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Termina agosto con un nuevo episodio de Tropes vs. Women in Video Games, la serie en la que Anita Sarkeesian repasa algunos de los aspectos problemáticos de la representación de la mujer en los videojuegos. En esta ocasión, se habla de las mujeres como recompensa: es un episodio largo en el que se tratan varios temas; desde las cinemáticas con mujeres ligeras de ropa que se desbloquean como recompensa al juego habilidoso hasta las que se disponen como coleccionable o logro.

Como viene siendo habitual en los vídeos de Feminist Frequency, hay con lo que estar de acuerdo y con lo que no tanto, quizá, pero hay material de sobra para pensar y darle un par de vueltas a la manera en que nuestro arte retrata a otros seres humanos.

De este capítulo en particular me resultan interesantes los ejemplos de sexismo sistematizado: aunque no es el ejemplo más ramplón (los de Resident Evil son bastante tremendos), es cierto que atar el tiempo que tardamos en terminar Metroid a la cantidad de ropa que, como recompensa, pierde Samus en la escena final es un uso claro del físico femenino como recompensa, introducido en el mismo código del juego; no es algo sujeto a la lectura subjetiva de un individuo o un colectivo, sino algo que ocurre porque así está escrito.

Hace un par de días, The Guardian publicó una entrevista bastante interesante con Sarkeesian en la que, entre otras cosas, apunta una cosa muy a tener en cuenta: el uso de la palabra "troll" en discusiones sobre acoso o amenazas es más infantil de lo que debería ser un término que se usa para tratar un asunto muy serio. Es una entrevista interesante.

Bola extra: En Tor┬ápublicaron un artículo sobre por qué la boob plate, la armadura con supuestamente útiles cuencos en los que acomodar los pechos, debe ser retirada del imaginario fantástico popular: es justo esa peculiaridad que se supone considerada con la necesidad imperante de cualquier mujer guerrera de lucirse en el campo de batalla la que podría, al mínimo golpe, asesinarla en cuestión de segundos. Caray.

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