zothenr
16-07-2015 15:17
Me entero gracias a┬áKotaku┬áde la existencia de un juego llamado┬áEpic Cards Battle, que llegó aSteam┬áhace unos días. Es un juego de cartas desarrollado originalmente para móviles, uno de los no pocos juegos más o menos oportunistas que intentan subirse a los trenes de otros para, imagino, sacar unos euros; este, además de un título muy genérico, tiene una fijación especial por las chicas ligeras de ropa, uno de los ganchos más vulgares y facilones que puede usar un clon de este tipo.
La versión de Steam es┬áfree-to-play, y ha causado revuelo por una idea que han tenido sus desarrolladores y que no ha caído especialmente bien entre la comunidad.┬áMomostorm Entertainment, el estudio detrás de Epic Cards Battle, propuso a los jugadores que escribieran reseñas┬áa cambio de diamantes, un tipo de moneda que dentro del juego se compra con dinero real. Una┬áreviewse recompensa con 20 diamantes; si tiene más de cien palabras, 30.
En respuesta al usuario que puso en duda la moralidad de esta práctica, los desarrolladores publicaron una respuesta,┬áya eliminada, en la que aclaraban que la reseña no tenía por qué ser positiva.┬á┬½Nunca pedimos a ningún jugador que escribiera una review positiva┬╗, explicaban. ┬½El jugador recibe su recompensa independientemente de que la reseña sea positiva o negativa┬╗.
El objetivo de esta campaña es ┬½reunir reseñas de los jugadores para saber qué mejorar en futuras actualizaciones┬╗, dicen. ┬½Y escribir una reseña especialmente larga e informativa lleva mucho tiempo. En nuestra opinión, el tiempo del jugador es valioso y merece una recompensa por el tiempo dedicado┬╗.
Aquí es donde empiezan las dudas. La recompensa que ofrecen por las┬áreviews, esos diamantes, es un ítem que solo se puede usar dentro de Epic Cards Battle, y que se puede comprar con dinero real. ¿Por qué querría alguien a quien no le gusta el juego (y que, por tanto, no quiere jugar, se entiende) recibir unos diamantes que en todo caso no va a aprovechar? La idea que ha molestado a algunos miembros de la comunidad es que, a pesar de no estar┬ácomprando┬áreseñas positivas en un sentido estricto, sí están animando implícitamente a los jugadores que quieren usar esos diamantes, y que por tanto se supone que van a escribir una┬áreview┬ápositiva (porque les gusta el juego y quieren usar esos diamantes, ahorrándose en el proceso dinero real), a llenar la página del juego en Steam de opiniones positivas.
Entiendo el interés (la necesidad, incluso) del estudio por recopilar opiniones para mejorar su juego; entiendo que no piden opiniones positivas, claro, y que unos diamantes de regalo pueden significar igual "gracias por disfrutar del juego, toma esto para que lo disfrutes un poco más" o "es una pena que no te haya gustado el juego, toma esto por si te apetece darle otra oportunidad". Sin embargo, el proceso es problemático; no sé si las intenciones de Momostorm son oscuras, pero el problema de fondo es que todo esto pone en duda la legitimidad de todas las┬áreviews┬áde Epic Cards Battle, no solo las que hayan nacido de la propuesta, que sigo considerando inocente, de los desarrolladores para conseguir┬áfeedback┬áy mejorar su juego.
Es un problema que en los juegos para móviles lleva un tiempo haciendo cierto ruido; no solo por las tácticas dudosas para conseguir┬áreviewspositivas (más típicas en estudios pequeños y desconocidos que hacen clones y juegos más bien cutres, pero en las que han caído también algunas grandes; el caso de Dungeon Keeper fue sonado, por eso y┬ápor más cosas), sino por los no pocos medios que┬áno esconden las tarifas que hay detrás de sus reseñas. Es un problema tristemente habitual en la crítica como guía de compra, como escaparate comercial, como catálogo de ofertas; consecuencia del modelo de financiación de los medios y ahora, parece, hasta de los mismos juegos, y que deberían evitar los que enfocan la crítica como estudio cultural más que como brazo de los departamentos de marketing.
Un asunto complicado. Pienso ahora en el┬áLibro Blanco de DEV, publicado esta misma semana; en él,┬áGustavo Maeso, director de┬áIGN España, decía que┬á┬½[l]a crítica de videojuegos debe tratarse como la del cine o la música, un análisis subjetivo de un producto cultural cuya opinión final puede o no coincidir con la de otro crítico de otro medio o con la de muchos usuarios. Cada cual tiene que realizar su trabajo, pero con una comunicación fluida y honesta entre ambas partes se conseguirá que no haya demasiados conflictos┬╗. Dicho así suena bastante fácil, ¿no?
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