Yo me he pasado minutos cambiando las opciones gráficas de algunos juegos, de una en una, y apuntando cuántos FPS tengo antes y después de cambiarlas. Es curioso cómo algunas opciones afectan un montón y otras en cambio afectan poco o nada. La distancia de dibujado suele castigar mucho. La resolución por ejemplo, nunca le vi el sentido a bajarla de 1080. Las texturas también las suelo poner altas o ultra porque rara vez afectan. Pero al final lo ideal es que cada cual vaya probando y viendo el resultado. Lo de elegir packs de opciones preestablecidas como "alto", "medio", etc es de consoleros.
Pues igual es por Dathomir, pero bajando de épico a medio el post-procesado (y es verdad lo que dice ahí, no noto diferencias destacable) y con sombras y distancia en alto, parece que consigo la mayor estabilidad dentro de que esto tiene tirones cada dos por tres. Y tengo hasta el sable doble y todo, YUPIIIIIIIIIIII. Encima, todas las habilidades actuales al máximo y puntos extra además, para cuando vuelva a la ruta principal. Soy cojonudo. He quitado la imbecilidad del granulado y esto gana nitidez encima.
En otro orden de cosas, algún día le pillaré el tranquilo al parry de los cojones de este juego . Mira que llevo desde el primer God of War bloqueando en el momento justo ataques, y nada, que los hermanos de la noche, con garrotes, que telegrafían los golpes..........pues me los como todos sin llegar a parrearlos. Tres cuartos de lo mismo con los enemigos normales como los bichos o insectos que telefonean antes de dar un golpe.........
P. D. Sobre la distancia de dibujado, entiendo que cada juego es de su padre y de su madre ¿No? En este se consume más cuanto más nítido quieras ver en la distancia, pero en otros juegos entiendo que el desenfoque penaliza bastante por usarse de forma "artística" parece. Aquí poner el visionado en medio, solo reduce nitidez pero sin "arte", y por tanto, se gana rendimiento al bajar distancia.
(Ultima edición: 12-12-2019 05:44 por Rosstheboss.)
(12-12-2019 01:03)Xiphias escribió:Hombre, las texturas es cosa de si tienes VRAM o no para moverlas. Si tu gráfica tiene memoria para X nivel de calidad, cero problemas. Si se queda corta de VRAM, se ahoga.
Ah, es que el gráfico ese que ha puesto Rosstheboss estará personalizado para su ordenador o para un ordenador con una gráfica X. Yo es que lo había tomado como un gráfico genérico que te decía que en ese juego subir o bajar la calidad de las texturas no afectaba el rendimiento del juego. ¿Entonces para qué poner una opción de cambiar la calidad de las texturas? ¿Para qué ponerlas en bajo si en ultra te iba ir el juego igual? ;DD
(12-12-2019 01:03)Xiphias escribió:Hombre, las texturas es cosa de si tienes VRAM o no para moverlas. Si tu gráfica tiene memoria para X nivel de calidad, cero problemas. Si se queda corta de VRAM, se ahoga.
Pero algo de proceso consume, que esa textura debe calcularse como se ve acordé a la perspectiva de la cámara en cada momento. Puede que no sea mucho consumo pero es que ahí pone el 0%
Ross, no te comas mucho la cabeza, la mayoría de impresiones que he leído hablan de que el juego en lo técnico ha salido un poco apresurado. Que le hacen falta un par de parches para dejarlo fino.
(12-12-2019 12:54)JuanmaNPI escribió:Pero algo de proceso consume, que esa textura debe calcularse como se ve acordé a la perspectiva de la cámara en cada momento. Puede que no sea mucho consumo pero es que ahí pone el 0%
Despreciable en cualquier caso. Si en un juego quieres rascar rendimiento, mejor mirar hacia otro lado.
De todas formas esa gráfica está medida en fps, no en rendimiento. Si el rendimiento que consume no llega ni a bajar 1 fps, así se refleja. Que no sé qué fiabilidad tendrá en este caso toda la gráfica porque yo el juego no lo he tocado.
Cuando creía que estaba listo para irme a Kashyyyk me dan otra habilidad más, y lo que parecían cuatro salas sueltas a explorar ¡Es casi la mitad de Zeffon! No dejan de abrirse nuevos caminos, conexiones, y situaciones chulas con enemigos. La verdad es que el juego es muy divertido y la combinación de géneros y juegos funciona, al menos por el momento.
