12-03-2015 21:29
Trabaja en un club en Kabukicho, Tokio
Fuente: IPC Digital Japón
Cita:Reina tiene 18 años y trabaja en un club nocturno en el distrito rojo de Kabukicho, Tokio, donde una sesión de 60 minutos cuesta 19.000 yenes (156 dólares).
Una tarifa moderada ÔÇôni muy cara, ni muy barataÔÇô que atrae a muchos clientes promedio. Para Reina es el precio justo para trabajar con tranquilidad en un ÔÇ£ambiente perfectoÔÇØ. ÔÇ£Me da paz mentalÔÇØ, dice la chica a la revista Spa!, en un reportaje que recoge el sitio Tokyo Reporter.
¿No son mejores los clientes ricos? Pagan más, sí, pero Reina revela que los hombres con plata quieren hacer cosas fuertes, como agarrarla del cuello y asfixiarla ÔÇ£u otro tipo de excentricidades sexuales que son muy rarasÔÇØ.
Por otro lado, los clientes ÔÇ£pobresÔÇØ, explica ella, pueden resultar pesados y pasarse de la raya. Por ejemplo, el acuerdo entre el hombre y la chica solo incluye sexo oral, pero el tipo después reclama el servicio completo.
Por eso, para ello lo mejor son los clientes promedio, los ÔÇ£normalesÔÇØ.
En el club donde trabaja, el uso de un vibrador cuesta 2.000 yenes (16,4 dólares) y ver a sus empleadas masturbándose requiere un pago de 3.000 yenes (24,7 dólares).
En términos generales, una masturbación en Tokio, según Spa!, fluctúa entre 2.000 yenes (16,4 dólares) y 4.000 yenes (32,8 dólares). En el otro extremo, una sesión de dos horas en un local de primer nivel, con sexo completo incluido, podría costar hasta 65.000 yenes (535 dólares).
Volviendo a Reina, ella se declara una chica promedio. ÔÇ£No tengo un talento especial que me haga destacarÔÇØ, admite. Sin embargo, eso no es un problema para ella. No tendrá las suficientes cualidades para trabajar en un club de lujo, pero dice que está feliz de pertenecer a la clase media.
En realidad, para ser de clase media gana bastante bien: alrededor de 900.000 yenes (7.400 dólares) al mes trabajando cinco días a la semana.
Sin pasatiempos a los que dedicarse, Reina también trabaja en su tiempo libre. Aclara que no es que no tenga sueños o metas, pero dice que en el ambiente donde está es difícil hacer amigas. Cada una en lo suyo. No obstante, eso de alguna manera le gusta.
La chica le dice a la revista que a menudo, cuando está practicándole sexo oral a un cliente, por ejemplo, se distrae pensando en otras cosas, y reflexiona sobre qué va a ser de su vida.
A veces sale con una colega que trabaja en otro local para hablar sobre sus problemas. ÔÇ£Discutimos sobre cómo no podemos seguir así para siempre. Nos preguntamos cuándo nos vamos a casar, tener hijosÔǪÔÇØ.
Fuente: IPC Digital Japón