[Multi] Las claves principales de la ruptura de Bungie y Activision
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La relación entre Bungie y Activision ha durado ocho años. Lejos queda aquel apretón de manos en 2010 con la firma de Los Ángeles cuando el romance con Microsoft llegó a su fin. Un comunicado aparentemente amistoso y conciliador ha sellado la independencia de una Bungie que busca un futuro donde serán totales poseedores de su actual IP, Destiny, lo que permitirá mantener el compromiso para con su ingente comunidad. Pero el futuro está por ver.

En este artículo vamos a repasar los tres factores principales que han condicionado el final de una convivencia cuya estabilidad se venía tambaleando desde hacía meses… o quizá años.

Ventas: no salían las cuentas

El factor principal es claramente el factor de las ventas. Aunque la facturación de Destiny 2 haya sido satisfactoria durante este otoño —recordamos que en septiembre facturó más que Marvel’s Spider-Man y Fortnite: Battle Royale—, la propia Activision declaró en noviembre que estaba descontenta con el rendimiento comercial de tan costoso videojuego.

Cody Johnson, jefe de operaciones de la empresa, fue contundente y no se anduvo con rodeos en una entrevista: “Algunas de nuestras franquicias como Destiny no están rindiendo tan bien como nos gustaría”. A eso añadía que “No hemos visto todavía el compromiso total de los jugadores con Destiny 2, lo que nos ha llevado a rendir por debajo de las expectativas a fecha de hoy. Algunos jugadores están en 'modo espera'”. Esta declaración, se mire como se mire, no fue más que un tirón de orejas para Bungie, un aviso indirecto de que las cosas debían cambiar para no precipitar medidas agresivas.

La idea de ambas en esta recta final de año se materializó en diferentes jornadas y fines de semana gratuitos en todas las plataformas, un síntoma claro de la necesidad de nuevos jugadores que, a la larga se convirtiesen en compradores de Destiny 2. Ni siquiera la oferta del juego en PlayStation Plus sin coste adicional durante todo un mes sirvió para mantener las ventas de la obra en lo más alto durante más de unos días.

Caída en las acciones de Activision

No todas las propiedades intelectuales de Activision funcionan como Call of Duty. Aunque existan voces que sitúen el fin de la saga bélica a corto plazo, lo cierto es que la licencia vive un gran momento al haber sabido reinventar su modelo de negocio para compensar una más que cierta disminución de las ventas netas de los títulos de la actual generación.

Aunque Black Ops 4 no sea el más vendido, sí está siendo uno de los que más dinero generan de los últimos tiempos. ¿El resultado? Una franquicia que supera los ingresos en taquilla de toda la saga cinematográfica de Star Wars y del Universo Cinematográfico de Marvel. Ahí es nada.

El problema llegó también en noviembre, cuando saltaba la noticia desde Yahoo Finance de que las acciones de la gigante americana habían caído en un 7% en las últimas fechas. Teniendo claro que el problema no era Call of Duty, que Crash Bandicoot N. Sane Trilogy se mantiene como uno de los más vendidos en los principales mercados y que las IP de Blizzard juegan en otra liga, alejada de problemas por ahora, parece claro que el principal problema tenía nombre y apellidos: Destiny y Bungie, lo cual nos remonta al punto anterior.

Mayor dedicación a Blizzard

Sí, Blizzard es diferente, sabe autoabastecerse, pero sus videojuegos son tan globalmente exitosos que llevan consigo también grandes costes. A Activision esto le ha generado intranquilidad desde hace mucho tiempo. Cientos de empleados, decenas de departamentos y cada vez más producciones que van más allá del videojuego, pues tanto Overwatch como World of Warcraft son por encima de todo fenómenos en el mercado transmedia.

El filón de ventas para 2019 está en esta división, la de la empresa de Irvine, California. Si todo el capital económico invertido actualmente en Bungie se podía destinar a Blizzard, era una cuestión de tiempo que terminase pasando si no se remontaba la situación en el Crisol.

De hecho, podemos respaldar este argumento con el propio comunicado de Bungie en el que anunciaban su independencia: “Con nuestra notable comunidad de Destiny, estamos preparados para publicar por nuestra cuenta, mientras que Activision se centrará más en sus propias IP”.

He ahí el factor más determinante: Bungie costaba mucho dinero, un capital que Activision ha tenido a bien mover ficha al terreno californiano.

Finalmente, destacar que se respiran cambios en Activision desde que ha arrancado 2019. Esta misma semana conocíamos que se había efectuado un cambio de roles entre los altos cargos de la empresa. Así, Rob Kostich, mánager general de ventas y responsable de Call of Duty, se convertía en el nuevo presidente. Por su parte, el que hasta ahora había sido director financiero y de estrategia de King, Humam Sakhnini, sería ahora el nuevo presidente de la misma. Finalmente, el director financiero de Activision, Dennis Durkin, firmaba como presidente de negocio.

¿Y ahora qué? El destino de Bungie

No vamos a especular: desconocemos qué va a pasar con Bungie ahora. Acorde a su comunicado entendemos que la voluntad es abastecerse de manera independiente, mirar de reojo a compañías como Digital Extremes y el fenómeno Warframe, que con su naturaleza gratuita y cobertura constante tanto a contenidos como comunidad, ha logrado mantenerse en pie durante más de cinco años. Y lo mejor parece estar por llegar ahora que está disponible en todas las plataformas de la actual generación.

Hay quienes consideran que Destiny debe convertirse en free-to-play; otros, por el contrario, creen que lo mejor es venderse al mejor postor. Solo el futuro dirá qué pasa con Destiny y qué pasa con una Bungie que tiene en su mano reinventarse.

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Desplome bursátil de Activision Blizzard tras la ruptura con Bungie

Tras anunciarse que Bungie rompe relaciones con Activision Blizzard, reteniendo, además, los derechos sobre la saga Destiny, las acciones de la empresa se han desplomado en bolsa con una rápida caída del 10% durante la sesión del viernes, que cerró con una pérdida final del 9,37%.

Activision Blizzard, de hecho, ha arrastrado a la baja a toda la cotización del índice Nasdaq, dado el tamaño de la empresa. En el cierre del mercado de valores este viernes las acciones de Activision Blizzard cotizaban hasta un 10,1% más bajo tras el anuncio el pasado jueves del fin del acuerdo de Bungie.

A primera hora de la mañana del viernes el valor en bolsa de Activision Blizzard empezaba a resentirse y el índice Nasdaq también abría sesión bajando. El índice tecnológico de Wall Street cerró el jueves en 6620,94 puntos y terminó sesión en 6585,87, es decir, más de medio punto porcentual perdido.

Las acciones de Activision Blizzard cotizaban en 51,35 dólares en el cierre del jueves pero el viernes abría sesión con 46,44 dólares por acción para alcanzar un mínimo de 44,47 dólares por acción durante la sesión.

En definitiva, el mercado ha reaccionado negativamente ante esta situación y los inversores han castigado a la empresa. No sabemos si la reciente salida de varios altos ejecutivos de finanzas en la empresa tiene algún tipo de relación con la ruptura de Bungie y Activision Blizzard.

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