Es interesante comparar el combate contra un AT-ST en este juego y en el Poder de la Fuerza. Aquí, con su sistema de combate más meditado, la cosa parece más realista, a la altura de lo que esperaríamos no ya de un padawan, sino hasta de un jedi normal, y mola derrotarlo. Con Starkiller todo era más bestia y pasado de vueltas, también diría más divertido, dado el mayor dinamismo de todo, y sumado a los poderes tan burros que tenía el chaval. Me ha parecido un contraste curioso, y ambos sistemas de juego me gustan y se adaptan bien a la forma de ser de Star Wars. Creo que he hecho bien en bajar dificultad, porque los combates más masivos que implican diferentes unidades, y hasta alguna criatura gorda a la vez, me hubieran parecido un tueste, y hubiera muerto y vuelto a ellos más veces. Ahora las cosas son muy asumibles pero no me lo dan todo hecho tampoco, y aventuro que con las unidades de negro, me van a putear pero bien, y eso también es bueno.
Y ese juego fue Might & Magic II: Gates to Another World.
En tres de los cinco pueblos principales hay unos coliseos donde puedes competir contra un grupo de enemigos si tienes un ticket. Cada pueblo vende un ticket de un color, y dependiendo de cual sea el combate es más o menos difícil, con el ticket verde siendo el más fácil y el negro el de mayor dificultad. Además de esto, los coliseos en sí también tienen su propio nivel de dificultad dependiendo del pueblo que sea. De esta forma, usar un ticket verde en Middlegate te dará una pelea más fácil que la que te dará usar un ticket verde en Atlantium. Sin embargo, usar un ticket amarillo (el siguiente nivel de dificultad) en Middlegate será más difícil que el combate del ticket verde en Atlantium, a pesar de que Atlantium es el coliseo de mayor dificultad. Así pues, la idea es superar el nivel de dificultad verde en todos los coliseos, para luego pasar al siguiente color y hacer lo mismo.
La realidad es que las arenas son una manera nada despreciable de conseguir experiencia y dinero, aunque parte de la ganancia la pierdas debido a la necesidad de comprar más tickets para volver a combatir. Pero resulta que más tarde te toca buscar a unos obispos que están encarcelados en castillos por...razones que desconozco, y cada uno de ellos es de un color. Si superaste los combates de ese color en todas las arenas, el obispo te proporciona experiencia y recompensas extra al liberarlo. De momento ya he encontrado al verde y al rojo.
Como suceso cómico que, de nuevo, pone en evidencia lo arcaico que es el juego, si acabas de combatir en un coliseo y tienes otros tickets en el inventario, hay que asegurarse de salir del cuadrado donde sucede el combate en el centro de la arena, porque si giras para mirar a otro lado el juego considera que has vuelto a entrar en ese cuadro y vuelve a lanzarte el combate quitándote otro ticket. Es la risa, excepto que no lo es.
Empecé a leer la segunda enciclopedia de FFXIV. La primera me pareció uno de los mejores libros de lore que he leido en mucho tiempo, y la segunda va por el mismo camino.
Sí que he jugado, sin embargo, un par de juegos de mesa esta semana.
Spoiler :
El primero fue Acquire, edición del año de la reconquista.
En este juego vas fundando y colocando empresas, que a su vez se van ampliando con unas fichas que extienden la masa de la compañía como si fuese una ameba, por el tablero. Si una empresa acaba tocando otra con un tamaño menor, la empresa mayor absorbe a la pequeña y se hace a su vez más grande.
En su turno, los jugadores pueden comprar acciones de las compañías sabiendo que cuanto más grande es la empresa más caras van a ser. "Genial", me dije, "Voy a comprar un montón de acciones de la empresa amarilla y asegurarme de que se convierte en la más grande de todas."
Craso error. No te interesa que la compañía de la que tienes acciones se haga grande. Más bien al contrario, al menos al principio. Resulta que la única forma que tienes de recuperar dinero en el juego es vendiendo acciones, y el único momento en el que puedes venderlas es cuando una compañía más grande la absorbe. Si tu empresa se hace demasiado grande de pronto te das cuenta de que nadie puede absorberla, no tienes oportunidades de vender acciones, y no puedes recuperar el dinero invertido.
