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Versión completa: Los 'idos' de la RAE
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zothenr

Quién podría imaginarse que la folclórica frase "si me queréis, irse", bramada por Lola Flores, marcaría la senda a la mismísima Real Academia Española (RAE). Esta semana Pérez Reverte revelaba que para conjugar la segunda persona del plural del imperativo del verbo ir ("idos") también será válido el hasta ahora incorrecto "iros". Me pregunto cuántos de los dueños de los alaridos proferidos en las redes sociales estos días han formulado una sola vez frases del tipo "idos a la mierda"; o "idos a la cama, niños". Y cuántos de los que han usado correctamente "idos" han recibido de sus interlocutores, como mínimo, un desaprobador arqueo de cejas.
¿A favor o en contra? Defiendo y uso la forma correcta "idos", si bien la incorporación de "iros" no me parece el mayor de los sacrilegios; hay precedentes mucho más hilarantes, como "bluyín". Tendrá usted que leer esta palabra, al menos, dos veces para saber que me refiero al pantalón de tela vaquera.

Parece que la RAE se muestra muy casquivana al permitir algunas aberraciones lingüísticas y pudorosamente estricta al no aceptar otros vocablos de uso muy extendido. El desatino al eliminar la tilde del adverbio "sólo" fue proverbial. Valga el ejemplo "practico sexo solo los fines de semana". La supresión de la tilde en "solo" empaña la comprensión lectora.

Hay curiosidades idiomáticas que han pasado desapercibidas y que contribuyen al caos semántico; palabras que tienen a la vez un significado y su contrario. Así, "nimio", que procede del latín nimius (excesivo y abundante), tomó el sentido inverso debido a una mala interpretación y el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) optó por ofrecer dos acepciones contrarias: insignificante, sin importancia; y excesivo, exagerado. Un camino parecido recorrió el vocablo "lívido" que viene del latín lividus. y éste del sufijo "-ido" y que quiere decir ponerse morado, amoratado. El insistente mal uso por "completamente pálido" ha tenido como consecuencia que este adjetivo signifique, además de "amoratado", "intensamente pálido". Poco clarificador.

Si bien en algunas ocasiones la manga ancha de la RAE denota falta de criterio, en otras las críticas son inmerecidas. Como es el caso de "almóndiga", "toballa" y "asín", blancos fáciles contra la RAE pero que ya se instalaron en nuestro diccionario en el Siglo de Oro.

Conviene aclarar que no todas las más de 90.000 palabras que recoge el DRAE son adecuadas, pese a la extendida idea de que lo que allí se incluye es ley; las que no lo son están señaladas como vulgarismo, un concepto capital que ha de distinguirse del coloquialismo (lenguaje informal). ¿A que no es lo mismo que describan su vestimenta como informal o como vulgar? Cuando a una palabra le acompañe vulg., huya de ella como del diablo.

La RAE también nos indica sus preferencias entre dos términos aceptados, por lo que da prioridad al que define directamente. Así, "psicología", "psicológico" o "psicólogo", definidas directamente, son las variantes recomendadas; "sicología", "sicológico" o "sicólogo", definidas por remisión a sus correspondientes antedichas, constan como admitidas pero no se recomiendan.

El objetivo fundamental de la institución, que cuenta con 300 años de historia, es "velar por que la lengua en su continua adaptación de los hablantes no quiebre su esencial unidad", una lengua que hablan, cuidan y maltratan más de 500 millones de personas. Su política lingüística es, por tanto, panhispánica.

La RAE tiene una función descriptiva del español, no sólo normativa, e incluye términos que tienen un alto consenso entre los hablantes. Pero ha de permanecer inmune ante la ultracorrección política del lenguaje, por más que se apliquen los políticos en la agotadora práctica del desdoblamiento de género que va en contra de la economía del idioma: "todos y todas" y hasta "miembros y miembras".

En su empeño por mantener la frescura de la lengua, la RAE elimina términos en desuso desde el siglo XV e incorpora nuevas palabras, que han de reposar al menos siete años como garantía para evitar las expresiones pasajeras. ¿De verdad era necesario incluir "papichulo" en el DRAE?

A continuación, palabras que no creerá que están aceptadas y otras que nos gustaría que lo estuvieran. Aunque esto es algo muy personal y cada uno tiene sus vocablos fetiche que querría ver en el diccionario.

Palabras que no creerá que están aceptadas


BLUYÍN
Sí, como lo lee. No es fácil entenderlo escrito con esa grafía, pero se trata de la versión española del inglés blue jean, el pantalón vaquero de toda la vida.

CULAMEN
Es un vulgarismo para describir las nalgas. Y seguimos por partes, pues también está incluida como vulgarismo "pechamen", que es busto de mujer especialmente grande; y, como coloquialismo, "muslamen", muslos de una persona, especialmente los de mujer.

AMIGOVIO
Describe a una persona que mantiene con otra una relación de menor compromiso formal que un noviazgo. Es de uso coloquial en Argentina, México, Paraguay y Uruguay. Señores de la RAE, todos sabemos que hay una palabra que define mucho mejor el término y su uso está mucho más introducido, y no es pagafantas.

