33bits

La marcha de los creadores de Clover de Capcom acabó siendo una de las noticias más tristes que se recuerdan en la pasada década. Algo más de diez años después podemos decir que, a pesar de los primeros miedos, el resultado no ha sido tan dramático como se podía esperar en un principio: de sus cenizas nació Platinum Games, y ahora disfrutamos del que es, probablemente, uno de los estudios de videojuegos japoneses más en forma de la industria nipona.

Según ha recogido el portal americano DualShockers, el objetivo de Platinum Games, actualmente, pasaría por estudiar las formas que le llevasen a desembarazarse de las obligadas colaboraciones con empresas externas para hacer posibles sus desarrollos y con ello pagar las nóminas de sus más de 200 empleados. Lo ha confirmado el director ejecutivo de la empresa, Atsushi Inaba, que ha recordado que en los diez años que la empresa lleva abierta aún no han conseguido tener una franquicia propia.

Ciertamente, son pocas las firmas en el mundo y la industria del videojuego que pueden decir que han trabajado con éxito con firmas de la categoría e importancia de Nintendo, Activision, Sega o Microsoft, pero parece que el ritmo de trabajo y las exigencias de los desarrollos actuales no le han permitido acceder a riesgos importantes y creaciones propias que no dependan de empresas terceras. Bayonetta, Metal Gear Rising, Vanquish, Scalebound o Wonderful 101 son producciones propias, pero no les pertenecen.

El tener su propia marca es, según Inaba, uno de los más importantes deseos en la actualidad de la empresa japonesa, y parece que están comprometidos en estudiar las posibilidades que tienen de hacerla en el futuro y considerar las mejores opciones para hacer realidad su sueño. El artista, sin embargo, piensa que los desarrollos y su tamaño, cada vez mayores, acabará obligando a las empresas a colaborar entre ellas para hacer realidad los proyectos, un ecosistema que parece hoy impensable, pero que ya se da en estudios independientes.

El futuro inmediato de Platinum Games depende de dos videojuegos capitales: Scalebound en Xbox One y NieR: Automata en PlayStation 4.

Fuente

Viendo los resultados hasta ahora, no parece haberles ido demasiado mal. Por mi que sigan así muchos años.