Ultra hot take: A mi me gustó más el
Legacy of Darkness de la 64 que cualquiera de los dos de la PS2.
En fin, en cuanto al resumen de esta semana...
No esperaba acabar con
Spyro: Year of the Dragon tan pronto, pero al final ha acabado resultando que sí.
De los tres juegos, creo que este fue el que menos me gustó, y esto fue debido su insistencia de meter mini-juegos por el medio. Normalmente esto no sería tanto problema, pero algunos de estos mini-juegos tienen serios problemas. Hay DOS mini-juegos en concreto que me parecieron particularmente aberrantes.
El primero es el del combate contra los dos dragones en el nivel oriental, que más que un mini-juego es una especie de sub-jefe, pero bueno. Básicamente te dan un power-up de vuelo y bolas de fuego infinitas, y qienes que cargarte a un dragón rojo y otro azul que están dando vueltas por la zona. Cada vez que les pegas pierden un segmento de su cuerpo, de forma que a medida que van perdiendo vida también se van haciendo más y más difíciles de acertar, y si tardas mucho en volver a darles empiezan a regenerar su cuerpo. De los dos momentos que ODIÉ en el juego, este es probablemente el que menos me molestó. El principal problema es que cargarte a los dos bichos requiere demasiado tiempo debido a sus movimientos caprichosos y rápidos, y para cuando todavía no me había cargado al primero mi mano estaba ya completamente agarrotada de tanto pulsar el botón de disparo. En serio, tuve que dejar el juego pausado e irme a hacer otra cosa mientras tanto para descansarla, porque tampoco quiero acelerar el inevitable síndrome carpal que acabará llegándome tarde o temprano. Los dragones contraatacan lanzando bolas de fuego, pero tampoco son tan peligrosos y además el problema no es morir sino lo árduo que resulta acabar con uno de ellos, y saber que una vez lo consigues todavía te queda el segundo.
El mini-juego que realmente me pareció un jodido insulto a años y años de evolución videojueguil, sin embargo, es el de los topos. En este mini-juego llevas a Bentley, el yeti, uno de los 4 personajes jugables que no son Spyro y que, la verdad, están algo metidos a calzador. De todos ellos, Bentley es sin duda el peor debido a su gameplay lento y pesado. En el mini-juego tienes que golpear a 20 topos en un minuto, teniendo cuidado de no pegar a ningún gnomo que pueda aparecer por ahí. TODO en este juego está mal. Para empezar, la cámara. El mini-juego hubiese estado bastante mejor si hubiesen metido una vista aérea, pero en vez de eso mantienen la vista del juego normal. ¿Y recordáis mi opinión acerca de que la cámara ya de por sí está demasiado pegada al trasero de Spyro? Con Bentley es peor porque el tipo es enorme y ya de por sí ocupa como un cuarto de la pantalla. Al final acabas rotando la cámara desesperadamente para ver si hay algún topo cerca, lo cual es completamente aleatorio porque la zona donde aparecen es bastante grande. Y si un topo aparece lejos, prácticamente puedes olvidarte de él porque Bentley es tan lento que le es imposible llegar a tiempo. Añade a esto la posibilidad de que un gnomo aparezca de pronto y sin previo aviso delante tuyo mientras estás dando un mazazo. Hay un momento en el que los gnomos aparecen en tropel y no puedes apartarlos: Son ellos quienes te empujan a tí. Hubieron momentos en los que golpeé a los gnomos deliberadamente simplemente por la frustración que me hacían sentir, aún a sabiendas de que iba a perder el mini-juego si lo hacía, pero daba igual, la catarsis momentánea valía la pena. Perdí la cuenta de la cantidad de veces que tuve que reintentar el mini-juego, y a excepción de los arranques de ira contra los gnomos, NINGUNO de los intentos fallidos me dio la impresión de que fuesen culpa mía. El mini-juego de los topos de Bentley es probablemente el segmento individual más inaceptable que he jugado en todo el año, y este año he jugado a mucha mierda.