TOBALLA
O su forma correcta, "toa-lla". Sin olvidar las perlas "almóndiga" (albóndiga) y "asín" (así). Es preciso señalar que estas palabras llevan tres siglos incluidas en el diccionario. "Almóndiga", en la primera edición de 1726; "toballa", en la de 1739 y "asín", en la de 1770. Asín se lo digo.

MURCIÉGALO
Revise la palabra que acaba de leer. Puede que su mente haya interpretado "murciélago". Pero la RAE también acepta: "mur-cié-galo". Está considerado un vulgarismo. Procede del latín mus, muris (ratón) y caeculus, diminutivo de ciego.

Palabras que nos gustarían que estuvieran aceptadas

MADRIDISMO/BARCELONISMO
Ni rastro aparece de ellas en el diccionario. Sí se incluye la acepción de "merengue", para los seguidores del Real Madrid, y la de "blaugrana", para los del Barça. En cuanto a seguidores de partidos políticos, también incluye a "sociatas" y "peperos".

TEMAZO
Cada uno tiene el suyo o incluso varios. Un temazo no es sólo un aumentativo de "tema", ni sólo una canción de mucho éxito, eso sería un des-pa-ci-to. Es una gran pieza musical que place el ánimo y lo eleva.

PIFOSTIO
Contundente palabra del lenguaje coloquial olvidada por el DRAE, y que expresa un gran enredo de algo o de alguien por su complejidad o por su cantidad.

VIEJUNO
Puede que la RAE se quede viejuna si tarda mucho más en aceptar este término. Hace referencia a algo o alguien pasado de moda, desfasado. El programa de televisión Muchachada Nui catapultó la palabra con su espacio llamado Mundo Viejuno. También ha sido desoída viejoven, jóvenes de aspecto viejuno.

BOCACHANCLA
Se echa de menos que no venga descrito este personaje verborreico con el que casi todos nos hemos topado alguna vez; un bocazas, un charlatán.

Fuente
Muy buen artículo. Le doy mi sello de calidad.
PedantismoPedantoso.
Pifostio es una palabra que merece respeto.
Como dije en Facebook, yo quiero dos riojanismos en el diccionario: pampurrio y pichiglas. El primero es un estado de salud problemático y súbito, el segundo, el material del que se hacen los sueños, o sea, fragil y delicado.

Pues invocando a @Bonjour , ninguna de las palabras del post que puse, salvo 'murciégalo', son legales. Pero veo que lo de la 'almóndiga' si lo és ¿También lo de 'arradio' o 'cocreta'? Ni me pienso molestar a buscarlo por si es verdad, pero lo que me choca es que la burrada esa basada en las bolas de carne sea tan antigua en su reconocimiento.

zothenr

(23-07-2017 15:53)Ricardo [ -> ]Muy buen artículo. Le doy mi sello de calidad.

Sinceramente, lo lei y me imaginé que te iba a gustarv sisi
Es normal que sorprendan muchos de los cambios que vemos, bien porque se añaden palabras que son directamente de coña o porque se cambian cosas que han sido motivo de discusión por hablar correctamente mucho tiempo. A mí el caso de "iros" no me gusta un pelo, pero es más por el temor a que se extienda a otros imperativos que por este caso en sí, ya que yo mismo lo habré usado un millón de veces al hablar (a parte de que siempre queda la sensación de que no es una cuestión de evolución del lenguaje, sino de que es más fácil amoldarse a los que no saben que tratar de que aprendan... y es una sensación jodidamente incómoda). Se usa mucho el argumento de que la mayoría de las personas no lo decían correctamente (bueno, no sólo se usa, sino que se lleva hasta el extremo más ridículo para provocar sin más con viñetas y socarronería que he visto por el Facebook a montones), pero es que hay comunidades enteras con problemas lingüísticos perfectamente identificados que podrían admitirse perfectamente. Sí, hablo mismamente del laísmo y el léismo, del dequeísmo, del queísmo, del verbo "haber" en plural en frases impersonales y un largo etcétera de errores que no pueden dejar de ser errores por contradecir normas básicas del lenguaje y hacer sangrar los ojos y el cerebro cuando se leen y escuchan. Vamos, que el artículo tiene razón en que la RAE la caga a veces y acierta otras, y que unos palos son merecidos pero otros no tanto, pero precisamente el motivo por el que el "iros" parece no importar demasiado es un buen argumento para admitir muchas tras cosas que serían de juzgado de guardia, y eso es lo que me da repelús.

Por lo demás, de acuerdo en líneas generales con el texto. No creo que haya mucho lugar a discusión sobre el tema, y conviene recordar y remarcar que la RAE no es una ley implacable y, de hecho, ante ciertas dudas razonables conviene consultar directamente a expertos del lenguaje (la fundéu, que está asesorada por la propia RAE, tiene un montón de ese tipo de dudas resueltas por internet).

@Rosstheboss no, esas palabras no vienen en el diccionario. Gracias a Dios XD