11-12-2019 14:01
Según un artículo del Financial Times, el gobierno chino ha ordenado la retirada de todo el hardware y los sistemas operativos extranjeros de sus ordenadores. Eso incluye procesadores y tarjetas gráficas de compañías como Nvidia, AMD o Intel, aparte de sistemas operativos de Microsoft o Apple y una colección de fabricantes occidentales.
Al parecer, su objetivo es reemplazar un 30 % de los ordenadores para finales de 2020, un 80 para 2021 y el 100 % para 2022. Esta medida tan extrema llega cinco años después de que China tratara de retirar Windows 8 de sus ordenadores estatales —fallidamente—, y de que EE UU vetara los productos de Huawei y restringiera a China el acceso a tecnología norteamericana.
Por polémico que parezca, el movimiento no debería sorprendernos, dado que las tensiones entre los dos países no han hecho más que crecer a lo largo de los últimos años. China ha dejado claro que quiere ganar independencia con respecto a las compañías norteamericanas, pero ese camino no es fácil. Las compañías chinas llevan años preparándose para algo que parecía inevitable, pero en comparación con las norteamericanas, sus productos de hardware y software no han gozado de tanto tiempo para refinarse. Ya solo descartar Windows como sistema operativo es un salto morrocotudo.
A efectos prácticos, es difícil predecir cómo afectará esto al mercado de los juegos, dado que esta medida solo engloba los equipos ligados al Estado. No obstante, el Steam chino opera en un limbo legal, y la vida profesional de los desarrolladores independientes chinos es precaria. Si esta medida sigue adelante con todas las consecuencias, podría propiciar un cambio normalizado en el resto del país.
Fuente