Yo ahí veo un paralelismo con Spec Ops: The line. Salvando las distancias de juegos tan diferentes, en ambos los autores han querido contarnos "algo más", y en ambos es sorprendente cómo se integran jugabilidad y narración, haciéndote el verdadero protagonista de la historia y no un mero espectador, como hacen el 99% de los juegos, que te dan los momentos claves del relato en forma de cinemáticas.

En este juego, cuando muere el hermano, el pequeño se mueve lentamente, haciendo más pesada la tarea de enterrarlo, eso nos pone en su piel, se nos hace eterno, no queremos hacerlo, pero hay que hacerlo, y parece que no se acaba nunca... Luego está el momento genial cuando el pequeño necesita la "inspiración" del recuerdo su hermano perdido para hacer algo que antes no habría sido capaz de hacer. Es como si el espíritu del mayor le diera fuerzas para salir adelante, y todo eso se cuenta mediante los controles del juego, y nadie te dice lo que tienes que hacer, nadie explica lo que está pasando en el juego, pero tú lo entiendes.

En Spec Ops: The line, hay momentos así, como por ejemplo cuando tienes que decidir qué hacer frente a una multitud enfurecida que quiere linchar a los soldados invasores. La única solución parece ser dispararles y montar una masacre, pero hay una alternativa: puedes disparar al aire y hacerlos huir. Al igual que en el ejemplo anterior, no hay tutorial, nadie te dice lo que tienes que hacer (de hecho lo único que te dicen es que des la orden de abrir fuego), simplemente lo haces de forma natural, por instinto, cruzando los dedos para que funcione, y estás creando la historia con tus acciones, con tus decisiones, eres el protagonista en el más profundo sentido de la palabra.

Por desgracia, en ambos juegos estas genialidades quedan relegadas a momentos concretos de la parte final, pero como digo, son todo un logro frente a una inmensa mayoría de los juegos que sólo saben narrar mediante cinemáticas, QTE y tutoriales.

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