Tras saltar de galaxia en galaxia durante un buen rato, todo se reduce a esta pantalla:



Puedes darte media vuelta y hacer como si no pasara nada, o usar las 10 Piedras del Atlas conseguidas por el camino para crear un agujero negro y propulsarte hacia otra galaxia para seguir viajando hacia el centro del universo. No hay más.

Caray, no esperaba una secuencia o algo parecido, el juego no va sobre eso. Pero más escueto tampoco podía ser. Algunos de los textos anteriores fueron más interesantes, como si nos llevasen hacia alguna revelación.



Pero al final, esta mini-trama es justo lo que parece desde la mitad o antes: una autoreflexión consciente del propio juego. No hay giro, no hay objetivo, ni siquiera hay una meta propiamente dicha. El viaje es la única finalidad, porque el jugador ha decidido explorar este universo aun a sabiendas de que esto no es Mass Effect, Destiny o algún otro shooter espacial.