Me di cuenta demasiado tarde de esto, y estuve la mayor parte de la partida sin hacer absolutamente nada. No puedo decir que lo disfrutase, pero estoy dispuesto a jugarlo de nuevo ahora que sé que la estrategia real es la de comprar acciones de empresas que sabes que van a desaparecer en vez de hacer lo contrario... Por muy contraintuitivo que pueda resultar.
El otro juego al que jugamos fue el Love Letter.
Es un juego de cartas diseñado para ser lo más simplista posible. En tu turno tienes una carta en la mano y tienes que robar una del mazo, eligiendo cual de las dos quieres jugar y acabando tu turno de nuevo con solo una carta. La gracia del juego es que el mazo solo tiene unas 16 o 18 cartas, y según lo que va jugando cada persona puedes deducir cuales son las que tienen en la mano. Esto es importante porque hay cartas que te permiten eliminar a los jugadores de la ronda si adivinas que carta tienen, otras que te permiten intercambiar la carta con la de otro jugador, otras que crean una especie de duelo en la que gana quien tenga la carta de valor más alto...
La ronda termina cuando el mazo de robo se acaba, y el jugador superviviente que tenga la carta de valor más alto en la mano gana un punto. Se sigue así hasta que se llega a cierta cantidad de puntos y acaba la partida. El juego es rápido y tiene un componente de deducción sorprendentemente elevado. Debido a la ínfima cantidad de cartas que tiene no es posible jugarlo con más de cuatro personas, pero funciona también bien a tres, es muy fácil de enseñar y resulta muy adictivo.
Especial mención a la carta de la Condesa, que cada vez que alguien la juega se le pone una cara de circunstancia que no puede con ella. La Condesa es la segunda carta de valor más alto y no tiene habilidad especial, excepto que estás OBLIGADO a jugarla si la otra carta que tienes en la mano es el Príncipe o el Rey. Una persona que pone la Condesa en la mesa de pronto se pinta una diana enorme sobre la cabeza, ya que es una confesión que delimita las cartas que puede tener en la mano a tres (Príncipe, Rey... o Princesa, que es la única carta de valor más alto que la Condesa y si la juegas quedas eliminado de la ronda para empezar). Es bastante gracioso ver como alguien pone la carta a regañadientes sobre la mesa y se revuelve incómodo en la silla esperando la lluvia de acusaciones que inevitablemente van a caer sobre él.
Love Letter es un juego que podría recomendar incluso a la gente que no se siente atraida por los juegos de mesa. Es barato, simple, rápido, fácil de entender, y adictivo. Os animo a que le deis una oportunidad si lo veis por ahí, teniendo en cuenta, claro, que el juego es para tres o cuatro personas y no más.
Las canciones que las Híades han de entonar,
donde flamean los andrajos del Rey,
deben morir sin haberse escuchado
en la sombría Carcosa
(16-12-2019 11:06)lordlizard escribió:...
Como suceso cómico que, de nuevo, pone en evidencia lo arcaico que es el juego, si acabas de combatir en un coliseo y tienes otros tickets en el inventario, hay que asegurarse de salir del cuadrado donde sucede el combate en el centro de la arena, porque si giras para mirar a otro lado el juego considera que has vuelto a entrar en ese cuadro y vuelve a lanzarte el combate quitándote otro ticket. Es la risa, excepto que no lo es.
...
He empezado el Metro redux y de momento no me decanto entre si bien o mal. Me gusta mucho el universo del juego, el estilo y los escenarios, hay momentos en los que me ha dado ciertos ramalazos de Half life. Por otra parte, el gunplay me parece horrendo y desfasado y si los combates van a ser muy constantes, igual paso un poco del resto de entregas a menos que peguen un cambio radical
En general la sensación que me transmite es de juego bueno a secas pero tampoco para tirar cohetes
La saga Metro, o los dos primeros al menos, tienen un gunplay que no convence de primeras por dos motivos argumentales: armas toscas y balas hechas con chatarra. Luego, consigues mejores armas (especialmente la AK 'remasterizada'), y en tus manos está usar las balas reales de antes de la guerra, porque son mucho mejores, pero se usan como moneda durante el juego. 2033 me gustó bastante, pero Last Light creo que pierde ritmo al ampliar la base del juego anterior, te das mucho paseo entre los momentos de acción o sigilo.
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