33bits

Versión completa: LaserDisc Obertura
Actualmente estas viendo una versión simplificada de nuestro contenido. Ver la versión completa con el formato correcto.

Corona Radiata

He quedado 2do en un concurso literario de videojuegos con el siguiente delirio. Espero sea de vuestro agra... En fin, si no lo vais a leer  roto2rie

Segundo puesto del I concurso de literatura de Deus Ex Magazine ÔÇô Álvaro Aparicio ÔÇô ÔÇ£LaserDisc OberturaÔÇØ

Mario, de cuyo nombre renegaba declarándose en contra de Nintendo, llevaba años en el paro cuando se descubrió averiguando en un nivel de Doom 2 el estado emocional de John Romero. Lloraba como una abuela a la que atan mientras echan en la tele ÔÇòSiete novias para siete hermanos ante el continuo hallazgo de elementos ÔÇôuna textura desajustada, un sprite decorativo descentradoÔÇô que lo hacían evocar momentos de terrible inestabilidad anímica en la vida de John.

ÔÇöPobre Romero ÔÇösusurrabaÔÇö, pobre, pobre RomeroÔǪ ¡Pero mirad a ese imp con clipping, joder ÔÇöchillaba en la soledad de su habitaciónÔÇö, es una clara proyección de un alma atormentada!

Al día siguiente quedó con un colega en un bar y le enseñó el mapa del nivel en cuestión: Industrial Zone.

ÔÇöSu verticalidad es una transmisión de picos de violencia ÔÇödecíaÔÇö; Romero se ensañó consigo mismo creando abismos de frustración que el jugador debe recorrer escopeta en mano para expiar sus pecados. Y mira este ascensor ÔÇöagregó con un dedo que marcó el punto del mapa con tanta fuerza que saltó el servilleteroÔÇö: es pura narrativa.

El colega de Mario fue menos colega a partir de ese día. Pero Mario no se amedrentaba. Mientras su abuela proveyera con su pensión no contributiva, mantendría firme su decisión de ahondar en el componente narrativo, cultural y emocional de los videojuegos. Y día tras día, con la obsesión de esparcir su mensaje por foros y comentarios de artículos en revistas online, fue encontrando multitud de antagonistas.

ÔÇöEres un cerdo atrapado por el consumismo descerebrado del medio ÔÇö musitaba al tiempo que machacaba el teclado para replicarle a uno de sus detractoresÔÇö. ¿Sabes lo que pienso de Kojima? Ponte la escena de Otacon llorando durante media hora en Metal Gear 4. Sólo el audio ya es vomitivo. Como tú. Serías pura inspiración para Kojima.

No tardó mucho en acabar expulsado. Su gesta, no obstante, lo apremiaba a repetir actuaciones como aquella en otras comunidadesÔǪ, hasta que al final no le quedó más remedio que irse a foros anglosajones donde sus intervenciones se limitaban a retahílas de insultos pasados por el traductor de Google. Quería que la gente supiera apreciar el verdadero significado de los videojuegos, el sentimiento de asombro emergente, la narrativa ludoesquemática y el quiebre reflejo-motriz de la fusión de audio y vídeo en estado latente. Pero nadie parecía entenderlo.

ÔÇöIntelectualismo videojueguil ÔÇöfue el título de su primera entrada en un blogÔÇö. Es hora de que la prensa aplaque a sus niños rata y comience la auténtica disertación sobre la condición del jugador como filósofo de nuestro tiempo.

El siguiente artículo postulaba que una de las principales causas de estrés en los usuarios laboralmente activos se debía a la inquietud de no saber con qué juego seguir tras el término de otro. ÔÇòUna elección opresiva retrae el córtex ÔÇöafirmaba en una entrevista realizada por un colgado de calibre similarÔÇö y dispara hormonas de carga negativa que, mezcladas con el sudor de los dedos, eleva la posibilidad de que una partida guardada se corrompa. El jugador necesita un poco de libertad. De hecho, debería existir la posibilidad de corromper las partidas guardadas de forma voluntaria.

Poco después, al comprobar cómo su proselitismo caía en saco roto, vino su época oscura. Durante meses de borrachera, aguardó a que las revistas de videojuegos presentaran sus listas de los mejores títulos del año. Cuando llegó el día, ya tenía sesudamente reflexionadas las palabras que constituirían sus treinta y dos páginas de filípica, en la que podía leerse cosas como:

ÔÇö¿Acaso no conocéis Desura?

ÔÇö¿En serio ignoraréis la emergente escena laosiana?

ÔÇö¿Y dejaréis fuera a Quadriplegic Thoughts?

En contra de todo pronóstico, aquellas treinta y dos páginas de desequilibrio semántico dieron sus frutos. Algunos medios le contestaron, declarándose imparciales; otros, por el contrario, vieron filón y le ofrecieron un puesto de redactor. De tal guisa, Mario consiguió su propia columna de opinión ÔÇösin apercibir un euroÔÇö, en la cual vertía toda su bilis hacia el sector en general.

