bien que digamos...).
Por otra parte, están llevando a cabo el evento de Halloween. Los jefes de mundo y lugares de ritual dan recompensas extras al completarlos, así que ahora es el mejor momento para ello porque siempre hay gente rondando las zonas.
Dentro de poco intentaré hacer mi primera mazmorra. Ni idea de que tal será.
Y eso es todo. Para la semana que viene, más
Windward, más
Tales of the Abyss (aunque no sé si lo habré acabado ya), un poco de
Runescape y... Quizá algo de
Genshin Impact. No lo sé. El tema es que el juego se me ha empezado a hacer cansino debido al muro de grindeo que me supuso aumentar la dificultad del mundo demasiado rápido, y he pensado en dejarlo porque tampoco me lo estoy pasando tan bien con él.