El pasado mes de septiembre nos hacíamos eco de los rumores que situaban a Quentin Tarantino como el próximo director de una película de Star Trek. El realizador estadounidense siempre ha sido fan de la franquicia y, en la recta final de su carrera, estaría más que dispuesto a afrontar el proyecto. Sin embargo, no desearía abordar este reto en solitario y habría contactado con un ayudante de auténtico lujo.

Según publica The Hollywood Reporter, Tarantino se ha reunido recientemente con J.J. Abrams, director de Star Trek y Star Trek: En la oscuridad, para iniciar las conversaciones en torno al libreto de la película. Ambos habrían planeado formar una mesa de escritores que les ayudaran a confeccionar el guión del film, que podría convertirse en toda una realidad en los próximos meses.

De momento Paramount no se ha pronunciado aún sobre esta posibilidad, que debemos tratar simplemente como rumor hasta la confirmación oficial. Ni siquiera Tarantino parece saber el rol que finalmente asumirá en la producción, pese a que su interés inicial es ejercer como realizador. En cualquier caso, y si el proyecto acabara materializándose en el futuro, es posible que el director participe únicamente en el guión e incluso ejerciera como productor.

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Pues voy a romper el hielo en el hilo diciendo que me parece una idea interesante. Tras el género negro, el cine de artes marciales, el de persecuciones, o el western, Tarantino seguiría explorando otro género de su infancia, la ciencia-ficción. Y no le caería mal a la franquicia algún guión o argumento con cierta enjundia, que la última peli, Más Allá, no es gran cosa, la que menos me ha gustado de las tres actuals.

Cómo fan de Star Trek y de Tarantino me gusta mucho la noticia. Pero preferiría que Tarantino entrase en el genero de la ciencia ficción con algo 100% original.

Yo creo que Star Trek es la saga perfecta para Tarantino. Naciendo en una serie de televisión, un poco boba en muchos de sus argumentos, tiene ese margen para que se suelte la melena, y hacer algo como fue Kill Bill a las series y películas de kung fu.

Un villano carismático, escenarios personales y no grandes batallas multitudinarias, una sensación más artesanal...

Vamos, podría ser un buen pepino.