ÔÇöMe siento un pelín incómodo clasificando los títulos que han salido en estos meses ÔÇöescribía en un ensayado acto de mesuraÔÇö. Pero mierda y no-mierda son como llamo a los archivos de Word donde los voy recopilando ÔÇö añadió en un involuntario brote de autenticidad.

El público aplaudía ÔÇömientras el tráfico aumentabaÔÇö, aguardando expectante al próximo artículo. ¿La razón, puesto que nadie pasaba de la tercera línea? Que en los comentarios se montaban auténticas batallas campales, protagonizadas siempre por el mismísimo Mario, que birra en mano en la oscuridad de su cueva tenía el F5 desgastado de tanto refrescar. Los temas de debate solían girar en torno a cuestiones cíclicas: A) el que defendía lo culturalmente trascendental y percibía en PacMan una profundidad capaz de desbancar a Crimen y Castigo ÔÇöMarioÔÇö; B) los que no tenían ni pajolera idea de lo que estaba pasando, pero asentían por temor a quedar como ignorantes ÔÇömayoríaÔÇö; y C) los que iban a machete considerando que las argumentaciones expuestas eran un total y absoluto sinsentidoÔǪ Entonces arribó el ÔÇòelegido, un prestigioso desarrollador de la escena independiente española, contribuyendo a lo que sería el mayor punto de inflexión en la carrera de Mario, tanto así que el nivel de irritación de nuestro protagonista puso contra las cuerdas a la revista, que debía catalizar las cascadas de hiel que nacían de sus dedos cada vez que respondía.

ÔÇöHaz un juego y deja de quejarte, mariquita de playa ÔÇöescribía el desarrollador de forma reiterada en cada entrada que Mario publicaba.

El conflicto verbal alcanzó cotas inadmisibles y a la revista no le quedó más remedio que darle un ultimátum a Mario, que, por su parte, no veía falta en ejercer su derecho a réplica copiando y pegando los diez sinónimos de imbécil que aparecían en WordReference. Así pues, inhabilitado en el campo del debate, Mario decidió demostrar que sus ideas tenían un fundamento basado en una visión realizable.

Desarrollaría un videojuego.

ÔÇöQuería excelencia en arte visual, excelencia narrativa, excelencia en audio ÔÇöenumeraba tiempo después un artista de DeviantArt con el que Mario había contactado para que le llevara la dirección artísticaÔÇö. El tío decía que cada pixel tenía que comunicar sensación de emergenciaÔǪ Pero cuando me leí el guiónÔǪ Sí, el guión. Aquella basura tenía una historia. ¡El protagonista era una consciencia que luchaba contra el bombardeo de un sistema nervioso que lo incitaba a la automutilación!

Que Mario no consiguiera cautivar a ningún ilustrador no fue óbice para el desarrollo de LaserDisc Obertura, título que tenía poca o ninguna relación con el juego en sí. Tampoco el hecho de que su habilidad al dibujar se limitara a figuras antropomórficas compuestas de palitos. ÔÇòA por el pixelart, se alentaba a sí mismo cada vez que abría el Paint.

ÔÇöMe sorprendió que los bocetos fueran tan cutres ÔÇöafirmaría un compositor de chiptune al que Mario abordó para los efectos de sonidoÔÇö. Quiero decir: una puta mierdaÔǪ, pero cosas más raras se han visto en bundles compuestos por títulos Greenlight. El problema vino cuando me exigió realismo extremo en los soniditos de sufrimiento y derrota, ya que la historia giraba en torno a una consciencia que luchaba contra la automutilación; y cuando le pregunté a qué cojones se refería, se limitó a decir: compromiso. Me fui a casa consternado y con la autoestima bastante tocada, porque el hecho de no entender aquella respuesta me hizo sentir estúpido. Al día siguiente recibí un correo de Mario que tenía de asunto: ÔÇòEl único camino hacia el realismo está a través de ti mismo: cáptalo en 320 kHz. Dentro sólo había un link a una página de gente que fardaba de cómo experimentaban con el dolor sin producirse secuelas hospitalarias.

Desmoralizado, aunque tenaz, Mario, tras ahuyentar al último voluntario para la producción de sonido, buscó un micrófono, diazepam y una maquinilla de afeitar, obteniendo resultados perturbadoramente realistas. Será el mejor game over, ÔÇòse consolaba arrasado por las lágrimas en posición fetal bajo el escritorio.

