Retroanálisis | Lylat Wars
#1
Cita
[Imagen: lylat-wars-cabecera.png]

Plataforma: Nintendo 64
Desarrollador: Nintendo EAD
Género: Shoot ÔÇÿem up 3D
Lanzamiento original: Abril 1997 (Japón)
Idioma: Voces y textos en inglés

Todos tenemos nuestros géneros favoritos. Me considero alguien abierto a casi cualquier tipo de juego, pero como es lógico, unos me hacen disfrutar más que otros. Y así entre nosotros, debo reconocer que los shoot ÔÇÿem ups no han ocupado normalmente un lugar privilegiado en mi escala de gustos. Mis primeros recuerdos con este género se remontan a mediados de los noventa, cuando el término ÔÇ£matamarcianosÔÇØ aún estaba de moda y arcades a lo R-Type engullían las monedas de 25 pesetas de los adolescentes. Eran juegos espectaculares y exigentes, aunque rara vez atrajeron mi atención lo suficiente como para que decidiera descambiar la segunda moneda de cien. Pero entonces llegó la Nintendo 64 a casa de un amigo, y con ella, Lylat Wars.

We need your help, Star Fox!

Lylat Wars -conocido como Star Fox 64 en América y Japón- conservaba casi todos los elementos de los shoot ÔÇÿem ups 2D que había jugado hasta entonces: control preciso, montones de enemigos en pantalla, grandes jefes de final de faseÔǪ Y sin embargo, desde la primera toma de contacto me pareció un juego único. Un vistazo rápido a los personajes ya bastaba para hacerse a la idea de que no era un matamarcianos como otro cualquiera. ¿Un zorro liderando un escuadrón de mercenarios formado por una liebre, una rana y un faisán? ¿Un perro general que nos contrata para salvar la galaxia? ¿Un científico loco convertido en una enorme cabeza voladora? No fue aquí donde se estrenó el peculiar elenco de Star Fox -la primera entrega había visto la luz años antes en SNES-, pero sí supuso mi primera incursión en este extravagante universo.

[Imagen: lylat-wars-imagen-1.png]

Fiel a la tradición del género, el argumento era sólo una excusa para recorrer niveles disparando a los enemigos. Sin embargo, y sin perder nunca de vista sus verdaderos objetivos, Lylat Wars conseguía que parte de su atractivo residiera en los personajes. Peppy, Slippy y Falco nos acompañaban con sus naves en cada fase, dando consejos, comentando toda clase de cosas y necesitando a menudo de nuestra ayuda para salir de algún aprieto. Estos diálogos ayudaban a meterse en el juego y eliminar cualquier sensación de soledad en el espacio, algo reforzado por los secundarios -amigos y enemigos- que aparecían con frecuencia en el campo de batalla, dispuestos a intercambiar algunas palabras con nosotros.

Recorriendo la galaxia por tierra, mar y aire

Pero por supuesto, la gran baza de Lylat Wars para mantenernos pegados al mando era su jugabilidad. A pesar de ser uno de los primeros títulos en llevar el género a las tres dimensiones, el control con el analógico era muy cómodo y preciso. A lo largo de niveles lineales, nuestra nave avanzaba automáticamente -podíamos acelerar o reducir la velocidad, pero nunca detenernos- mientras hacíamos frente a obstáculos y enemigos con nuestro láser, bombas o varias clases de fintas. Esta era la tónica general durante la mayor parte del juego, aunque en algunos momentos se abandonaba la linealidad para entrar en un modo abierto -all range mode- que permitía movernos libremente en una zona amplia para luchar contra un jefe o cumplir algún otro objetivo.

[Imagen: lylat-wars-imagen-2.png]

Además de un diseño de niveles variado, con fases en medio del espacio y en planetas con toda clase de ambientaciones┬á -lava, nieve, desiertoÔǪ-, Lylat Wars a veces nos bajaba de la nave para seguir cargándonos enemigos a ras de tierra montados en un tanque, o surcando el fondo del mar a bordo de un submarino. Eso sí, fuera cual fuera el vehículo que manejáramos, todos tenía una cosa en común: la capacidad de hacernos sentir en nuestras manos la contundencia del fragor del combate. Lylat Wars fue el primer título de Nintendo 64 compatible con el Rumble Pak, un periférico -incluido en el propio juego- que, encajado en la ranura del mando, lo hacía vibrar con cada golpe y explosión.

Rejugable es mi segundo nombre

Todos sabemos que hay juegos destinados a ser disfrutados durante una larga primera partida para luego ser guardados en su caja hasta que, meses o años más tarde, decidamos rescatarlos para rememorar viejos tiempos. Otros, sin embargo, nos los podemos fundir en una tarde, pero consiguen regresar a nuestra consola una y otra vez. Lylat Wars, como todos los shoot ÔÇÿem ups que me vienen ahora a la cabeza, era de los segundos. Poco más de media hora hacía falta para plantarse en los créditos finales, pero la vida útil del título se multiplicaba exponencialmente si tratábamos de sacarle todo el jugo. Apenas 7 niveles teníamos que recorrer antes de llegar al jefe final, pero repartidos por la galaxia había nada menos que 16. Esto permitía un buen número de rutas alternativas de dificultad variable, a las que sólo se podía acceder cumpliendo determinados requisitos en algunas misiones.