Pero más allá de eso, el resto de mini-juegos tampoco estaban tan mal. Algo artificiales, quizá, y sé que hay gente que tiene problemas con las carreras de monopatín (que yo estoy convencidísimo de que glitcheé de alguna forma, proque me caí por un barranco en dos de ellas y en ambas de pronto estaba en primera posición al volver a la pista, y a partir de ahí no me atraparon). Los niveles de vuelo en los que tienes que destruir unos objetivos regresan, pero son extremadamente fáciles en comparación a los del primer
Spyro. Más complicadas son las carreras que hay en esos mismos niveles, pero a diferencia del mini-juego de los topos uno no sentía que el juego se estaba quedando con él (y además se hacían más fáciles a medida que avanzabas).
Tras conseguir todas las gemas y huevos, el juego añade un nivel extra parecido al del primer Spyro en el que ganas gemas a cascoporro. Me gusta más esto que lo que hicieron en
Spyro 2, la verdad. Al final hay incluso otro combate contra la jefa final que, cómo no, se desarrolla en un vehículo transformándolo en algo similar a otro mini-juego. Sí, creo que se pasaron un poco con todo el tema de querer darle variedad.
Me ha gustado: La exploración sigue siendo tan entretenida como en los otros dos juegos.
No me ha gustado: La cámara sigue estando demasiado pegada al personaje. Algunos mini-juegos son terribles
En fin, siguiente juego de la colección de Genesis:
Fatal Labyrinth.
Un rogue-like de corte extremadamente tradicional y genérico. ¿Cuánto de genérico? Niveles procedurales de salas rectangulares conectadas por pasillos. Si, es ése juego. Probablemente todos lo hayamos jugado alguna vez, aunque viniese con otros nombres, tuviese gráficos distintos y fuese desarrollado por otras personas.
No tenía muchas ganas de empezarlo, la verdad. Por regla general no me gustan los roguelikes, y éste no es una excepción, así que no voy a ser muy positivo con él. En el juego recuperas vida caminando, así que mientras puedas salir con vida de cualquier enfrentamiento individual uno puede seguir avanzando poco a poco mientras le quede comida (y la comida es bastante generosa, al menos con la seed que me ha tocado), pero igualmente hay momentos en los que el nivel de los bichos sube de tal forma que te pegan unos sustos de muerte. Por lo general, cada piso múltiple de 5 se convierte en una carrera por las nuevas armas y armaduras que aparecen para poder enfrentarte a los bichos en condiciones. Creo que tiene unos 30 pisos, y he logrado llegar al piso 15, así que más o menos por la mitad voy.
Lo que sí que tiene el juego son un par de bugs muy divertidos. Primero, el del combate desarmado. Si te equipas un arma y la tiras al suelo mientras sigue estando equipada, por alguna razón tu personaje no pierde los puntos de ataque extra que el arma le daba. Esto es útil con las hachas, que tienen mucho poder de ataque pero una precisión de mierda. Equiparte un hacha y tirarla hace que de pronto tu personaje haga el mismo daño que un hacha pero con la precisión de los puños, que es bastante superior. Hay que re-equiparse el hacha en cada piso para que siga funcionando, pero funciona.
Aún más roto es el tema de los arcos con la armadura. Equiparte un arco reduce tu armadura en 1, pero este valor parece estar codeado a saco: Si te equipas un arco y luego te equipas otro, tu armadura se va reduciendo cada vez más. Aquí está el truco: Consigues dos arcos y te quitas toda la armadura que llevas encima. Empiezas a alternar entre ambos, equipándote uno y otro hasta que tu armadura restante llega a 0. La próxima vez que te equipes un arco, el nivel de armadura se desborda y se convierte en 99 (el máximo). De pronto eres prácticamente Dios, y lo que es mejor, como no llevas ninguna armadura encima esos bichos que escupen ácido y te la rompen no pueden hacer nada.
Para la semana que viene...
Star Wars. Y posiblemente empiece de una vez el siguiente
Atelier. Oh, y... El acceso anticipado de
Endwalker empieza este finde. Habrán comentarios sobre eso.