ÔÇöDaba miedo ÔÇöaseguró un autor de novelas basadas en franquicias de videojuegosÔÇö. Quería que su narrativa se desarrollara de forma totalmente diegética. Hasta cerrar el juego debía ser un acto repleto de zozobra. Planificó en sus apuntes que la tecla de salida variase de las más de cien que presentan los teclados habitualesÔǪ Yo insistí que buscara a un guionista de cine, que lo mío son las palabras, pero se empeñó en que yo sacara adelante una novela que valieran de trasfondo para el arco argumental. ¿Doscientas páginas?, le pregunté perplejo. ¿Y cómo introduciríamos eso en un juego protagonizado por un córtex asediado por impulsos suicidas? No introduciremos nada, me contestó: tendremos las doscientas páginas como base demostrable por si alguien no entiende la historia y nos acusa públicamente de no estar contando nada.

Mario presentó el proyecto en Kickstarter a la búsqueda de financiación tras el sesudo envío de tres mil notas de prensa que abarcaron desde la prestigiosa Gamasutra hasta un blog guatemalteco de videojuegos hentai abandonado en 2009. Nadie debía quedar al margen.

ÔÇöYo no seré ningún genio ÔÇödeclaró un ex pica código de Gameloft en una cafetería de MadridÔÇö; pero que la documentación deba tener un tono poético sólo puede ocurrírsele a un colgado. ¿En serio te crees que iba a perder el tiempo transformándolo todo en octosílabos de rima asonante? Tío, llegó a confesarme que el juego tenía alma y percibía la forma en la que hacíamos los preparativos, y que por eso debíamos esforzarnos en dotar de belleza cada aspecto del desarrollo. ¡He soñado durante meses con esa mierda!

El Kickstarter, sin embargo, planteaba una serie de originalidades que produjo escupitinajos masivos de café sobre el teclado. Los primeros nueve pledges apelaban al compromiso del jugador, que manifestaba su interés por la cultura auténtica de manera desinteresadaÔǪ, tanto así que sólo recibiría un correo de agradecimiento enviado por un script que Mario había conseguido hacer funcionar en el Outlook. Recién a partir de los 90 euros los mecenas disfrutarían de una copia digital y un marcapáginas plastificado del autor del juego posando en trance de reflexión atormentada.

Las acusaciones de spam no hicieron más que conseguirle publicidad a la campaña.

Y el día del lanzamiento llegó. Dada su insolvencia perenne, Mario no podía alquilar un stand en ningún festival nacional, menos aún viajar al extranjero. Pero su confianza en LaserDisc Obertura era absoluta. De hecho, la víspera del levantamiento del embargo ÔÇöllenó las últimas notas de prensa con amenazas de nulo peso judicialÔÇö, durmió a pata sueltaÔǪ Por la mañana, en calzoncillos y calcetines, se sentó en el ordenador con una birra en la mano e hizo tour por las webs a las que había enviado copias.

ÔÇòHay puntos verdes que parpadean en el centro de la pantalla. A veces pasan cosas, fue la conclusión de un medio especializado en la contratación de becarios. Pero la valoración no era malaÔǪ, si bien al principio Mario tardó en digerir el hecho de que nadie le hubiera otorgado la puntuación máxima. De pronto, se sintió molesto: ¡los números lo estaban condicionando! Repleto de angustia por su comportamiento mainstream, hizo una media y el resultado arrojó un cinco entre las ochenta revistas que analizaron su título en los días posteriores. Y no podía concretar qué le irritaba más: que nadie hubiera juzgado de forma lúcida su labor creativa o que nadie lo hubiera convertido en un mártir con uno de esos ceros que pican hasta a los más piratas, que no actúan acorde a la legalidad ni aun pudiéndoselo bajar gratis de una plataforma oficial.

Cinco era una puntuación que la gente pronto olvidaría. Triste y gris mediocridad. ¿Dónde quedaría su mensaje en cuestión de meses? Se enfadó tanto con su ineptitud que, a modo de penitencia, mandó su currículum a King, exagerando, eso sí, su experiencia laboral como engrasador de persianas y paseador de perros.

Y lo cogieron.
Lo importante, ¿te han regalado algo?
Que conste que me lo he leido todo. Es un tanto... extraño...

Si has quedado segundo, seguro que es porque solo participabais dos... roto2cafe

Corona Radiata

(20-05-2015 20:11)Belegur link [ -> ]Que conste que me lo he leido todo. Es un tanto... extraño...

Si has quedado segundo, seguro que es porque solo participabais dos... roto2cafe

Éramos más, pero no sé contar: soy de letras┬á roto2cafe

(20-05-2015 20:03)mike link [ -> ]Lo importante, ¿te han regalado algo?

Cosas chulis, pero estoy esperando a que el primero haga su elección para luego yo hacer la mía┬á sisi
Basado en hechos reales.

En Mario creo que puedo ver el reflejo de un par de personas...

Corona Radiata

(20-05-2015 21:12)Tas link [ -> ]Basado en hechos reales.

En Mario creo que puedo ver el reflejo de un par de personas...

So real  sisi
No me he leído nada, pero vengo a decir que yo tuve Laser Disc sisi y tenía el chico de oro además┬á sisi