[Imagen: lylat-wars-imagen-3.png]

Salvar a uno de nuestros compañeros en un momento dado, cruzar una serie de portales o sumar cierta cantidad de enemigos eliminados nos desviaba del camino por defecto hacia otros niveles. Buscar estas rutas alternativas era otro de los grandes atractivos del juego, además de la única forma de verlo en su totalidad y aspirar a conseguir todas las medallas. Éstas eran el premio por completar un nivel con una puntuación elevada y sin bajas entre nuestros aliados, lo que a la larga, una vez conseguidas todas ellas, nos permitía acceder al modo experto -donde, además de una mayor cantidad de enemigos y daños recibidos, nuestro protagonista lucía unas molonas gafas de sol.

A esto había que sumar el imprescindible ranking de mejores puntuaciones, que nos animaba a rejugarlo una y otra vez probando diferentes rutas para batir nuestras propias marcas. Y si de paso contábamos con varios amigos y mandos, el juego también ponía a nuestra disposición un competente multijugador a pantalla partida para hasta cuatro jugadores. Inicialmente sólo se podían disputar batallas a bordo de las naves, pero obteniendo medallas en el modo historia se desbloqueaba el tanque o incluso la opción de que uno de los jugadores fuese a pie con un lanzacohetes. La puntilla definitiva para un juego corto que en realidad podía resultar eterno.

Star Fox 64 3D

Ya metidos en materia, tampoco está de más dedicarle unas cuantas líneas a la nueva versión que ha llegado hace escasas semanas a la consola portátil Nintendo 3DS. Lanzado bajo el nombre de Star Fox 64 3D -esta vez no hubo cambio de título para Europa-, este remake le pega un buen lavado de cara gráfico al clásico, con un mayor número de polígonos, mejores texturas y el efecto 3D estereoscópico característico de la consola, que permite calcular mejor las distancias hacia los obstáculos y los enemigos. Por lo demás, el juego respeta el desarrollo original al pie de la letra, con las mismas fases, mismos diseños, mismos atajos y todo lo que hacía grande a Lylat Wars. Bueno, salvo la vibración, que se ha perdido por el camino.

[Imagen: star-fox-64-3d.png]

Otras ventajas de esta versión son que añade la posibilidad de manejar nuestra nave con el sensor de movimiento -intuitivo, aunque difícilmente compatible con el efecto 3D-, guardar entre niveles o jugar a cualquiera de ellos de forma individual para batir récords. Incluso se han traducido los textos y los diálogos han sido doblados al castellano, algo que quizás puede disgustar a los más nostálgicos, puesto que las voces originales tenían un encanto especial y se han perdido frases que muchos tenemos grabados en la cabeza desde hace más de una década, como el ÔÇ£My emperorÔǪ IÔÇÖve failed you!ÔÇØ que gritaba el primer jefe al ser derrotado, o el célebre ÔÇ£Do a barrel roll!ÔÇØ.

Conclusión

En cualquier caso, sea jugando a la versión original de Nintendo 64 -ahora también disponible en la consola virtual de Wii- o la nueva remasterización de 3DS, Lylat Wars / Star Fox 64 es una experiencia todavía más que recomendable para los fans del género, e incluso para los no tan fans. Es variado, desafiante en su justa medida, está lleno de secretos, tiene personajes entrañables, la música acompaña bien a cada nivel y las diferentes rutas incitan a que lo rejuguemos montones de veces. Es, casi 15 años después de su lanzamiento, una autentica lección de cómo hacer un gran shoot ÔÇÿem up en tres dimensiones que perdure en el tiempo.

http://66bits.wordpress.com/2011/10/21/lylat-wars/
(Ultima edición: 21-03-2012 23:50 por mike.)
#2
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Me ha encantado. Q tal es el remake de 3DS?

Sobre todo me ha gustado lo de la rejugabilidad.
[Imagen: metroid-2.gif]
#3
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Cita:Q tal es el remake de 3DS?
Exquisito. Llevo más de 30 horas rejugando rutas y consiguiendo medallas, y todavía me falta un buen puñado de ellas por conseguir. Gráficamente la mejoría es palpable, más de lo que se aprecia en imágenes, y mientras el 3D que en otros juegos es básicamente una floritura para deleitar la vista, aquí realmente tiene una aportación jugable a la hora de estimar a qué distancia estamos de los objetos.

Eso junto a la portabilidad (genial para un juego arcade como este) y poder grabar entre fases, hacen que ahora me cueste bastante volver al Lylat Wars original Big Grin Big GrinBig Grin
#4
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Pues tenia dudas de si pillarlo. En cuanto lo vea barato lo compro, que ahora hay que ahorrar para pillar el Super Mario 3D Land de salida.

Lo cierto es que si que parece que cuadra con el concepto de portátil.
[Imagen: metroid-2.gif]


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